PetroEuro: El arma de Irán
08/02/2006
- Opinión
Al terminar la Segunda Guerra mundial hubo la famosa Conferencia de Bretton Woods donde se crearon el Banco Mundial -BM y el Fondo Monetario Internacional - FMI. El primero para financiar la reconstrucción de las infraestructuras y el segundo para resolver problemas de balanza de pagos que dificultaran el comercio. Como elemento adicional de estabilidad, se restableció la convertibilidad de las monedas en oro y se acordó que los bancos centrales debían tener suficientes reservas de oro para asegurar esa conversión.
El cambio entre las monedas nacionales estaba referido a la convertibilidad del US Dólar, cuyo valor estaba garantizado a 38$ por onza de oro, por solemne compromiso del gobierno de Estados Unidos. Eso permitía simplificar el comercio, cotizando todos los bienes en US dólares.
Entre 1971 y 1973 el gobierno de Richard Nixon renegó el solemne compromiso y dejó “flotar” el dólar. “Flotar” es un eufemismo usado en economía para anunciar que algo se va a hundir. Como todas las monedas nacionales tenían un respaldo en Dólares, contados como un título de acreencia sobre el oro norteamericano acumulado en Fort Knox, ese hecho constituyó una estafa general. Un “default” de sus obligaciones, diría ahora el FMI. Desde entonces el dólar es una moneda fiduciaria - de curso forzoso - que constituye las dos terceras partes de las reservas de los bancos centrales y cuya emisión depende sólo de las necesidades financieras de Estados Unidos.
Una mitad del intercambio mundial de bienes y servicios usa el Dólar estadounidense como referencia de valor. Un valor hipotético, porque los Estados Unidos tienen una balanza comercial crónicamente desfavorable que se cubre con Dólares sin fondos, lo que va creando una masa monetaria desvinculada de la actividad económica productiva.
Ese exceso de dólares es absorbido por las bancas centrales que emiten a su vez monedas nacionales. Así se creó un dinero circulante que, sin producción de riqueza real, es causa de la inflación endémica de las últimas cuatro décadas y del empobrecimiento universal. En todas partes, Estados Unidos incluido, se erosiona el poder adquisitivo de los salarios y se crean ganancias contables e imponibles, pero inexistentes. Es como un tributo mundial que todos pagamos a los dueños del dólar americano
La moneda de referencia
Otro eufemismo económico es decir que subió el precio del oro, cuando se trata en cambio de la baja de una moneda. Entre 1971 y 1980 el Dólar cayó de $38 la onza de oro hasta entorno a los $300. Esta visto que el dólar no flota, pero muchos políticos, muchos economistas y todos los estafadores, piensan que se puede emitir dinero sin fondos mientras haya quien lo acepte.
La economía clásica tiene una regla, desde hace unos 300 años, según la cual toda moneda emitida debe garantizarse, como mínimo, con un 50% en oro. Se dice que el patrón oro es obsoleto, sin embargo, el dólar ha caído por debajo de los $550 la onza. Eso se refleja en el cambio con otras monedas. En el año 2003 sólo la intervención masiva de China, Japón, Corea y Taiwán chino, que compraron $580 Millardos en Bonos del Tesoro de Estados Unidos, salvó al dólar del colapso. Pero esos amigos orientales quedaron saturados. Las bancas centrales europeas hace tiempo que lo están.
Según fuentes suizas(1), en Estados Unidos hay 778 Millardos de Dólares circulando en billetes de banco; por las reservas que tienen, la línea de “flotación” estaría en unos $1500 la onza. Lo mantiene por encima la demanda que tiene para las transacciones internacionales, porque las materias primas se cotizan en dólares y, muy señaladamente, el petróleo.
Petróleo y dólar
El horizonte del dólar tiene nubarrones desde que el Irak de Saddam tuvo autorización de la ONU, en octubre 2000, para vender el petróleo iraquí en euros, a pesar de la oposición de Estados Unidos. Luego convirtió en euros los 10 Millardos de Dólares acumulados en el programa petróleo contra alimentos de la ONU. No fue esta la última causa de la invasión.
