ALCA y Comando Sur
16/07/2003
- Opinión
Las disposiciones del Área de Libre Comercio de las
Américas (ALCA), que Estados Unidos busca hacer
realidad en los próximos años, es una receta para un
descalabro social y ambiental de proporciones
inimaginables para América Latina, sostienen sus
críticos.
El ALCA, que extenderá hasta Tierra del Fuego el
actualmente vigente Tratado de Libre Comercio de
Norteamérica (TLC), que abarca a Estados Unidos,
Canadá y México, facilitará una ola de privatizaciones
de territorios y recursos naturales y culturales que
resultará en un desamparo total para los pueblos
indígenas y rurales de las Américas. Esa es la
advertencia de un informe reciente de Acción
Internacional por los Recursos Genéticos (GRAIN),
organización internacional con sede en Barcelona.
El economista mexicano Giancarlo Delgado Ramos,
investigador del Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales, plantea que la situación político-económica
explosiva a ser causada por los efectos del ALCA
podría crear nuevos pretextos para la intervención del
Comando Sur de Estados Unidos en América Latina. Estos
pretextos pueden ir desde la preservación o
restauración de la "ley y orden" ante situaciones de
"ingobernabilidad", y proteger intereses económicos e
inversiones estadounidenses en situaciones de
"inestabilidad social", hasta la protección del medio
ambiente.
"En los territorios ricos en recursos, el gámbito de
los geopolíticos se ha justificado en repentinos y
supuestos aumentos de las actividades delictivas,
especialmente del narcotráfico", dice Delgado Ramos en
su monografía Geopolítica Imperial y Recursos
Naturales. "También desde la retórica facilona del
'desarrollo sustentable', que se viene prestando como
comodín a cualquier acción de las elites capitalistas
y que 'obliga' la actuación de las fuerzas militares
para garantizar la 'conservación' de tales o cuales
espacios."
Delgado Ramos presenta lo ocurrido en México desde que
el TLC entró en efecto en 1994 como ejemplo y
advertencia de lo que puede esperar el resto de
América Latina con el ALCA. Con el TLC se ha
facilitado la privatización formal y/o de facto de
ferrocarriles, carreteras, el sistema bancario y de
pensiones, puertos, aeropuertos, telecomunicaciones,
espacio satelital, electricidad, petróleo, gas,
distribución y tratamiento de agua, maderas y
biodiversidad, ésta última como banco de genes al
servicio de las transnacionales de la biotecnología.
Se trata de nada menos que de una desnacionalización
de los activos estratégicos. Bajo el ALCA, la
prerrogativa del estado de trazar una política
económica se convierte en cosa del pasado y los jefes
de estado se convierten en simples "country managers"
del proyecto neoliberal dirigido desde Estados Unidos.
No en balde, el entonces vicepresidente de Estados
Unidos, Albert Gore, le había dicho al Congreso que la
aprobación del TLC era tan importante para su nación
como la compra de Louisiana y Alaska en el siglo XIX.
"Todo lo que un país defiende en caso de guerra es
justamente lo que se ha venido rematando", sostiene
Delgado Ramos. "Algo que es en extremo delicado, ya
que en caso de 'desestabilización social interna', es
más que factible que sea Estados Unidos quien defienda
en nuestros territorios lo que 'compraron' sus
empresarios."
La extensión del TLC hacia Centroamérica se hace
patente en el Plan Puebla Panamá (PPP) y el Corredor
Biológico Mesoamericano. El PPP pretende establecer
una masiva infraestructura por todo el istmo
mesoamericano- autopistas, puertos, redes de energía
eléctrica y represas hidroeléctricas- para explotar al
máximo los recursos naturales y humanos de la región y
ampliar su viabilidad como puente interoceánico.
Mientras tanto el Corredor Biológico, que se sirve de
fotos satelitales, busca abrir la región a la
bioprospección por parte de corporaciones de
biotecnología, y el turismo "ecológico".
El PPP y el Corredor presentan nuevas necesidades de
seguridad para los inversionistas extranjeros,
mayormente estadounidenses. "El nuevo ordenamiento
territorial de Mesoamérica (hecho con fotografías de
la NASA) debe entonces partir de la recuperación de la
'ingobernabilidad' sobre bosques y montañas, ya que,
según los 'country managers', bloquea el desarrollo
económico y la conservación de los ecosistemas."
