Celebración del mestizaje
02/03/2007
- Opinión
Existe el binomio inmigrante-éxito, dos palabras que no van muchas veces asociadas. Es una realidad menos visible y más silenciosa de la que nos suelen mostrar los informativos con noticias sobre delincuencia, pandillas, cayucos y pobreza al tratarse de las personas que llegan a nuestro país procedentes de otras latitudes. Esa otra cara, la de los sueños alcanzados, la de los inmigrantes que se integran y triunfan no suelen ser noticia.
La doctora Patricia L. es odontóloga, de Latacunga (Ecuador), lleva en Madrid más de seis años y tiene ya una consulta propia. Diego C. llegó a Barcelona desde Cali y comenzó lavando coches. Actualmente, regenta un taller mecánico de motos. Marcos S. llegó ha realizar su tesis desde Camerún y ahora es un profesional reconocido en el sector público, como experto en inmigración. Néstor R. es cubano, actor y director de teatro. La semana pasada estrenó con gran éxito su propia adaptación de una obra en un Centro Cultural de Madrid.
Casi todos los españoles tenemos amigos que llegaron de otros países y se han situado, desarrollando sus carreras como músicos, deportistas, médicos, ingenieros, y también camareros, bailarinas, sastres, etc. que trabajan con muy buenos logros y vidas respetables y dignas. Muchos de ellos ya tienen hijos nacidos aquí y se han comprado sus viviendas, con el mismo “esfuerzo hipotecado” que la mayoría de los españoles.
Se ha abierto el camino que en países como Francia, Canadá o Estados Unidos ya se ha recorrido. Aquí es cuestión de tiempo. En la última década la cifra de inmigrantes se ha multiplicado por siete.
Gracias a la contribución de los inmigrantes, España creció un 2,6% en lugar de retroceder un 0,64% anual entre 1995 y 2005. Los matrimonios entre españoles y foráneos se han multiplicado por más de dos en los últimos diez años y dos tercios de los más de cinco millones en que ha crecido de la población española desde 1996 se debe al incremento que ha experimentado la población inmigrante.
En las escuelas españolas el panorama también es multicolor desde hace años. Ahí es donde se aprende a convivir, a no temer las diferencias. Esos niños enseñarán a la sociedad la riqueza y la aportación de lo diverso. Es el lugar donde se comparten los valores y se consolida la sociedad mestiza. Pero todavía se siguen aplicando en parte modelos monoculturales y eso ya no responde a la realidad ni al bagaje cultural que representan estos nuevos españoles. De hecho, a los españoles de segunda generación, a los que han nacido aquí, de padres extranjeros ya no los podemos distinguir más que por su color o sus rasgos.
En 2010, los expertos estiman que el 20% de la población activa española será inmigrante. Los que han llegado, empezaron por colocarse en los trabajos que los españoles no querían, pero eso cada vez es menos frecuente. La clave para un futuro mejor será ver qué sectores necesitan de esa mano de obra y qué cualificación se requiere. Actualmente, la presencia de inmigrantes con titulación superior parece pequeña, entre otras cosas, porque homologar algunos títulos de otros países aún es un laberinto de trámites.
Cerca de 4 millones de personas, casi un 9% de la población española la componen extranjeros residentes. Marroquíes, ecuatorianos y rumanos, colombianos, chinos. También ingleses, alemanes, franceses y escandinavos que viven en España y aportan sus pensiones. Algunos piensan en regresar a su patria, pero muchos son los que echan raíces en una tierra que puede ofrecerles una oportunidad.
A veces se ofrece una visión de la avalancha, se sobredimensiona el fenómeno de la llegada de pateras y cayucos que crean temor a la inmigración y favorecen el racismo y la xenofobia, afirma Estrella Rodríguez, directora general de Integración de los Inmigrantes en España. Pero “hay más realidades positivas, ellos son savia nueva, aportan mucho”. “Viven y duermen en nuestros barrios”, afirma Javier Ramírez, portavoz de SOS Racismo, van a ser españoles, pagan impuestos y seguridad social y en cuanto han pasado la etapa en que la prioridad son los papeles, quieren ser considerados como cualquier otro ciudadano, reclaman sus derechos. Con la inmigración nuestro país se hace mestizo, es una buena noticia que debemos celebrar.
