Ecos del conflicto en la curtiembre

20/02/2006
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De entre los varios hechos importantes ocurridos la semana pasada me detengo para comentar uno que ha resultado de interés para todos y posible fuente de enseñanza para los frenteamplistas. El agravamiento de las tensiones entre la patronal y los trabajadores de la curtiembre Naussa resultó un hecho revestido de una singular espectacularidad a partir de la presencia de los reporteros del canal oficial en la planta de la fábrica en momentos que el patrón, al frente de unas huestes improvisadas tomaba, por asalto el local desalojando a los trabajadores que la ocupaban desde hacía unas horas. Un sacrificio ritual El carácter “expuesto” de la confrontación permitió observar las variadas reacciones de los medios, de las cámaras empresariales, de los dirigentes políticos y del movimiento sindical ante el conflicto. Permitió que afloraran sentimientos y mentalidades que no siempre aparecen con tanta estridencia, permitiendo así detectar como se configura una situación mediática. En este caso permitió constatar cómo se intentó, en forma ‘espontánea’, el sacrificio ejemplarizante de los trabajadores movilizados. Una inmolación ritual del sindicato que sería perfectamente oportuna y funcional a las presiones de la derecha patronal y a los intereses de los dirigentes de los partidos tradicionales. La semana pasada unos y otros tuvieron su momento de gloria para despotricar contra el gobierno y contra el ‘libertinaje’ que alentaba en las organizaciones sindicales de los trabajadores. 1-En la lucha política, ha escrito José Martí, muchas veces lo más importante es lo que no se ve. Una parte de lo engañoso que suele tener el tratamiento mediático de las situaciones críticas es la narración sin antecedentes ni contextos. De la exposición cruda de los hechos en la pantalla se abre camino a los juicios sentenciosos y a las condenas. En este caso, la sentencia de ‘culpable’ arrojada hacia los trabajadores de la curtiembre, el PIT-CNT y el gobierno, se hizo a partir de una presentación parcial y esquemática de algunos supuestos, ignorando las condiciones y los antecedentes en que se desarrollaba la confrontación. La presión mediática se ejerció desde la elocuencia de las imágenes y de ciertos principios entonados como slogan, como la defensa del derecho de propiedad. En esos días, en un reportaje radial, el sociólogo Francisco Pucci empleó un giro que resultó sorprendente en medio del festival de bobadas que se oían en la mayor parte de los medios. Dijo el catedrático de Relaciones Laborales de la Facultad de Derecho, “los picos de conflictividad se dan en empresas con historia de intransigencia”… Breve y aleccionadora resulta la verdad. 2-Es así, las empresas tienen historia. Los trabajadores tienen historia. El gobierno tiene historia. Y los medios de comunicación y los políticos blancos y colorados que ahora atacan con virulencia a los gremios y al gobierno, también tienen su historia. A esa historia pertenece la época de cuando las relaciones laborales en el país estaban ‘garantizadas’ por gobernantes de esos partidos conservadores, cuando cientos de iniciativas para formar sindicatos terminaron con los gremialistas despedidos. El empresario de Naussa tiene su historia. Violó el convenio existente en la industria de las curtiembres y no aceptó nunca la existencia de una organización sindical en su fábrica. A lo largo de más de siete meses no se avino a ninguna de las gestiones que se realizaron desde la Dirección Nacional de Trabajo. Como respuesta a los reclamos obreros, despidió a un dirigente sindical. ¿Cuántos comparten esta historia de intransigencia? Cuántas empresas, malcriadas en los para ellas buenos y felices tiempos de la dictadura, tendrían que colgarse el sambenito de portadoras de una ‘historia de intransigencia’. Actitudes de intransigencia, de abuso y de explotación de los trabajadores. Porque siguen siendo muy altas las tasas de desocupación y esto presiona para abajo los salarios. Porque los trabajadores no han logrado hasta ahora recuperar los niveles de retribución anteriores a la crisis del 2002 y promedialmente el ingreso obrero está hoy un 16% por debajo de los salarios, ya menguados, de 1998. No descarto que existan ‘empresarios como la gente’. Pero no son los que dirigen al sector. Además no se trata de una cuestión de individuos sino de clases: los empresarios, empujados por las condiciones en que se desarrolla el capitalismo contemporáneo, apuestan a la ‘flexibilización laboral’ y la deslegalizar las relaciones laborales, en todos los terrenos. 