(Paréntesis en el original)
Un futuro tétrico
GRAIN pinta un cuadro más tétrico aún. En su documento
Introducción al ALCA, la organización advierte que al
acceder a este acuerdo, los países firmantes estarán
asumiendo unas obligaciones incosteables. Deberán
permitir que transnacionales extranjeras se apropien
de tierras, al igual que usar patentes para adueñarse
de recursos biológicos, -sean agrícolas o silvestres-
y hasta de conocimientos indígenas y tradicionales
sobre el uso de la biodiversidad.
"El acceso a las zonas con biodiversidad y a las
plantas, animales y microorganismos que allí habiten
quedará bajo el absoluto control de quienes se hayan
apropiado de ellas. Si alguien lograse sacar plantas o
animales de tales áreas, le serían confiscados junto a
la aplicación de una multa... Si una empresa
autorizase la extracción y uso de material vivo, lo
podría hacer bajo condiciones muy específicas y
restringidas, incluso fijando formas de uso y
prohibiendo su reproducción."
Según GRAIN, los conocimientos de pueblos y
comunidades enteras podrán pasar a manos de empresas
privadas. "Una vez declarados propiedad empresarial,
será el conjunto de esos pueblos y comunidades quienes
quedarán bajo la obligación de no difundir ni utilizar
tales conocimientos. Quienes continúen haciéndolo
pueden ser sometidos a multas o penas de cárcel."
Si las empresas agroindustriales patentan las semillas
tradicionales, los humildes pueblos que las
desarrollaron se verán obligados a dejar de
sembrarlas, aún si fuera para autoconsumo, a menos que
acepten los derechos de propiedad intelectual de sus
nuevos "dueños". "Tales cultivos se deberán
desarrollar bajo las condiciones y para los fines que
la industria determine... La industria queda como
controlador absoluto de qué se cultiva, qué se
consume, qué se comercializa." Tal será la suerte del
rico conocimiento que pueblos campesinos e indígenas
crearon, y compartieron libremente entre ellos y con
el mundo.
Veremos con el ALCA "la ruina y posible expulsión del
campo de gran cantidad de campesinos e indígenas
latinoamericanos, junto con el desconocimiento total a
los derechos territoriales y culturales de los pueblos
indígenas. Sobre ese fondo se desplegará un proceso de
apropiación física de los territorios por parte de
empresas transnacionales, los que además podrán quedar
bajo normas y autoridades especiales definidas por
organismos privados."
"Quienes permanezcan o se les permita permanecer en
las áreas rurales deberán hacerlo bajo las condiciones
y normas fijadas por las empresas transnacionales,
posiblemente como mano de obra barata y desprotegida."
Nuevos horizontes para el Comando Sur
Este nuevo ordenamiento presenta nuevos retos al
Comando Sur. Mientras durante la guerra fría su misión
fue combatir la supuesta "conspiración soviética
mundial", ahora tiene el mandato multifacético de
velar por la estabilidad y el buen clima de negocios
de las enormes inversiones que vendrán con el ALCA;
proyectar una sombra amenazadora sobre los movimientos
sociales contestatarios y alternativos (los llamados
"non-state actors"), y gobiernos "no cooperadores"
como el de Chávez en Venezuela y el de Lula en Brasil.
"La relación entre geopolítica imperial y recursos
naturales se entiende mejor si se revisa espacialmente
la localización de emplazamientos militares con
respecto a las principales reservas de biodiversidad,
agua, petróleo y minerales", aconseja Delgado Ramos.
Viajando de norte a sur, comenzamos nuestro trayecto
con el radar ROTHR en Corpus Christi, Texas; después
Chiapas, con sus ricos dotes de madera, agua dulce y
biodiversidad, al igual que yacimientos de petróleo,
uranio y otros minerales. Para su selva Lacandona se
planean grandes desarrollos hidroeléctricos y
proyectos ecoturísticos.
En Guatemala, la jungla del Petén, con sus amplios
recursos de agua y biodiversidad. Para el río
Usumacinta se proyecta la construcción de varias
represas hidroeléctricas como parte del PPP. El Petén
es una tierra sin ley, donde las mafias locales talan
bosques y saquean tesoros arqueológicos a su gusto.
Tal 'ingobernabilidad' podría ser pretexto para una
intervención del Pentágono en el futuro. En 2001 el
Comando Sur realizó ahí mismo sus maniobras New
Horizons.