- María José Atiénzar, Periodista
Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
www.solidarios.org.es
La doctora Patricia L. es odontóloga, de Latacunga (Ecuador), lleva en Madrid más de seis años y tiene ya una consulta propia. Diego C. llegó a Barcelona desde Cali y comenzó lavando coches. Actualmente, regenta un taller mecánico de motos. Marcos S. llegó ha realizar su tesis desde Camerún y ahora es un profesional reconocido en el sector público, como experto en inmigración. Néstor R. es cubano, actor y director de teatro. La semana pasada estrenó con gran éxito su propia adaptación de una obra en un Centro Cultural de Madrid.
Casi todos los españoles tenemos amigos que llegaron de otros países y se han situado, desarrollando sus carreras como músicos, deportistas, médicos, ingenieros, y también camareros, bailarinas, sastres, etc. que trabajan con muy buenos logros y vidas respetables y dignas. Muchos de ellos ya tienen hijos nacidos aquí y se han comprado sus viviendas, con el mismo “esfuerzo hipotecado” que la mayoría de los españoles.
Se ha abierto el camino que en países como Francia, Canadá o Estados Unidos ya se ha recorrido. Aquí es cuestión de tiempo. En la última década la cifra de inmigrantes se ha multiplicado por siete.
Gracias a la contribución de los inmigrantes, España creció un 2,6% en lugar de retroceder un 0,64% anual entre 1995 y 2005. Los matrimonios entre españoles y foráneos se han multiplicado por más de dos en los últimos diez años y dos tercios de los más de cinco millones en que ha crecido de la población española desde 1996 se debe al incremento que ha experimentado la población inmigrante.
En las escuelas españolas el panorama también es multicolor desde hace años. Ahí es donde se aprende a convivir, a no temer las diferencias. Esos niños enseñarán a la sociedad la riqueza y la aportación de lo diverso. Es el lugar donde se comparten los valores y se consolida la sociedad mestiza. Pero todavía se siguen aplicando en parte modelos monoculturales y eso ya no responde a la realidad ni al bagaje cultural que representan estos nuevos españoles. De hecho, a los españoles de segunda generación, a los que han nacido aquí, de padres extranjeros ya no los podemos distinguir más que por su color o sus rasgos.
En 2010, los expertos estiman que el 20% de la población activa española será inmigrante. Los que han llegado, empezaron por colocarse en los trabajos que los españoles no querían, pero eso cada vez es menos frecuente. La clave para un futuro mejor será ver qué sectores necesitan de esa mano de obra y qué cualificación se requiere. Actualmente, la presencia de inmigrantes con titulación superior parece pequeña, entre otras cosas, porque homologar algunos títulos de otros países aún es un laberinto de trámites.
Cerca de 4 millones de personas, casi un 9% de la población española la componen extranjeros residentes. Marroquíes, ecuatorianos y rumanos, colombianos, chinos. También ingleses, alemanes, franceses y escandinavos que viven en España y aportan sus pensiones. Algunos piensan en regresar a su patria, pero muchos son los que echan raíces en una tierra que puede ofrecerles una oportunidad.
A veces se ofrece una visión de la avalancha, se sobredimensiona el fenómeno de la llegada de pateras y cayucos que crean temor a la inmigración y favorecen el racismo y la xenofobia, afirma Estrella Rodríguez, directora general de Integración de los Inmigrantes en España. Pero “hay más realidades positivas, ellos son savia nueva, aportan mucho”. “Viven y duermen en nuestros barrios”, afirma Javier Ramírez, portavoz de SOS Racismo, van a ser españoles, pagan impuestos y seguridad social y en cuanto han pasado la etapa en que la prioridad son los papeles, quieren ser considerados como cualquier otro ciudadano, reclaman sus derechos. Con la inmigración nuestro país se hace mestizo, es una buena noticia que debemos celebrar.
- María José Atiénzar, Periodista
Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
www.solidarios.org.es
https://www.alainet.org/de/node/119779
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