¿El poder se hereda?

29/06/1998
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El amplio y acumulado descontento en contra del presidente Ernesto Samper fue canalizado por el conservador Andrés Pastrana Arango que en las elecciones del 21 de junio derrotó a su contrincante liberal Horacio Serpa Uribe con una cómoda ventaja de más de 500.000 votos. De un total de 12.274.923 votantes, Pastrana obtuvo el 50,39%, y Serpa el 46,53%. Tras 12 años de predominio liberal, los conservadores vuelven al gobierno aunque esta vez encabezando una coalición denominada Gran Alianza por el Cambio, que incluyó a un sector liberal disidente y a grupos independientes.

 

Presentándose como abanderado del cambio, Pastrana logró inclinar a su favor a gran parte de los 2 millones 800 mil colombianos de las grandes ciudades que en la primarias del 31 de mayo, favorecieron a la ex-canciller Noemí Sanín y al excéntrico Antanas Mokus, ex-alcalde de Bogotá.

 

Aunque Sanín, en ningún momento comprometió su voto de modo explícito, sin embargo, todos sus comentarios estuvieron orientados a apoyar a Andrés Pastrana. El bipartidismo sigue vigente en circunstancias en que las fuerzas legales opositoras al sistema que podrían vertebrar una tercera opción, han sido borradas del mapa político mediante la eliminación física de sus militantes.

 

Los mismos apellidos vuelven a repetirse en la historia colombiana. Los Pastrana, que junto a los Turbay, los López, los Gómez y otros forman parte de la clase dirigente, nuevamente cuentan con un mandatario en la familia, pues el padre de Andrés, Misael Pastrana Borrero, ya fue presidente por el Frente Nacional desde 1970 a 1974. El partido liberal utilizó todos los recursos del poder, recurrió al clientelismo (obras a cambio de votos) e incluso a la compra de votos para alcanzar el triunfo de Serpa.

 

Pero más pesó entre los electores el temor al continuismo oficial y el rechazo al régimen de Samper (y de rebote, al leal Horacio Serpa) carcomido por la infiltración del narcodinero durante su campaña, el incremento de la violencia paramilitar, la recesión y la agudización de los conflictos sociales. Andrés Pastrana, abogado y periodista de 44 años, que asumirá el gobierno el próximo 7 de agosto, mostró un tono conciliador con el gobierno de Samper al señalar que no habrá "revanchismos".

 

Cabe recordar, que fue Pastrana quien, tras haber perdido las elecciones con Samper, entregó las primeras pruebas que dieron pie para que la Fiscalía abriera el proceso 8000 con el fin de investigar la presencia de dineros calientes en la campaña de Samper. Una de las debilidades de Pastrana es que no cuenta con una mayoría parlamentaria que le permita viabilizar sus proyectos, por lo que le corresponderá negociar con sectores parlamentarios independientes.

 

Diálogo con "Tirofijo"

 

Pastrana dará prioridad a cuatro aspectos: el proceso de paz, la política exterior, la lucha anti- drogas y la atención de la cuestión económica.

 

Durante la campaña, Pastrana habló de la necesidad de abrir un diálogo y negociaciones con la guerrilla (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, y Ejército de Liberación Nacional, ELN) que durante el gobierno de Samper se fortaleció, asestó fuertes reveses al ejército, y amplio su control sobre amplias zonas del territorio colombiano.

 

Una vez que ganó las elecciones, Pastrana reafirmó esa posición y fue mucho más allá al señalar que está dispuesto a reunirse personalmente con el dirigente histórico de las FARC, Manuel Marulanda Vélez, más conocido como "Tirofijo", para lo cual pidió garantías al Presidente Samper "para que podamos desplazarnos a algún lugar de Colombia a sostener esta reunión".

 

Las FARC, por su parte, estarían dispuestas a entrar a la negociación, ya que una semana antes de las elecciones, ya le hicieron a Pastrana un guiño indirecto al sugerir con cual candidato preferirían dialogar. La posición de Pastrana fue interpretada por la gran prensa como la concesión de un status a los "movimientos subversivos que ningún mandatario anterior se había atrevido a sugerir", situación que se vería reforzada por las promesas de Pastrana, de que en la mesa de negociación con la guerrilla no van a estar sentadas las autodefensas, con la cuales también proyecta dialogar.

 

En política internacional, Pastrana aspira a normalizar las relaciones con Estados Unidos que sufrieron cierto resquebrajamiento con el proceso 8000, y "limpiar la cara" del país en el concierto internacional. Aunque los grandes carteles de drogas como el de Medellín y Cali han sido desarticulados, el lucrativo negocio continúa viento en popa.

 

Pastrana ha hablado de impulsar "un plan Marshall" para conseguir cooperación internacional para poder erradicar los cultivos ilícitos de coca y amapola, sinembargo, nada ha dicho sobre la política de Washington que traslada la "guerra" y sus costos en términos de vidas humanas y deterioro ambiental a los países productores, en tanto que poco hace en su propio territorio para desestimar el consumo, el lavado de dinero, la represión a las mafias y los cultivos de marihuana. Finalmente, en el área económica Pastrana ha anunciado severas medidas para reactivar la alicaída economía y corregir las tasas de interés que están por encima del 45 %, el desempleo que podría llegar al 15% y el gasto fiscal.

 

- Publicado en el Servicio Informativo Nº 275, ALAI, 30-06-1998, Quito.

https://www.alainet.org/de/node/104241?language=en
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