¿Control y censura en el Internet?
05/03/1998
- Opinión
Un grupo de tecnólogos de Massachusetts, Estados Unidos, creó el código informático de la
Plataforma de Selección de Contenido de Internet (PICS), que podría ser usado en los próximos
años por gobiernos o proveedores para introducir la censura en Internet a pretexto de impedir que
los niños accedan a espacios violentos o pornográficos.
En una votación realizada poco antes de Navidad, un grupo de unos 200 informáticos e ingenieros
decidió apoyar un conjunto de reglas que podrían determinar algunas de las formas más
importantes mediante las que obtendremos información electrónica en los años venideros.
Los miembros del grupo, el World Wide Web Consortium, con sede en el Instituto Tecnológico de
Massachusetts, dicen que sólo han acordado un estándar técnico para permitir el filtrado de la gran
cantidad de información de la Web.
Según dicen, lo que han hecho ha sido desarrollar una herramienta, no aprobar una ley. Y en ese
espíritu, poco se informó de sus trabajos, que resolvieron en secreto las especificaciones técnicas
del código informático de la Plataforma de Selección de Contenido de Internet (PICS).
Control a partir de la tecnología
Pero defensores de las libertades civiles argumentan que estos tecnólogos están actuando como un
gobierno mundial no elegido, tomando decisiones que afectarán a las relaciones sociales y los
derechos políticos en los próximos años. En el ciberespacio, afirman estos críticos, el código
informático tiene fuerza de ley.
El sistema de filtrado, una tecnología que sirve para definir qué partes de la Web serán accesibles
desde un ordenador particular o un grupo de ordenadores, fue concebida originalmente como una
forma de impedir la regulación gubernamental de los contenidos en el ciberespacio.
Después de que la Corte Suprema derogara la Ley de Decencia de las Comunicaciones en junio de
1997, declarándola una restricción inconstitucional de la libertad de expresión, empezó a verse esta
tecnología como la mejor alternativa, pues posibilitaría que los padres protegieran a sus hijos de los
contenidos considerados nocivos con un simple click del ratón.
Pero, a través de un debate cada vez más intenso, los grupos de libertades civiles han condenado la
tecnología PICS por considerarlo un mecanismo de censura, mientras Tim Berners-Lee, inventor
de la World Wide Web y director del consorcio que aprobó el estándar, la defiende como un bien
social.
Los críticos argumentan que los gobiernos represivos pueden utilizar la tecnología de filtrado como
una herramienta para filtrar los contenidos políticos, mientras que en Estados Unidos la aplicación
más probable de la misma bloqueará gran parte de los contenidos protegidos por la Constitución,
que son los que han hecho de la Web un medio de comunicación particularmente democrático.
"Esta es una técnica que se ha diseñado para posibilitar que una parte controle lo que otra parte
puede ver", ha dicho David Sobel, del Electronic Privacy Information Center. "La aplicación más
aceptable de esto es la que se refiere a la relación padres-hijos, pero también permite que un
gobierno o un proveedor de acceso a Internet se arrogue la función paterna y decida lo que uno
puede ver; no se ha dado ningún paso para evitarlo".
Microsoft ya ha incorporado una primera versión de esta tecnología de selección de contenidos en
su navegador Internet Explorer. Pero los defensores de la libertad de expresión temen que las
reglas decididas en diciembre aceleren la adopción de esta tecnología, haciendo que su uso sea
mucho más fácil.
En una reciente reunión de funcionarios de la Administración Clinton y representantes de la
industria de Internet celebrada en Washington, el vicepresidente Al Gore insistió en la necesidad de
que la industria de la información proporcione a los padres medios técnicos de fácil uso.
Cualesquiera que sean los méritos de los argumentos de los opositores, la controversia subraya la
excepcional influencia que los tecnólogos tienen en la definición de las reglas que gobiernan el
ciberespacio. También presagia una tensión creciente entre los arquitectos de Internet y las
personas que la usan, puesto que también hay profundas implicaciones de las decisiones técnicas en
los campos de la privacidad y la propiedad intelectual.
