Las armas de la hegemonía

11/09/2005
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Hegemonía y competencia

Las formas concretas que revisten las prácticas hegemónicas son diversas, pero entre ellas destaca una lógica generalizada que parece provenir de los juegos y entrenamientos militares. La percepción del resto del mundo como adversario –o, en el mejor de los casos, como aliado subordinado-, propia de una organización social regida por la competencia, obliga a buscar mecanismos que permitan vencer y no ser vencido. La seguridad propia, definida en este caso como nacional (aunque no territorialmente circunscrita), se convierte en prioridad de la política de Estado y, como las relaciones humanas, estatales o de cualquier otro tipo se establecen sobre la base de la competencia, la defensa o construcción de un sistema de seguridad nacional supone el sometimiento del contrario.

En las últimas dos décadas, la discusión en torno a las relaciones de poder y dominación y a la conducción hegemónica del proceso de reproducción mundial, entendido en su sentido más amplio, ha llevado a grandes controversias –que en muchas ocasiones asumen la forma de toma de partido-entre los analistas sociales. Efectivamente en estos años se ha presenciado una profunda transformación de los modos y contenidos de la hegemonía, correspondientes a los cambios ocurridos (impulsados) en los ámbitos científico y tecnológico, y a las resistencias de diferente sustancia que crecen en todas partes del mundo. La hegemonía es, en realidad, la constatación práctica de la dominación y del carácter y dimensiones de la conflictividad que se expresa a través de las relaciones cotidianas en todos los campos de la vida social: es resultado, y a la vez sustento, de la concentración del poder bajo todas sus formas (económica, militar, política, cultural, ideológica, territorial).

A lo largo de estas décadas y en medio del encarnizado debate acerca de las modalidades concretas de la hegemonía y del cambio en sus protagonistas(1), lo cierto es que Estados Unidos se ha consolidado como líder mundial en todos los campos importantes, aunque dentro de un contexto de relaciones interestatales, interempresariales e interclase profundamente transformadas (Ornelas, 2001; Ceceña, 1995).  

Este poder, construido y reconstruido en el proceso de reproducción de la socialidad contradictoria del capitalismo, se recrea a partir de la conculcación y la acaparación, es decir de la apropiación privada con tendencia monopólica y el desconocimiento de derechos, como no sean los patrimoniales. Para ello el núcleo de poder concentrado y hegemónico, constituido, como decíamos, por una madeja de grandes empresarios, estatistas y estrategas a cargo de los servicios militares y de inteligencia, desarrolla diferentes mecanismos dentro de una estrategia global sustentada en los siguientes principios:

1. Principio de invulnerabilidad. Construcción de una situación de invulnerabilidad y autosuficiencia -siempre  relativas evidentemente-, que permita estar en condiciones de enfrentar la competencia desde el privilegio y la supremacía (Ceceña y Porras, 1995). Este principio general se acompaña de su contrario, es decir, de la inducción de una situación relativa de vulnerabilidad en el resto del mundo. Se pueden observar como ejemplo las maniobras de distintos tipos realizadas para asegurar la autosuficiencia alimentaria de Estados Unidos frente a la insuficiencia generada en regiones o países anteriormente autosuficientes.

2. Principio de monopolización. En consecuencia con el principio de invulnerabilidad y de la concepción del mundo en calidad de campo de batalla, la hegemonía tiene como soporte una estrategia de monopolización o control de todo aquello considerado esencial para la reproducción social y para la reproducción del sistema de poder. Así, la jugada no es disponer de lo que es necesario solamente sino, sobre todo, acaparar lo que es necesario para el contrario. En esta tónica pueden entenderse mejor las atrocidades cometidas para controlar las regiones petroleras del mundo y las maniobras que realiza el ejército estadounidense para posicionar sus bases, de acuerdo con una estructura de control territorial que le da acceso inmediato a los recursos básicos o que, por lo menos, permite restringir el acceso de los competidores (y potenciales hegemones alternativos).

3. Principio de liderazgo
. Es evidente que poner las reglas del juego otorga una ventaja inicial. Por ello, es fundamental la construcción de una normatividad que, acompañada de la fuerza y la persuasión, sea capaz de establecer las líneas rectoras de los procesos sociales sustanciales. Así, la construcción de una situación general de liderazgo tecnológico generador de los equivalentes o referentes generales básicos en este campo, es el hilo a través del cual se amarra el proceso en su conjunto. Y aquí, la cuestionada supremacía de las grandes transnacionales de origen estadounidense y fuertemente ligadas a las políticas, contratos y campañas de expansión y control territorial del Estado norteamericano, logra salir airosa en todos los sectores de alta tecnología que en conjunto definen el paradigma general vigente (Ceceña, 1998; Ornelas, 2001). Lo mismo ocurre con normatividades o equivalencias generales  relativas a otros campos entre los que se encuentra la moneda, o la identificación de los márgenes y límites de la democracia y la justicia, por ejemplo.

