Chile: Habrá segunda vuelta

14/12/2005
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Información
-A +A

No hubo mayores sorpresas en las elecciones chilenas. Como señalaban las encuestas, la candidata oficialista Michelle Bachelet de la Concertación por la Democracia se situó en el primer lugar pero no obtuvo la mitad más uno de los votos para alcanzar la Presidencia, por lo que deberá disputar la primera magistratura en una segunda ronda que se cumplirá el 15 de enero del 2006 con el multimillonario Sebastián Piñera del Partido Renovación Nacional.

 

Según los últimos cómputos, Bachelet obtuvo el 45,95%, Piñera 25,41%, Joaquín Lavín de la derechista Unión Democrática Independiente 23,22% y Tomás Hirsch de la coalición de izquierda Juntos Podemos Más 5,4%.

 

En caso de ganar la socialista Bachelet se convertiría en la primera Presidenta de Chile. Víctima de la dictadura de Pinochet  (su padre, el general Alberto Bachelet, un colaborador de Salvador Allende fue asesinado por la dictadura de Pinochet) y ex ministra de Salud y  de  Defensa del gobierno de Ricardo Lagos, Bachelet  ha declarado que, dará continuidad al “modelo chileno” impulsado por la Concertación de Partidos por la Democracia, coalición integrada por  el  Partido Demócrata Cristiano, Partido Socialista de Chile, Partido por la Democracia y Partido Radical Socialdemócrata, en el poder desde hace más de 15 años. Sin embargo, ha dicho también que pondrá énfasis en reducir la pobreza y la desigualdad social.  Está por verse si este objetivo se cumple sin modificar las políticas neoliberales que han convertido a Chile en uno de los países más inequitativos del mundo. Aunque la economía creció en un 6% en los tres últimos años, la riqueza se distribuye muy desigualmente: el 10% más rico de la población tiene el 47% de los ingresos mientras el 10% dispone apenas del 1,2%.  El 18,8% de la población económicamente activa está desempleada, a lo que se suma los graves problemas de la delincuencia, la contaminación ambiental, la criminalización de los pueblos indígenas y desatención a los jubilados.

 

Su contendor, Sebastián Piñera es un multimillonario dueño de LAN Chile y de otras empresas que trata de presentarse como un candidato de centro, para lo cual su partido (Renovación Nacional) deslindó campos con el partido de Lavín, Unión Democrática Independiente, con el cual conformaba la Alianza por Chile. Ahora propugna la creación de una “nueva alianza política” para atraer tanto a la UDI como a sectores de la Democracia Cristiana que integra la Concertación Democrática.

 

Bachelet, por su lado, tratará de captar el voto de la izquierda que en 1999 fue decisivo para otorgarle el triunfo al actual presidente Ricardo Lagos, que en esa oportunidad derrotó a Lavín por apenas 40.000 votos.  Aunque el humanista y crítico al modelo neoliberal, Tomás Hirsch ha señalado que anulará su voto porque ninguno de los dos candidatos “ha incluido en su programa modificaciones para hacer retroceder la desigualdades que afectan a nuestro país”,   no descartó que en Juntos Podemos Más, coalición que agrupa al Partido Humanista, al Partido Comunista y otros, se presenten una o varias posiciones.  Esta vez, como en 1999, la Concertación por la Democracia dependerá de los votos de la izquierda para mantenerse en el poder.

 

La Concertación de Partidos por la Democracia, de otro lado, habría triunfado a nivel parlamentario, alcanzando la mayoría en las dos cámaras. Aunque, para la elección del Congreso se han registrado avances al haberse eliminado los 9 senadores designados (4 provenientes de las Fuerzas Armadas y 5 ex presidentes de la República en calidad de senadores vitalicios), sin embargo aún se mantienen varias disposiciones antidemocráticas como el sistema binominal que rige para las elecciones de las dos cámaras legislativas. Este complejo método de reparto electoral ha permitido a la coalición oficialista y a la Alianza por Chile (de derecha) controlar el congreso, excluyendo a otros grupos y partidos –como los comunistas y sus aliados- que pese a  obtener márgenes de votación superiores al 10 por ciento no pueden acceder al mismo con sus representantes.

 

Pese a que los porcentajes de votos nulos y blancos son bajos (2,41% y 1,18%, respectivamente), sin embargo los niveles de abstención, especialmente de los jóvenes, son significativos lo que cuestiona el sistema de representación política.  De un total de 8 millones 200 mil votantes, apenas un 6% corresponden a los jóvenes.  De los casi tres millones de chilenos/as entre 18 y 29 años, apenas 798 mil (26 por ciento) están inscritos en el registro electoral, lo que quiere decir que mas de dos millones están excluidos de los procesos electorales.

 

El voto en Chile no es obligatorio, pero una vez que una persona se inscribe está sujeta a multas sino concurre a votar, pero además queda enrolado definitivamente en el sistema, al cual no puede renunciar. Esta puede ser una de las razones por la que muchos jóvenes rehúsan a inscribirse, pero otra es que los partidos políticos prestan poca atención a sus problemas, salvo en épocas electorales.

 

Los partidos de derecha se oponen a desbloquear e incentivar la participación de los jóvenes pues éste sería un electorado que se inclinaría más a la izquierda, lo que perjudicaría a sus intereses. 

 

Otra limitación del sistema político, heredada de la dictadura, es la negativa a conceder el voto a los residentes en el exterior, que suman 870.000, en su mayoría exiliados de la sangrienta dictadura de Pinochet (1973-1990), muchos de las cuales se inclinarían también por la izquierda, según analistas.

 

Publicado en América Latina en Movimiento # 403 (ALAI), p.1, 14-12-2005, Quito

https://www.alainet.org/de/node/115479
America Latina en Movimiento - RSS abonnieren