En 2002, la Corea del Norte rechazó el dólar como moneda para su comercio. Ese año la Banca Central de Irán propuso cotizar en euros el petróleo que se vende a Europa. ¡El “Eje del Mal”, esta completo!
El principal temor de la Reserva Federal es que la OPEP convierta el euro en la moneda de referencia para sus transacciones petroleras. La erosión que sufrió el dólar durante 2002 – 2003 (entorno al 18 %) con respecto al euro, frustró un ingreso petrolero que se estima en unos $100 Millardos. Un rudo golpe que subraya la necesidad de usar una moneda de referencia más sólida. La idea se propuso en la OPEP, pero Arabia Saudita usó todo su peso para impedirlo, por ahora.
El argumento sigue vigente. No es sólo cosa de mantener el valor de los precios sino de facilitar el intercambio comercial con Europa, eliminando la intermediación del dólar. La Unión Europea es un cliente petrolero mayor que los Estados Unidos y es el proveedor de un 50% de las importaciones del Medio Oriente.
Rusia, que suministra a la Unión Europea el 21% del petróleo y el 41% del gas, recibe pagos en euros, desde el 2002. Venezuela, que es el principal exportador en América, también propuso cotizar el petróleo en euros, desde el 2001, en Moscú.
Las exportaciones de petróleo anduvieron, en 2005, por los 60 Millones de Barriles diarios , lo que a un precio de $60 dólares por barril da una cifra diaria de $3.600 Millones (3,6 Millardos). La cifra anual en 2005 debió estar en 1.314 millardos (1.3 billones/US trillions). Si solo la mitad se vendiera en Euros, se necesitarían 650 millardos de dólares menos. Una cifra superior al déficit comercial de Estados Unidos ($600 Millardos) y a su déficit fiscal ($319 Millardos en 2005; $400 Millardos estimados para 2006).
La abstención de tantos dólares y una demanda equivalente de euros anulan toda posibilidad de financiar los desequilibrios económicos de Estados Unidos emitiendo Bonos del Tesoro. Esa contracción financiera rendiría a los Estados Unidos insolvente; porque a su insostenible deuda en comercio internacional, se suma un déficit fiscal record.
La Bolsa Petrolera de Irán.
Hasta ahora, el comercio y cotización del petróleo han sido monopolizadas por el NYMEX de Nueva York y el IPE (Internacional Petroleum Exchange) de Londres. Una razón por la cual Inglaterra no adhirió a la Unión Monetaria Europea es porque el IPE habría tenido, por coherencia, que cotizar el petróleo en Euros.
El mes de marzo, en Irán, se abrirá una Bolsa Petrolera. La Bolsa iraní funcionará como un mecanismo comercial donde se cotizará el petróleo en euros. El euro, creado con los mismos criterios de estabilidad del marco alemán, es una referencia de valor estable, que permite proyecciones confiables de costo energético para la industria. Eso abaratará el precio de los productos industriales, que suben para absorber aumentos aleatorios.
Los principales beneficiarios del PetroEuro serán los europeos, que no deberán comprar dólares para pagar su petróleo. Los chinos y japoneses están interesados porque pueden aliviar sus enormes reservas en dólares, para diversificarse en otras divisas. Una parte de sus dólares los guardarán, pero los otros los usarán para invertir en fuentes de materias primas del Tercer Mundo y comprar euros.
Los rusos tienen interés estratégico en substraer el comercio del petróleo a la influencia de Estados Unidos y ya venden petróleo en Euros, a Europa. La Banca Central rusa incrementa sus reservas en oro y usa el euro con Europa, Japón y China, que son sus principales socios comerciales.
Los países exportadores de petróleo posiblemente se dividan en dos grupos. Los que puedan escoger libremente aceptarán las ventas en euros, para diversificar sus reservas y alejarse de un dólar corroído. El euro es muy útil en el Medio Oriente porque Europa es su principal socio comercial. Los países productores con regímenes sostenidos con tropas de ocupación o bases estadounidenses, deberán seguir vendiendo el petróleo en dólares.
