Pareceres y compromisos
08/07/2003
- Opinión
1- Pedir la palabra en estas páginas me impone la
necesidad de trasmitir algunas opiniones sobre el diario
acontecer que tienen su importancia. Comprometer opinión,
por ejemplo, a favor de Mario Handler y su notable aporte
al conocimiento de lo que está pasando en esta sociedad.
Los rechazos oficialistas a la película "Aparte" dieron
muestra de los altos índices de hipocresía que se han
apoderado del hablar político actual. Algo nauseabundo
que contamina todo el decir político y lo envuelve en esa
atmósfera de farsa y cuento del tío con que lo percibe un
número creciente de compatriotas. Y en eso marchamos
todos.
2- Comprometer también opinión a favor de las sentencias
recientes del Tribunal de Conducta Política, ¡que nunca
nos falte!. Y de reivindicación del contenido de los
lineamientos éticos aprobados por el Frente en 1990,
lineamientos acerca de los cuales no podría sustentarse
una opinión (un documento "antiguo" se ha dicho) sin
explicitar urbi et orbi en que sentido se lo quiere
"modernizar".
3- El trigésimo aniversario del golpe coincidió con un
incremento de los encuentros y reuniones donde se examinó
el episodio y a partir de ahí se retomaron algunos
debates interesantes. Asistí a varias de esas mesas
redondas y creo que en general han sido provechosas, han
permitido debatir en torno a las orientaciones que
presidían la acción de la izquierda y el movimiento
obrero. Que no resulta fácil reconocer los errores
propios ha quedado expuesto una vez más.
Los golpistas o para-golpistas civiles y militares
reiteraron que lo volverían a hacer. Para la derecha, se
trató de una conspiración a dos puntas entre la
subversión armada y los mandos del Ejército; tampoco
creen haberse equivocado.
En la izquierda, algunos como el PVP o el MLN reconocen
sus errores y carencias, otros se omiten como si entonces
no hubieran desplegado su propia orientación y no faltan
quienes consideran que entonces tenían, como ahora
tienen, toda la razón.
Creo que en este despertar han influido varios esfuerzos,
entre otros los trabajos publicados por las mujeres de
"memorias para armar" en sus distintas ediciones que
aportaron nuevas miradas sobre la realidad de la
dictadura. También la existencia de actuaciones
judiciales (contra Blanco, contra Bordaberry) que
muestran que los nervios de la indignación de nuestra
sociedad no están paralizados y que la lucha contra la
impunidad continúa, pese a que sobre el punto no todos
venimos aportando con el mismo entusiasmo.
4- Desde el ángulo que reflexiono, estos balances
importan por su contribución al quehacer de hoy, a los
desafíos inéditos que enfrenta la izquierda, en una
sociedad a la que el capitalismo está destruyendo de
manera acelerada. En estos días una información de la
Intendencia M. de Montevideo da cuenta que hoy la comuna
tiene registrado 6.386 carritos de hurgadores. Cada día
se suman dos más. La mitad de las personas censadas tiene
menos de 18 años. Se registraron 778 niños menores de 5
años. El 80% de las personan que realizan esta actividad
no tienen otra ocupación y el 60% de ellas realizan la
clasificación de los residuos en su propia casa.
En la vida reciente del país ningún guarismo creció más
rápido que los que cuantifican la miseria uruguaya. Entre
1984 y el 2002 la población de los asentamientos
marginales se multiplicó por 14.
De ese brutal fenómeno social (o anti social) no tenemos
referencias. Es un martirio que ocurre sin que tomen
estado público los nombres de los mártires. Un drama sin
fecha, sin lugares. Un despido, después un desalojo. Todo
silencioso, todo solapado, todo "bajo el imperio de la
ley" en una sociedad democrática. Del barrio obrero al
"cantegril", de la fábrica al carrito. "¡Y hay que
mantener la boca cerrada!", cantaría la Falta.
5- Las tareas de elaboración de programas en el FA-EP
siguen con constancia y dedicación. Algo del futuro de
nuestra sociedad se está definiendo ahí, en ese programa.
Vale más un paso del movimiento, decía un barbudo, que
diez programas. Pero los programas importan y mucho.
Permiten discutir desde ahora los caminos, las
dificultades y prepararnos para vencerlas.
En los próximos meses habrá instancias importantes en
este terreno. Tendrá mucha importancia el peso de los
trabajadores en los debates programáticos de la
izquierda. El próximo gobierno no será un gobierno de los
sindicatos, pero será el primero desde la época de José
Batlle que no militará contra los sindicatos. Un gobierno
que hará que se respete en el país el principio
constitucional que garantiza los fueros sindicales y la
negociación colectiva. Y que pondrá la cuestión de la
recuperación salarial como uno de los primeros puntos de
cualquier agenda nacional. Para los trabajadores será la
hora de apoyar, exigir, criticar, en un escenario
completamente nuevo para el que todos debemos ir
preparando nuestras perezosas cabezas.
* Hugo Cores es dirigente del PVP
La República, Miércoles 9-7-03
https://www.alainet.org/de/node/107845
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