La libertad de expresión en debate
Tradicionalmente, las reglas técnicas que permiten a los ordenadores ejecutar tareas como el envío
y recepción de correo o documentos electrónicos han sido desarrolladas por organizaciones que
representaban las instituciones, compañías y personas que más utilizaban el medio.
Pero, desde el momento en que la red informática global ha dejado de ser el coto privado de
científicos y académicos, los procedimientos de grupos como el dirigido por Berners-Lee -el World
Wide Web Consortium, o W3C- están siendo puestos en cuestión.
En efecto, muchos defensores de las libertades civiles que se oponen a la tecnología de filtrado la
saludaron inicialmente como una alternativa a la injerencia gubernamental. Pero recientemente, han
llegado a la conclusión de que las normas elaboradas desde dentro de Internet para regular los
contenidos pueden ser tan amenazadoras para la libertad de expresión como la legislación.
El papel de las empresas
Por último, la efectividad de estos estándares dependerá de que los incorporen las principales
compañías de navegadores de Internet. Thomas Reardon, gerente de programas de Microsoft para
la arquitectura de Internet y miembro del consejo asesor del World Wide Web Consortium, dijo
que la compañía seguía evaluando si incluirá la tecnología en las futuras versiones de su navegador.
"Estamos estudiando cómo los usuarios pueden sacarle el máximo partido y también somos
conscientes de los posibles abusos de los gobiernos, especialmente en el extranjero", dijo Reardon.
Entre los 231 miembros del World Wide Web Consortium figuran las principales compañías
informáticas y de telecomunicaciones con intereses en Internet, algunas entidades gubernamentales
y varias organizaciones sin ánimo de lucro. Las cuotas a pagar van desde los 5.000 a los 50.000
dólares. El objetivo expreso del grupo es "desarrollar el pleno potencial de la Web".
Según Berners-Lee, el reto de mantener la independencia política del grupo pasa por crear las vías
para lograr los objetivos sociales que son "independientes de la política".
La tecnología de selección del contenido, por ejemplo, no es en realidad un sistema de clasificación,
sino un sistema de etiquetado que hace posible que los creadores de contenidos de la Web
clasifiquen sus propias páginas o que éstas sean clasificadas por terceras partes.
Las etiquetas son fundamentales para el crecimiento de la Web, argumentan los promotores del
estándar de filtrado, porque aunque el software de navegación no puede examinar los millones de
sitios que existen en la Web y determinar su contenido violento o pornográfico, sí puede clasificarlo
examinando las etiquetas que describen el contenido del sitio.
Según el modelo propuesto el mes pasado, cualquier individuo o grupo -desde una revista hasta un
gobierno o una organización social- puede crear un sistema de clasificación, y los padres pueden así
seleccionar el que mejor represente sus valores. Además de los beneficios para la protección de los
niños, una adopción extendida del etiquetado permitiría la clasificación de la información según su
calidad, en base a fuentes particulares u otros criterios.
Peligro de exclusión
Uno de los problemas es que la Web es enorme y la clasificación requiere mucho trabajo. Los
defensores de las libertades civiles dicen que la situación más probable en los Estados Unidos es el
dominio de unos pocos sistemas de clasificación que excluirán probablemente gran parte del
material existente en la Web. Señalan, asimismo, que no habrá nada que impida que el Congreso
apruebe una ley que exija el uso de estos sistemas.
Aún más temible, dicen los críticos, es que la nueva versión de las especificaciones de filtrado
permiten a terceras partes bloquear todo el material procedente de una dirección concreta de
Internet, como por ejemplo de una organización política, un país o un grupo de países.
La Comisión Europea ha expresado su interés en la utilización de filtros para aplicar una política de
bloqueo del contenido ilegal. China, que ha anunciado recientemente nuevas leyes de censura, y
Singapur son citados a menudo como ejemplos más que probables de utilización de la tecnología de
filtrado para imponer la censura.
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