Se está hablando mucho del cambio climático. Los analistas predicen que África será el continente más afectado. Los cultivos agrícolas disminuirán en un 5%, lo cual es muy grave, puesto que el 70% de sus habitantes vive de la agricultura, y 480 millones de africanos tendrán serias dificultades para acceder al agua.

Entre las soluciones que se preconizan aparecen, como siempre, las propuestas tecnooptimistas (aquellas que consideran que siempre se encontrarán respuestas técnicas), encabezadas por el desarrollo de los biocombustibles. A partir de semillas oleaginosas, como el girasol o la soja, o de cultivos ricos en azúcar, como el maíz, se pueden elaborar nuevos combustibles.

Pero si mantenemos los niveles de consumo energético, poco haremos para combatir el cambio climático, aunque utilicemos gasolina verde. Mucha demanda exigirá dedicar enormes superficies de tierra a los cultivos energéticos, con la consecuente erosión, aumento de agrotóxicos y uso de agua.

Pero si además se quieren resolver los problemas de África y del calentamiento en base a expandir los cultivos de biocombustibles en esta región, ciertamente será peor el remedio que la enfermedad. El petróleo, aunque sea verde, no se come.

Gustavo Duch Guillot
Director de Veterinarios sin Fronteras
www.veterinariossinfronteras.org