El país de plástico y los medios

25/09/2005
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Fines de septiembre y todavía la CNN se empeña en filtrar viejas notas sobre el fatídico Katrina que asoló la costa sur del país imperial, mostrando hambre, falta de atención médica, discriminación racial, trato áspero y violento sobre víctimas desamparadas. A pesar de que maquiavélicamente y por responsabilidad de la marioneta descerebrada que está a cargo, rechazaron la ayuda de Cuba y Venezuela, mostrando la soberbia típica del capitalismo salvaje, sabemos muy bien que fueron votados para ejercer un destino de usura, explotación y desinformación reiterada. Salvo el gran camión con quirófano de un solo galeno a bordo, toda la atención médica fue irrelevante y escasa justamente por no ser solventada. Y como ayuda solidaria, continuamente se demandó dinero, no para los damnificados, sino en nombre del precio del barril de crudo que nadaba tranquilamente en medio de las olas. Rita arribó para que se desdeñara este desorden e indiferencia. Con el nuevo desastre fueron más esmerados y la filmografía se mostró casi humana exigiendo el alza de popularidad de una jefatura que impone levantar imagen para continuar matando civiles en Irak. De tantas mentiras y daños ya no se les cree nada y menos recitados por sus mejores socios, los medios des informativos de comunicación, que son cómplices excedidos de vanidad y cuyas voces parecen llegar desde el centro mismo del huracán, no sabemos si por miedo o porque se les cayó la careta. Ya habían relatado el viaje a la luna mostrando una descuidada puesta de Stanley KUBRICK. Señalaron al gran culpable Oswald cuyo único mérito fue haber sido un pagote orquestado por la CIA, el FBI, y la gusanera de Miami con visto bueno del Pentágono. Mostraron a las Torres Gemelas implosionando como un hermoso espectáculo de Hollywood con muertos pobres y verdaderos. Londres disimuló todo con blancas celosías mientras en el centro de esos desastres, un llamamiento urgente advertía que en Alaska existe un poder terrorista climático denominado Aurora Lumínica, que produciría humedad a su antojo y activada por misiles haría llover donde se les ocurriese, producir incendios, sequías, granizos, huracanes, tornados, sunamis y nieves continuas a destiempo. Algo como para meter mucho miedo, incredulidad y afianzar un gran manejo del poder omnímodo. Otra vez el periodismo mintiendo descaradamente, o la “aurora” anunciada se les fue de las manos y los tocó muy cerca demostrando que el poder no es tanto. O como un boomerang apareció para realizar el negociado de la reconstrucción y mostrar incapacidad para resolver situaciones críticas cuando el chubasco se les venía encima. Entre mucha buena prensa dedicada a los efectos trágicos de Katrina en la tierra del OLD RIVER, un artículo de Luciano Alzaga ofrece la interpretación ajustada de los acontecimientos El autor se pregunta si lo ocurrido fue por somnolencia de Bush o se trata de otra vuelta de tuerca del neoliberalismo, ya que el estado se preocupa sólo por proteger a los poderes financieros para seguir colonizando económicamente, aún en medio de desastres nacionales. Aumento del petróleo, seguros que no se van a pagar, comenzar desde cero y salvarse quien pueda de acuerdo al cacareado espíritu americano. Y un hecho inédito: el notable presidencialismo, esa idolatría puesta en la figura del Presidente sólo por el hecho de serlo, quedó desarticulada junto a la famosa “barras y estrellas” bandera a la que vimos embarrada y nadando en las pestilentes aguas de Nueva Orleáns. En Galveston, en cambio, flameó airosa durante todo el paso del Rita en tanto el periodista soportaba gruesas gotas de lluvia sin siquiera mojarse el rostro. Como pudimos observar, lo que ellos creen excelentes puestas en escenas, se han transformado en mentiras descaradas. A partir del amor a los hijos, al hermano, al amigo, a los padres, al pueblo, nos preguntamos ante tanto horror: Los ranger, marines, guardias nacionales recién regresados de Irak: ¿Llegaron a salvar seres humanos o bienes materiales? Los vimos actuar con nerviosismo y grosería empujando pequeños negritos con ojos asustados dentro de helicópteros que los alejaban de madres desgarradas por el dolor. El gobierno norteamericano y sus cómplices periodistas mostraron la intención de quitarse de encima a negros haraposos que los siguen molestando aún con el encumbramiento de Condoleza Rice o Colin Powel, designados para hacer creer que prevalece la absoluta igualdad. Me recordaron al Mosad removiendo los despojos después del atentado a la Amia en Buenos Aires. Buscaban papeles, obligaciones y contratos, no a las personas que yacían asfixiadas debajo de los escombros. Realmente, Estados Unidos se siente a sí misma como una ficción cinematográfica. No olvidemos que es el reino de las Barbys, muñecas gélidas y rígidas que inducen a las niñas a convertirse en mujer objeto. Y la tierra de Mc Donalds