Ingresando al 2003
24/12/2002
- Opinión
Entramos a un nuevo año en el cual el signo inicial predominante va a ser los
preparativos para una gran guerra contra Irak. El país donde estuvieron Babilonia
y Asiria está lejos del Reino Unido y aún más distante de Ibero América. Sin
embargo, las consecuencias de la confrontación venidera le han de afectar
profundamente.
Hace 11 años la primera confrontación militar occidental contra Bagdad cambió la
política global. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta 1991 en el mundo
habían dos super-potencias que no enfrentaban directamente entre sí, pero que
chocaban mediante distintos conflictos regionales en una guerra fría. Latino
América, desde Cuba hasta el Chile de Allende y Pinochet, fueron el escenario de
distintas polarizaciones sociales en las cuales existían fuerzas locales
vinculadas a Washington o a Moscú.
La desintegración del bloque soviético (1989-91) permitió que EEUU se convirtiera
en la única superpotencia. La primera guerra contra Hussein mostraba la nueva
estrategia estadounidense. De ahora en adelante todo gobierno que no se sometiera
al nuevo orden mundial impuesto podría ser unilateralmente bombardeado. Mientras
Milosevic y los talibanes acabaron siendo depuestos debido a acciones bélicas y
comerciales, el turno le debería tocar hoy a Saddam.
Tanto el presidente irakí como los ex-jerarcas de Yugoslavia y Afganistán tienen
en común haber llegado al poder gracias al inicial soporte anglo-americano. En los
3 casos se pensaba que sus regímenes iban a brindar estabilidad y ampliar la
influencia estadounidense. Sin embargo, acabaron chocando con Occidente. El
pretexto de Washington fue que estos gobiernos violaban los derechos humanos. Sin
embargo, la Casa Blanca ha armado contra ellos a los ejércitos de Croacia, el
único que ha limpiado étnicamente una república entera (la Serbia de Krajina), al
de la Alianza Norteña (narcotraficantes fundamentalistas inmersos en carnicerías)
y al de las petro-monarquías árabes (quienes tienen el peor historial de
persecuciones contra mujeres y cristianos).
La razón por la cual EEUU ha demonizado a Hussein, los talibanes o Milosevic es
por que ambos han buscado mantener una política autónoma y carecen de un poderío
militar, como el que hubiesen tenido la URSS o China. El juicio contra el
autoritario Milosevic viene sirviendo para que los divididos pedazos de la ex-
Yugoslavia sean incorporados al Mercado y para que Serbia tenga hoy un gobierno
afín a la Unión Europea. El derrocamiento de los talibanes ha permitido que se
empiece a construir por Afganistán un gasoducto que transporte el oro negro del
Asia Central hacia Pakistán. La caída de Hussein debería servir para que las
petroleras anglo-americanas se apoderen del segundo yacimiento de hidrocarburos
más grande del medio oriente, para debilitar el levantamiento palestino y para
arrinconar a otros gobiernos contestarios como China., Nor-Corea, Irán, Libia y
Siria. Al golpear a esos gobiernos sin armas nucleares en el tercer mundo, los
EEUU logran, además, presionar a la Unión Europea para que se mantenga bajo su
égida y poder ir haciendo mover a Moscú y Beijing hacia el capitalismo.
En Latino América, Cuba y Venezuela son percibidos como otros países que osan
contradecir a un Bush cuyos ejes son el uní lateralismo militar anti-terrorista y
el aperturismo económico hacia el ALCA. No es casual que la ola de 'lock outs'
patronales contra el único partidario de la OPEP en el hemisferio occidental
(Venezuela), se den de la mano con el objetivo de derrumbar a otro pilar de la
OPEP (Irak).
La dureza contra Chávez es también una advertencia contra los nuevos gobiernos
constitucionalmente electos en Quito y Brasilia. A Lula y Lucio se les dice que
los límites de independencia que pueden desarrollar son limitados. Ambos deben
seguirse enmarcando dentro de las políticas definidas por el FMI. Gutiérrez dice
que su país regresará a la OTAN y que promoverá, al igual que Da Silva, un
entendimiento entre el mandatario colombiano con la guerrilla. Bush trata de
decirles que no deberán ir muy lejos en cualquier política autónoma si no quieren
verse acorralados con la promoción de una derecha desestabilizadora como en
Caracas. En Quito el nuevo gobierno manifiesta que su país será el único
plenamente dolarizado del subcontinente y que se seguirán dando a la empresa
privada la administración de consorcios públicos. En Brasilia el primer presidente
obrero de la región pide detener nuevas tomas de tierra y ajustarse a la
disciplina fiscal.