La Bolsa Petrolera de Irán no está desvinculada de la lluvia de acusaciones estadounidenses contra el programa civil de energía atómica de Irán.
La amenaza atómica de Irán
No obstante los desmentidos iraníes y el haber firmado hace tiempo el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares – acuerdo que otorga automáticamente el derecho a los países firmantes a desarrollar programas civiles de energía atómica - se le acusa, sin pruebas, de desarrollar ocultamente armas nucleares. Irán abrió sus plantas a inspecciones especiales de la Agencia para Energía Nuclear -AEN, teniendo el derecho de rehusarlo, y no encontraron nada. La imputación ahora es la de que el manejo de la tecnología nuclear civil tiene potencial para desarrollar ulteriormente armas nucleares. Una antecedente que países como Argentina y Brasil, que manejan tecnología nuclear, deben tomar en cuenta.
La AEN pidió paralizar los trabajos mientras se hacían las inspecciones. Ante la falta de pruebas en su contra Irán reanudó el desarrollo de su programa. Las acusaciones continúan y se habla de un “ataque preventivo”, con el pretexto de que Irán tiene el potencial económico y técnico necesario para desarrollar un arma atómica. Como tantos otros países. Lo más grave es que se habla de ataque nuclear “táctico”. Es una amenaza velada, hecha tal vez para que Irán busque con urgencia protección nuclear y hacer verdad las infundadas acusaciones.
Hace una semana se acordó llevar el caso al Consejo de Seguridad. El mismo escenario de mentiras, montado por Washington y Londres, sobre las “armas de destrucción masiva” de Irak, Se habla de un ataque israelí, pero eso presenta un grave riesgo para Israel, que está al alcance de los mísiles iraníes. Para los países que dependen del petróleo iraní, es un riesgo inaceptable.
Conclusión
Francia, Rusia y China son miembros con poder de veto en el Consejo de Seguridad y a todos les conviene la Bolsa Petrolera de Irán. A Europa, India y China no les conviene perturbar más aún la producción del Golfo Pérsico. A ninguno, ni siquiera a Israel, le conviene derrumbar el precario equilibrio del Medio Oriente y extender la Intifada hasta Pakistán.
Todo indica que la Bolsa Petrolera de Irán arrancará en marzo próximo, como previsto. Las consecuencias vendrán. Mejor tarde que temprano, porque a nadie quiere un colapso súbito del dólar.
El primer síntoma será una caída de la Bolsa de Valores de Nueva York, porque el dinero esquiva riesgos. Allí inicia el proceso, porque son las inversiones extranjeras lo que amortigua el desequilibrio de la Balanza de Pagos de Estados Unidos. Le seguirá la caída en los precios inmobiliarios, el aumento de la desocupación y deflación. Para corregir la deflación se aumentará la tasa de interés, con inflación y sin ceración de la tasa de cambio.
Sin el flujo masivo de dinero extranjero, el déficit obligará a cobrar impuestos también a los ricos y a eliminar, junto a los subsidios agrícolas, los regalos fiscales. La participación artificial de los servicios en el valor (PIB) de la economía se desinflará. El dólar bajo disminuirá las importaciones y abrirá espacios para producir bienes y competir de nuevo. Como un país normal.
Desde los ’30, desde el New Deal, Estados Unidos mantiene una Economía de Guerra, basada en el complejo militar – industrial, para poder crecer. Con el dólar como una divisa más, no habrá dinero para juegos letales; Estados Unidos deberá vivir, al fin, en una economía de paz.
- Umberto Mazzei, desde Ginebra. Instituto de Relaciones Económicas Internacionales Ventana Global www.ventanaglobal.info
Nota:
(1) GHI, Note sur l’or, La bouée remonte, 14 – 15 decembre 2005, Ginebra.
https://www.alainet.org/de/node/114313
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