que va desparramando por el mundo hamburguesas que no son de carne. Y el reino de Disneylandia y Disney World, ponderados paraísos de la ilusión infantil a donde van ilusos del Tercer Mundo a dejar sus dólares ahorrados con esfuerzo para visitar una ciudad Pinocho en la que sólo encontrarán ladrones, corruptos y mentirosos que harán olvidar la escuela y apuntar a un futuro de analfabetismo e ignorancia, principal aspiración del dominio imperial. Los dueños de cohetes y armas nucleares no de plástico, generan guerras e invasiones. Procrean muertos que no duelen, ni siquiera los propios. Los ajenos, pobres seres, eligieron esa tierra prometida por asedio de los medios. Arriesgaron la vida y la libertad para obtener una cámara filmadora, la inflamable casita de madera o el auto viejo que los endeudará si no queda varado por el precio de la gasolina. Nosotros, argentinos, tenemos en el país feliz cien mil valientes ilegales que se arriesgaron para fotografiarse de smoking en algún casamiento pomposo y ridículo donde todo el mundo se disfraza de rico. Nunca calcularon que de tanto en tanto les iba a tocar un funeral. Como ejemplo de patriotismo, recordemos la familia que mostró asombrada CNN en medio del desastre. Desde su protegida casa en la colina, saludaban a los helicópteros disfrutando de la piscina mientras resguardaban la sencilla mansión inmunes al dolor que se observaba alrededor. Tenían agua, comida, objetos intactos y automóviles caros. He aquí el espíritu individual y egoísta americano mostrado en una nota espeluznante. Nunca imaginé que las fuerzas naturales pudieran provocar un aquelarre semejante referido y no verificado porque no percibimos asaltos ni saqueos. Sólo fueron palabras y cuerpos flotando. Los seres humanos coexistimos algunos muy perversos, otros demasiado fáciles de engañar y los menos solidarios. La condición humana desciende en el consumo. Pero ellos, los del ejemplo, muestran un paraíso mediático insistentemente exhibido por el cine, la televisión, la prensa, los videos. Una perfección que funciona a partir del heroísmo individual y es la gran mentira. Un frágil barrilete de plástico. Aunque canten himnos que invocan a Dios, ondeen la insistente bandera reiterada hasta el cansancio envolviendo víctimas, (durante el Rita flameó orgullosamente sin ser arrebatada de su mástil), un emblema que nosotros, latinoamericanos, gustamos quemar frente a sus embajadas poniendo nerviosa a la policía vernácula, generalmente al servicio de gobiernos mayordomos. Nuestra prensa ausente, alejada del pueblo, abrazada a la empresa. Me pregunto: la naturaleza desfallecida por el recalentamiento atmosférico, político y usurero: ¿Habrá intentado también repudiar a los cuerpos pobres y negros de las víctimas? Sabemos que los huracanes que azotan Cuba producen pérdidas económicas porque los seres humanos, animales y vegetales son resguardados con colectiva organización. En tanto, la CNN valora las escasas muertes cubanas como grandes pérdidas y las propias se reducen día a día. En esto hay algo de cierto. Cada cubano vale por cien de ellos. Pasada la tempestad, el mar y el viento podrán calmarse, pero regresarán y el dios naturaleza continuará advirtiendo que hay circunstancias de las que no se abusa. ¿Comprenderá el pueblo estadounidense que ellos, aunque no lo parezcan también son humanos y transitorios en la cadena de la vida? De razonar la lección obligarían a sus gobiernos entornados por la fatalidad a ser más humanista con los otros pueblos, cumpliendo el sueño de Martín Luther King. Nosotros, modestos tercer mundistas a los que nos desprecian tanto como al Che, Guerrillero Heroico al que vilmente asesinaron y resulta más peligroso cada día, les exigimos que renuncien a viajar a Cumbres o Congresos porque graciosamente podrían una vez más traer la muerte. Es difícil que los adoradores del becerro de oro hayan aprendido que con la naturaleza no se juega y que los Rambos, Superman y Batman son pura ficción. En tanto en Cuba, los verdaderos médicos socorristas aguardarán sentaditos con sus mochilas socialistas, dispuestos a mostrar a los negros, pobres y abandonados del mundo “demócrata” cuáles son los verdaderos derechos humanos que se deben ejercitar. Aún agraviada, Cuba, su pueblo y su Gobierno no son inmunes al dolor ajeno, porque Cuba está conformada por material ignífugo a todo lo que es inmoral, deshonesto y mentiroso. Cuba es un lagarto de níquel y de azúcar, tan moralmente fuerte que asiste a continuar con la esperanza, aún en un mundo enloquecido por el hielo del desamor de los países de plástico. Y el plástico se quema tan rápido como el celuloide o el papel y suele dejar una estela tristemente macabra e insoportable. El corazón, en cambio, puede doler de amor y quemarse de sufrimiento. Pero sigue latiendo en cada ser de la tierra que conoce la solidaridad.
https://www.alainet.org/de/node/113083?language=en
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