En la madrugada de este viernes 9 de julio, el Tribunal de Sentencia de Cobán, en el Departamento de Alta Verapaz dictó una sentencia histórica en contra de algunos de los militares responsables de la masacre cometida hace más de 8 años en la comunidad de Xamán, el 5 de octubre de 1995. En esa fecha una patrulla militar uniformada y equipada con armas de guerra penetró ilegalmente a los terrenos de la comunidad que se aprestaba a celebrar el primer aniversario de su asentamiento en ese lugar, después de muchos años de permanecer refugiados en México. Ante la airada protesta de los pobladores, mujeres y niños en su mayoría, para que los militares salieran de su comunidad, el oficial al mando de la patrulla dio la orden de fuego y los soldados dispararon indiscriminadamente. El terrible resultado de la matanza fue de 11 personas muertas - incluidos 3 menores de edad- y 28 heridos. Según el Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, la masacre de Xamán fue la última de 626 matanzas colectivas cometidas dentro del genocidio perpetrado en Guatemala. Y de todas esas acciones criminales, el caso Xamán fue el único en el que se logró capturar y encarcelar a los militares responsables de la autoría material. En representación de las víctimas la señora Rigoberta Menchú se constituyó en acusadora, como Querellante Adhesiva y durante el juicio nuestra Fundación apoyó y acompañó a los supervivientes y al Ministerio Público hasta enero de 1999. En esa fecha nos retiramos públicamente del proceso, denunciando las graves anomalías que se venían cometiendo a favor de los militares y las múltiples violaciones a las normas del debido proceso. Durante los últimos años hemos denunciado el peligro de que este crimen de lesa humanidad pudiera quedar en la impunidad y exigimos que el Ministerio Público cumpliera con la responsabilidad legal que le corresponde. Por esa razón valoramos que con la justa sentencia condenatoria emitida el día de hoy, los Jueces de Cobán le aportan una luz de esperanza al sistema de justicia en Guatemala. Los 40 años de prisión a los que fueron condenados el Capitán Antonio Lacán Chaclán y 13 de los soldados que integraban la patrulla bajo su mando, es una sentencia justa por los crímenes cometidos y representa también un avance en la lucha por terminar con el sistema de impunidad que prevalece en nuestro país. Hay que destacar que de las 626 masacres cometidas entre 1978 y 1995, el caso Xamán es el único por el que un oficial militar y un grupo de soldados han sido juzgados y condenados. Ese es el mínimo resarcimiento moral que merecen los hermanos Mayas de la comunidad de Xamán y los pueblos indígenas de Guatemala, a los que pertenecía el 87% de las 200 mil víctimas del genocidio. Para que los guatemaltecos podamos recuperar la confianza en las leyes y en el aparato de justicia, es necesario que el Estado en su conjunto y el sistema judicial en particular se comprometan en la lucha contra la impunidad que ha encabezado valientemente la sociedad civil de Guatemala. Esperamos con optimismo que la sentencia en el caso Xamán abra un camino duradero en esa dirección. Fundación Rigoberta Menchú Tum Guatemala, 9 de julio de 2004.