En El Salvador, la base militar en Comalapa, y el
centro regional antidrogas; en Honduras, con su
confluencia de zonas terrestres megadiversas, bosques
de pino y generosos yacimientos de cobre, la
base-radar Soto Cano; Nicaragua, con sus yacimientos
de oro, grandes bosques en su región este, y la cuenca
petrolera en su costa caribeña; Costa Rica, vitrina de
proyectos modelo de bioprospección, ecoturismo y
ambientalismo elitista; y la selva Darién en la
frontera panameña con Colombia, rica en especies
endémicas.
Por toda la región están ubicadas instalaciones
militares de la guerra "contra las drogas" que el
Pentágono llama forward operating locations y forward
operating sites- en Belice, Honduras, Costa Rica,
Panamá, Islas Caimán, Aruba y Curaçao. Y no olvidemos
a Guantánamo, Roosevelt Roads y el ROTHR de
Vieques-Juana Díaz.
Pero Suramérica es el premio mayor, con su grandísima
extensión territorial, vastísimas reservas de agua
potable (Brasil tiene el 20% a nivel mundial), tesoros
de biodiversidad agrícola (en los Andes se origina la
papa), y recursos minerales.
Para explotar al máximo sus recursos, el continente
suramericano tiene su versión del PPP, la Iniciativa
para la Integración de la Infraestructura Regional de
Suramérica (IIRSA). Esta iniciativa pretende construir
una enorme infraestructura de transportación para
vincular los rincones más recónditos del continente a
la economía global, incluyendo autopistas que cruzarán
los Andes para conectar la Amazonia al Pacífico. Se
contemplan también ambiciosos proyectos privados de
electrificación que se beneficiarán de mercados
energéticos liberalizados.
Para velar por la seguridad del IIRSA y el ALCA ahí
están la base-radar en Manta, Ecuador; en Colombia
bases en Leticia, Caquetá y Putumayo; Santa Lucía en
Perú al igual que en el Putumayo peruano; la
ampliación de la base en Alcántara en Brasil; en
Bolivia, una instalación en Chaparé y una unidad
"antiterrorista" en Santa Cruz de la Sierra; En
Paraguay, campamentos para entrenar boinas verdes; en
Tierra del Fuego la base de Tolhuin; y múltiples
instalaciones más en Argentina, el Atlántico Sur y
hasta Antártida.
Sorpresas en el camino
Pero da la mala pata que las fuerzas progresistas
están repuntando en América Latina. Chávez y Lula
están en el poder en Venezuela y Brasil
respectivamente, para el horror de Wáshington, las
petroleras y la banca internacional. Pero aparte de
las grandes proezas de los hombres de estado, la
resistencia se manifiesta en millares de pequeñas
instancias, que en sí pueden parecer modestas, pero el
conjunto de todas es suficiente para preocupar al
optimista neoliberal más risueño.
En Argentina los ciudadanos ocupan fábricas y se
organizan en asambleas comunales. En Chimalapas,
México, los habitantes rurales forman reservas
ecológicas campesinas, que dan al traste con la
retórica de desarrollo sustentable del presidente Fox
y de los grupos ambientales elitistas de Estados
Unidos. En Brasil el Movimiento de los Sin Tierra, con
1.5 millones de miembros, rescata terrenos y los
reparte a 250 mil familias pobres. En Chiapas las
comunidades zapatistas resisten intentos de desalojo.
En Mesoamérica los indígenas ponen de patitas a los
bioprospectores corporativos y participan con los
sectores de sociedad civil en asambleas regionales
para organizar la oposición al PPP. Y en Vieques los
boricuas le damos un ojo negro a la marina.
En conclusión, me permito citar a Delgado Ramos una
vez más: "Cada día se avanza en esa dirección, y
aunque falta camino por recorrer, las posibilidades
para desmantelar el sistema y explorar caminos para la
construcción de otra historia, de y para América
Latina, son prometedoras a medida que los pueblos
colectivamente pelean por un objetivo común."
San Juan, Puerto Rico
FUENTES:
Delgado Ramos, Gian Carlo. "Geopolítica Imperial y
Recursos Naturales".
http://www.biodiversidadla.org/article/articleview/2937/1/11/
GRAIN. "Introducción al ALCA".
http://www.biodiversidadla.org/article/articleview/2418/1/12/
Inciativa para la Integración de la Infraestructura
Regional de Suramérica. Mapa general de los ejes de
integración y desarrollo.
http://www.iirsa.org/esp/ejes/mapa_general.shtml
* Artículo publicado en: CLARIDAD, 17 de julio 2003, San
Juan.
https://www.alainet.org/de/node/107930?language=es
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