El homo acuicultor

27/07/2006
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Según explican los historiadores hace unos 10.000 años de forma independiente en muchas partes del mundo, los seres humanos sustituyeron la caza y la recolección por los cultivos y la cría de ganado como principal modalidad de producción de alimentos. El hombre nómada da paso al homo agricultor uno de los avances más significativos de nuestra especie. La agricultura resuelve el hambre de muchas comunidades que se hacen sedentarias, se desarrollan las artesanías y se da lugar a los primeros trueques. Poco a poco los primeros agricultores ponen límites a sus propiedades y se inician también los primeros conflictos con sus hermanos los pastores. La codicia lleva a la lucha por los recursos naturales, batalla que claramente ganan los países colonizadores asegurándose para ellos el uso y disfrute de los frutos de tierras que no les pertenecen. Las tierras pasan a producir en forma de monocultivos bienes para las sociedades más poderosas, primero en régimen de esclavitud, actualmente con el consentimiento del libre mercado. Hace muchos menos años está introduciéndose en diferentes lugares del mundo (y aquí en Galicia ustedes lo conocen bien) la sustitución de la pesca por la cría de pescado, también llamada acuicultura. Y aparece el homo acuicultor. De la misma forma que la agricultura generó una nueva sociedad, la pregunta que hemos de hacernos ahora, es qué repercusiones sociales tendrá esta nueva modalidad de producción de alimentos. Lo que escuchamos habitualmente es que la acuicultura será la respuesta, junto con el desarrollo de los alimentos transgénicos, que resolverá la alimentación mundial de la creciente población del Planeta. Con estos argumentos se está potenciando la acuicultura en muchos países del Sur y siento decirles que los efectos que se pueden observar no son para nada deseables. Fundamentalmente porque la acuicultura se convierte en el modelo perfecto para replicar en el mar, los monocultivos que han arruinado a los campesinos y campesinas de los países empobrecidos. El caso más paradigmático e importante por el volumen de negocio que genera, es la producción de salmones en granjas marinas al sur de Chile. A finales de los 80, ante el aumento de la demanda de salmón, diferentes empresas aprovecharon el potencial natural de Chile para introducir la acuicultura del salmón. Hoy Chile es la primera potencia mundial de producción de salmón, que se exporta en su práctica totalidad a EEUU, Europa y Japón. Este negocio está controlado en un 80% por sólo 12 empresas y a penas resbalan los beneficios a la población. Las zonas salmoneras de Chile son las zonas con mayor pobreza, con menor ingreso familiar, con mayores dificultades en educación y la que registra una mayor situación de vulnerabilidad social de todo el país. De cada 100 $ que ingresa Chile por la exportación del salmón sólo 4$ son dedicados a los salarios de los trabajadores. Ecológicamente la producción de salmón en granjas es del todo ineficaz. El salmón es carnívoro y necesita de 3 a 5 Kg. de pescado para engordar 1 kilo. Por lo tanto las empresas productoras de salmón se ven en la necesidad de adquirir millones de toneladas de otros pescados válidos para la alimentación humana, para engordar al salmón. Una de las empresas principales productoras de salmón de piscifactoría en Chile es la gallega Pescanova. Detrás de cada filete de salmón congelado se esconden historias dramáticas. La actividad de Pescanova en Chile cuenta con fondos públicos españoles gracias a los mecanismos de internacionalización empresarial, que responden a la lógica que lo que es bueno para Pescanova es bueno para Galicia. Por eso, unas actividades que generan ganancias multimillonarias a la empresa y que generan unas perdidas sin cuantificación posible en los territorios donde se implanta, las financiamos entre todos. Como vemos en la sociedad del homo acuicultor pone por delante las necesidades de alimentación de los consumidores ricos, que ya estamos sobrealimentados, a costa del equilibrio ecológico y de la alimentación de los más pobres. En la sociedad del homo acuícola la función de los más pobres será la de producir salmones aunque con lo que les paguen no puedan pagar la educación o la sanidad de sus hijos: ningún cambio a la vista. Gustavo Duch Guillot es director de Veterinarios sin Fronteras http://www.veterinariossinfronteras.org/
https://www.alainet.org/de/node/116322?language=en

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