La guerra contra Irak y el endurecimiento de la política anti-terrorista vienen
afectando a dos naciones hispanas con fuerte oposición armada. Aznar en España y
Uribe en Colombia quieren una ofensiva generalizada contra el ETA, las FARC y el
ELN. Una eventual derrota de Hussein envalentonaría a Bogotá en su política de
conseguir aumentar a los efectivos uniformados y dotarse de un millón de
informantes, con lo cual trata de doblegar a la guerrilla.
Mientras tanto el principal problema que afronta la nueva política norteamericana
para América Latina es la recesión económica que viene corroyendo a todas las
repúblicas de su 'patio trasero'. Argentina es la expresión más dramática de una
catástrofe financiera. Los 5 países amazónicos han tenido elecciones y en todas
partes ha ganado la oposición. Mientras en Colombia el péndulo se fue hacia la
derecha en el resto han avanzado los partidos críticos al FMI. El gobierno de
Toledo es el único de dicha cuenca que aún se mantiene, pero sale sumamente
golpeado de las elecciones municipales, en las cuales la oposición ha ganado casi
todas las 25 presidencias regionales.
El 2003 será un año de mayor polarización. La nueva política dura de Bush está
conllevando al surgimiento de protestas sociales y futuros movimientos de
desestabilización en Latino América.
Preparativos para una nueva guerra
Siguiendo a EEUU, el Reino Unido se viene alistando para ir hacia el mayor
conflicto bélico de este milenio. Bush ha declarado que Hussein viene burlando a
los investigadores de la ONU. Ha ordenado el envío de 50,000 nuevos soldados a la
región para reforzar un número similar existente. Gran Bretaña pondría 20,000
hombres.
Se estima que las condiciones para una nueva guerra podrían estar dadas en
febrero, después que se haya emitido el reporte de los inspectores. Mientras más
rápido sea el ataque, calcula el Pentágono, hay la ventaja que no se combata en el
sancochable verano desértico que haría aún más difícil las condiciones para las
tropas asaltantes que deben cubrirse con sofisticados trajes y máscaras anti-gas.
Irak ha presentado un extenso informe donde afirma que no posee armas de
destrucción masiva. Los inspectores de Naciones Unidas no han encontrado nada
significativo al respecto. Si bien la CIA y el MI5 aseveran que Hussein tiene
escondidos ciertos arsenales, ninguna prueba ha sido mostrada. El caso contra Irak
no tiene aún fuerte evidencia.
Para el 'Daily Mirror' el lunático que sí tiene armas de destrucción masivas y que
quiere guerra es Bush. Varios parlamentarios laboristas han denunciado que
Washington quiere la guerra bajo cualquier pretexto pues el objetivo es poder
acceder al segundo yacimiento petrolero más grande del medio oriente. La afinidad
entre Blair y Bush se debería, sostienen ellos, a que ambos comandan las potencias
que tienen las mayores multi-nacionales petrolíferas, las mismas que tienen sus
ojos puestos en el oro negro irakí.
Saddam permitió que Naciones Unidas haya podido entrar hasta en sus propios
palacios, tragándose el orgullo nacional, buscando ganar tiempo y debilitar
argumentos a la Casa Blanca. El temor de Bagdad es que los inspectores vuelvan a
filtrar información que sea usada por los bombarderos.
Lo cierto es que Hussein tiene menos armas y hombres que cuando atacó Irán (1980-
88) o Kuwait (1991). Ninguno de sus vecinos lo ve como un amenaza real. Sus
mayores atrocidades las cometió cuando recibía aval y miles de millones de dólares
de occidente. Sus mayores armas (incluyendo las químico-biológicas) las adquirió
de las mismas potencias que hoy quieren desarmarle. Para 10 Downing Street y la
Casa Blanca, un ataque contra Irak puede ser imprescindible si se quiere eliminar
una fuente de terrorismo. Opositores dentro del laborismo británico y de los
demócratas estadounidenses afirman que el principal foco de violencia que hay es
el producido por Al Qaeda y Bin Laden, quienes siguen operando. Para éstos una
guerra contra Irak distrae y debilita la lucha contra los terroristas e incluso
les da mayores justificativos.
En enero se darán una serie de eventos y marchas contra la guerra. Dentro de los
pacifistas hay muchos que afirman que el principal peligro en el medio oriente es
Israel, el cual es intocable pese a poseer armas nucleares y estar aterrorizando a
la población nativa. El sector más militante dentro del campo anti-guerra son los
socialistas para quienes la derrota de Blair y Bush en una guerra contra Irak
haría que mejoren las condiciones para que los trabajadores y los inmigrantes
incrementen sus ingresos y derechos.