3-En la fábrica no todo es el salario. En la curtiembre, como en buena parte de los establecimientos, importan mucho las condiciones de trabajo. Con dos ‘water’ y dos duchas para más de 120 trabajadores se puede concluir, como lo hace el sindicato, que las condiciones en que se desenvuelve la operativa de la fábrica muestran una deplorable falta de higiene. El comedor es una pieza que no mide más de 4 por 4 metros. También importa la actitud de respeto o no por la organización obrera. Cuando el empresario amenaza con el despido si hay sindicato, cuando ofrece dinero o estabilidad en el empleo a los trabajadores que no se acerquen al sindicato se está lesionando Algunos discuten si, como ha sostenido el gobierno, la ocupación de los lugares de trabajo es una extensión del derecho de huelga que las leyes garantizan a los trabajadores. La actitud agresiva del empresario, armando una patota para ‘retomar’ mediante la violencia la fábrica ocupada hasta entonces pacíficamente por los trabajadores… ¿es una extensión de qué derecho? En fin, en la lidia por los derechos de los trabajadores están lo gremios, el PIT-CNT y los funcionarios del gobierno. Transpuesto el período de la dictadura y de los gobiernos conservadores y pro patronales, el tiempo correrá a favor de los avances en materia de justicia social y derechos obreros. 4-Reflexionando desde nuestra condición de frenteamplistas quedan varias puntas para examinar: a-Se hace necesario avanzar en la construcción de formas de comunicación social que disputen el predominio absoluto que tienen los intereses conservadores en los medios de comunicación. Las opiniones que disienten con las voces reaccionarias siguen teniendo un espacio minoritario en los medios siendo que la mayor parte de las veces son expresiones representativas de corrientes de opinión y de intereses mayoritarios en el país. b- Mientras claman por la democratización de la organización obrera, los voceros de las derechas usan y abusan de un control monolítico de los medios de comunicación. Poder económico y poder mediático se dan la mano a la vista y paciencia de las mayorías trabajadoras del país. c- El sindicalismo clasista se reconstruye con rapidez. Una nueva generación de jóvenes obreros mueve a la industria, la construcción y los servicios. Con ellos nace una nueva generación de militantes y de dirigentes. Para el Frente Amplio como organización política este hecho no nos puede pasar desapercibido. Siempre hemos considerado que para el cumplimiento de un programa popular de transformaciones progresistas era imprescindible el fortalecimiento de las organizaciones sociales, especialmente las cooperativas, los gremios estudiantiles y, especialmente, los sindicatos. d- Los sindicatos uruguayos han nacido y renacido, se han unido, acordado un programa y unos estatutos, con independencia del Estado y de los partidos políticos. Y así debe seguir siendo. El sindicalismo que renace corre de atrás, sufre el rezago del estancamiento industrial heredado y del que cuesta salir. Un curso posible para el proceso de reconstrucción sindical sería el de un sindicalismo encerrado en las problemáticas de cada sector profesional, un sindicalismo estrecho, economicista y desinteresado de las cuestiones que afectan a todo el pueblo y no solo a los trabajadores sindicalizados. Tanto la derecha política como las patronales alientan la fragmentación corporativa de los sindicatos, la ruptura de su unidad como clase. Otras voces también ayudan al despiste. Ese sería el error grave el de un sindicalismo que no sienta como suyo la concreción exitosa de una reforma de la salud, de cambios sustantivos en la educación pública y de la existencia efectiva de planes de vivienda que atiendan a las demandas de los cooperativistas. - Hugo Cores PVP-567 Frente Amplio
https://www.alainet.org/de/node/114391
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