Sobre la base de estos tres principios, el núcleo de poder de Estados Unidos ha mantenido, disputado y reconstruido su hegemonía en el último cuarto de siglo, atravesado por múltiples y variadas guerras comerciales, económicas, diplomáticas, ideológicas y, siempre que hace falta, militares, teniendo como eje el desarrollo científico, la absorción y sistematización de conocimientos generados en todo el mundo y la generación de una tecnología de doble uso que garantice el lugar de vanguardia tanto en la industria civil como en la militar (DARPA, ).

Las exigencias de la carrera tecnológica

Durante este periodo de búsquedas y grandes descubrimientos científico-tecnológicos, se ha ido constituyendo un nuevo paradigma productivo en el que la vinculación entre microelectrónica y codificación-digitalización permitió abrir el conocimiento y uso industrial de las estructuras internas de los seres vivos, dirigiendo la investigación mayoritariamente hacia los campos de la ingeniería genética y todas las ciencias relacionadas con el origen de la vida, sus límites de posibilidad y sus variantes.

La carrera científica por el desarrollo de conocimientos en estos campos avanza junto con la experimentación tecnológica que aceleradamente trabaja en el aprovechamiento productivo (rentable) de estos nuevos conocimientos y materiales de trabajo. La naturaleza se convierte en biodiversidad (Escobar, 1997) y las regiones del planeta propicias para la creación de la vida y con alta densidad de generación de endemismos adquieren una importancia sólo similar a los territorios que albergan los mayores yacimientos de petróleo. La investigación genética y las ventajas tecnológicas que de ahí derivan están indisolublemente ligadas al territorio y en gran medida por ello trascienden las posibilidades de las empresas y apelan a una intervención del Estado para no perder la posición de vanguardia e incluso ampliarla. La lucha competitiva en las fronteras del conocimiento de la vida concierne tanto al trabajo de investigación como al acceso directo a los territorios donde se encuentran los recursos genéticos, junto con los correlativos saberes desarrollados milenariamente por sus pobladores; ya que los territorios ricos en biodiversidad lo son, en gran medida, porque no son zonas desocupadas (Porto Goncalves, 2001).

El conocimiento de la naturaleza y sus usos diversos es materia prima de industrias como la farmacéutica, una de las más boyantes, y en ello adquieren una importancia mayúscula los saberes acumulados por los pueblos de estas regiones sobre las propiedades o principios activos de las plantas; pero también es materia prima de la ingeniería genética que requiere de amplios acervos de variedades de plantas o animales para trabajar en sus laboratorios. Aquí también los conocimientos que tienen los pueblos autóctonos representan una posibilidad de recortar el tiempo necesario para la búsqueda y experimentación y el canal más expedito para formar los bancos genéticos.

¿Cómo entrar en estos territorios? ¿Cómo extraer los recursos, las semillas, las muestras? ¿Cómo convencer a las poblaciones de colaborar con estos proyectos? ¿Cómo impedir que otros competidores obtengan los mismos datos?

Las respuestas están abiertas al ingenio y capacidad de convencimiento de los interesados, capacidad que puede provenir de sus mecanismos de intimidación y coerción, de sus posibilidades de alianza o de la legitimación de algunas de sus actividades. La creación de condiciones de acceso está vinculada también a la fuerza de los interesados para imponer una normatividad adecuada que puede consistir en  políticas regionales (forestales, de desarrollo sustentable u otras) o en políticas generales como las de propiedad intelectual y las de patentes sobre la vida.

Ana Esther Ceceña, economista mexicana, es Coordinadora del GT Hegemonías y Emancipaciones del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Notas:

(1) La emergencia de Japón como presunta potencia tecnológica capaz de desplazar a estados Unidos en el inicio de los años ochenta ha sido uno de los motivos que desataron el debate, que posteriormente continuó con propuestas como la de la triada y sus variantes. La bibliografía al respecto es muy amplia.

Bibliografía citada

Ceceña, Ana Esther (1995), “Estados y empresas en la búsqueda de la hegemonía económica mundial” en Ceceña, Ana Esther (coord), La internacionalización del capital y sus fronteras tecnológicas, El Caballito, México.

Ceceña, Ana Esther (1998) (Coord), La tecnología como instrumento de poder, Ed. El Caballito, México.

Ceceña, Ana Esther y Paula Porras (1995), “Los metales como elemento de superioridad estratégica”, en Ana Esther Ceceña y Andrés Barreda (coords), Producción estratégica y hegemonía mundial, Siglo XXI, México.

Escobar, Arturo (1997), “¿Qué es la biodiversidad? ¿De quién es la naturaleza? La conservación desde la ecología política de los movimientos sociales”, ponencia al IV Foro del Ajusco, México, PNUMA-COLMEX, 19 – 21 de noviembre.

Ornelas Bernal, Raúl (2000),  Les entreprises transnationales et la domination économique. La concurrence au sein du noyau technologique, Tesis de doctorado, Université de Paris X.

Porto Gonçalves, Carlos Walter (2001), Amazônia, amazônias, Contexto, Sao Paulo.
https://www.alainet.org/de/node/123188
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