Una nueva guerra contra Irak sería la quinta que llevase a cabo el Nuevo Laborismo
tras 5 años en el poder. El partido que anteriormente planteaba el desarme
unilateral y el pacifismo, se ha convertido en el principal defensor del belicismo
norteamericano en el mundo. Justifican su actitud planteando que se necesita un
nuevo orden donde toda amenaza contra las democracias sea erradicada y se mantenga
una línea fuerte que evite posibles macro-atentados en Londres y otras metrópolis
como el del 11 de septiembre.
La Iglesia Anglicana contra la guerra
El recientemente electo arzobispo de Canterbury, Dr. Rowan Williams, viene
encabezando una campaña contra la guerra en Irak. Más de 3,000 autoridades de las
iglesias anglicana y católica han firmado una petición pro-paz.
Lo interesante es que la iglesia oficial del estado confronta la política oficial
de la monarquía y el gobierno. La Iglesia de Inglaterra es parecida a la católica
pero con una gran diferencia. En vez de un Papa que vive en Roma su cabeza es
quien posea la corona británica. El clero anglicano está subordinado a la
monarquía (y no al revés como ocurría con los católicos).
Para algunos el hecho que la Iglesia de Inglaterra contradiga al gobierno es parte
de una distribución de tareas. Blair sería el garrote y Williams la zanahoria,
pues ambos están unidos en su interés de preservar el imperio británico. Para
otros la contradicción planteada muestra las fisuras dentro de las élites de
poder.
En Gran Bretaña hay temor en que se repita un nuevo fracaso como el de Suez 1956
que conllevó a la caída del premier. También se teme que se esté hipotecando
demasiado hacia los EEUU y en empresas belicistas que puedan desestabilizar más al
globo.
Las iglesias católica y anglicana son conscientes de la difícil situación y
marginación de los cristianos de Palestina. El Obispo Anthony Russel considera que
el principal problema en el mundo musulmán es el que se da entre Palestina e
Israel. Nuevas guerras en el medio oriente impondrían más violencia en ese
conflicto en detrimento de los palestinos.
Ola de descontento laboral
Hace un cuarto de siglo el anterior gobierno laborista cayó debido a que diversos
sindicatos entraron en huelga produciendo el 'invierno del descontento'. Esta es
una posibilidad que confronta el Nuevo Laborismo al acercarse a su sexto año en el
poder.
Los bomberos y maestros londinenses han realizado huelgas y marchas. Su ingreso
anual es oficialmente 20 a 21 mil libras, pero un tercio de éste recae en
impuestos y otro tercio en alquileres. Lo que al final les queda son unas 500
libras para sus gastos mensuales, una cifra similar a lo que una barrista como
Cherrie Blair puede ganar por ir a una breve audiencia.
Los bomberos piden que lo mínimo que pueden ganar son £ 30,000 anuales. Su
profesión es riesgosa. Solamente el 11 de septiembre cientos de ellos perecieron
socorriendo víctimas en Nueva York. La propuesta que sectores empresarios vienen
manejando es la de permitir un aumento del 11% en dos años a condición que se
amplíen horas de trabajo y funciones en el personal. El FBU (Sindicato de
Bomberos) sostiene que, a cambio de leves aumentos, se les quiere obligar a
aceptar el empeoramiento de sus ya severas condiciones laborales.
Para el oficialismo Gran Bretaña es uno de los pocos países que permite que
semejante sector estratégico pueda hacer huelgas y se está discutiendo la
posibilidad de eliminarles ese derecho o de permitir que las FFAA utilicen los
carros bomberos. Esto último haría incendiar el conflicto en condiciones en que el
alto mando se prepara para una guerra contra Irak.
Para Blair y Brown cualquier concesión salarial significativa a los bomberos
conllevaría a similares pliegos dentro de los maestros, enfermeras y todo el
sector público, con lo cual se corre el riesgo de incrementar la inflación y los
intereses. Para los sindicatos hay una contradicción entre no querer aumentar
sueldos mientras los parlamentarios han incrementado sus dietas en más del 40% y
se han destinado miles de millones de libras a bombardear en Afganistán, la
antigua Yugoslavia e Irak.
* Isaac Bigio Profesor e investigador de la London School of Economics & Political
Sciences
https://www.alainet.org/de/node/106791?language=es
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