Necesidad y obligación de nuestros tiempos

Una doctrina bolivariana de seguridad y defensa hemisférica

26/09/2007
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Ponencia presentada 6ta Cumbre social por la Unión Latinoamericana, Caracas, 1 de Agosto 2007, evento auspiciado por Parlatino.

I. Antecedentes

Hace casi 7 años, el 22 de noviembre de 2000, en un tormentoso evento también convocado por el Parlamento Latinoamericano llamado “El Plan Colombia y sus alcances en América Latina, el Caribe y Venezuela” expuse un tema del cual quisiera recordar algunos párrafos: “Los temas de la agenda internacional se han ampliado y diversificado, entre ellos se encuentra el narcotráfico, que ha sustituido a lo ideológico como elemento ordenador de las relaciones internaciones entre EE.UU. y sus vecinos de América Latina, en particular respecto al interés nacional de Estados Unidos. La pregunta que nos debemos hacer es si Estados Unidos realmente quiere y puede eliminar el narcotráfico considerando el inmenso crack económico y financiero que le ocasionaría prescindir de uno de sus principales productos de importación, motor de un mercado de dimensiones desconocidas, pero que se supone cercano a los 260 mil millones de dólares.

Aprovechando el clamor por la paz de un lado, y el imperativo de eliminar el flagelo del narcotráfico en Colombia de otro, Estados Unidos ha diseñado una estrategia para fortalecer y garantizar su hegemonía en el continente americano, debilitada a raíz de su salida de Panamá. El analista colombiano Santiago Montenegro, Decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes en Bogotá ha dicho en una reciente entrevista en CNN que si EE.UU. quisiera realmente ayudar a Colombia suprimiría su política proteccionista que impide o dificulta el ingreso de productos colombianos por valor de unos 4.5 mil millones de dólares, una cantidad 3.5 veces mayor que la que ha concedido EE.UU. a Colombia a través del Plan Colombia.

Hoy, ya se ha comenzado a hablar de un Plan Andino, el cual a mediano plazo podría transformarse en un Plan Regional, si se considera que el narcotráfico tiene presencia en todo el continente. La Embajadora de Estados Unidos en Venezuela Donna Hrinak ha dicho que es necesario realizar un debate más amplio en ese sentido.[1] Además habría que considerar que Estados Unidos podría incorporar otros temas de la agenda internacional  al rango de amenazas a su seguridad  como en la actualidad lo ha hecho con el tráfico de drogas y con las inmigraciones ilegales”[2]. No podía saber en ese momento que menos de un año después, el 11 de septiembre la estructura de las relaciones internacionales del planeta iba a cambiar después de la destrucción de las Torres Gemelas  en New York. Más delante continuaba el texto mencionado, “Pareciera que se están creando las bases para la construcción de una hegemonía unilateral de EE.UU., o en el mejor de los casos –a través del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA)- un bloque americano hegemonizado por Estados Unidos, que haría necesario un componente militar para su proyección en el mundo. Debemos traer a la memoria que el nacimiento de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1948 estuvo precedida por el surgimiento en 1947 del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), de triste recuerdo durante la Guerra de las Malvinas en 1982.

A pesar de lo que dice Lawrence Meriage[3], Vicepresidente de la Occidental Petroleum, el eje del conflicto se desarrollará en el sur del país. Ahí se han concentrado los esfuerzos principales de la actividad operativa de las Fuerzas Armadas colombianas. En esa medida la mayor masa de refugiados iría a Ecuador, Perú o Brasil y los desplazados se moverán hacia el oeste y noroeste de Colombia. Para Venezuela, el Plan Colombia podría ser problemático en diferentes sentidos, pero me parece reduccionista y superficial poner el énfasis en la posibilidad de que nuestro país se transforme en refugio para los desplazados de la guerra. Es más riesgoso poner el acento y preocuparse por un peligro que a mi entender  no se producirá en la dimensión que se está manejando, y descuidar la vigilancia sobre factores que sí podrían tener nefastas consecuencias para nuestro país, como los elementos económicos, en particular el petrolero, así como sobre los aspectos militares y ecológicos”[4].

Esto era el Plan Colombia. Así lo vislumbrábamos en el año 2000. Hoy esta idea se ha confirmado. Muchas de las situaciones que preveíamos se han hecho realidad, a saber:

- La reestructuración y reinserción de la fuerza militar de EE.UU. en el continente.
- Se han instalado o modernizado bases militares en diferentes latitudes, las más importantes de las cuáles son:
- Colombia: Tres Esquinas, Larandia y Puerto Leguizamo.
- Ecuador: Manta
- Perú: Iquitos, Nanay
- Brasil: pretensión de instalarse en Alcántara
- Bolivia: Chapare e  intención de instalar un base en el Río Itonamas
- Argentina: Intención de instalar en 2001 Base militar en la Patagonia
  (Provincia de Chubut o Tierra del Fuego)
- Aruba: Reina Beatriz
- Curazao: Hato
- Honduras: Soto Cano
- Costa Rica: Liberia
- El Salvador: Comalapa
- Cuba: Guantánamo
- Puerto Rico: Roosevelt Roads, Salinas, Allen y Santiago.

- Se han elaborado y profundizado diversos planes de intervención y penetración en América Latina, a través de:
- Plan Colombia
- Ampliación del Plan Dignidad iniciado en Bolivia en 1998 e
- Iniciativa Andina

- Se han seguido realizando adiestramiento militar, de entrenamiento y acción operativa conjunta con fuerzas armadas de la región a través de las siguientes maniobras y ejercicios:
- Cabañas, Águila I, II yIII, Cielos Centrales, Nuevos Horizontes, Tapurú, Timbo, Unitas, Vigía, Trade Winds, Millenium, Cruzex. Altasur IV y otras incluyendo formación y entrenamiento internacional[5].

II. Las Alternativas

El plan de Estados Unidos contempla:

- Continuar ejerciendo su influencia sobre las fuerzas armadas latinoamericanas a través de la realización  de entrenamientos, maniobras y ejercicios conjuntos
- Actuar a partir de una Doctrina imperial que consagra la imposición de los intereses de Estados Unidos como objetivo de la estructura, doctrina y acción de los ejércitos latinoamericanos y del Caribe
- Perpetuar la Doctrina Monroe en materia militar a través del fortalecimiento y profundización del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR)
- Darle solidez política a su doctrina, reforzando la idea de panamericanismo a través de la Organización de Estados Americanos (OEA)

El Plan de América Latina, sustentado en los principios bolivarianos se debería construir sobre la base de
- Una fuerza armada  defensora de la soberanía regional
- Estar establecida  territorialmente en la región latinoamericana y caribeña.
- Una Doctrina Bolivariana, es decir una relación entre iguales sin hegemonías.
- La idea latinoamericana por oposición a la idea panamericana donde Estados Unidos impone los comportamientos
- Darle fuerza a la integración, particularmente a través de Unasur y Alba.
- Establecer un Tratado Latinoamericano y Caribeño de Defensa de la Soberanía. Esto daría una amplitud mayor que el concepto de OTAS porque reconoce una de las fortalezas de nuestra región cual es  tener costas en los dos grandes océanos del planeta el Pacífico y el Atlántico.

III. El enemigo

En el contexto actual, esta idea se presenta como una utopía difícil de realizar, dadas las ancestrales confrontaciones entre países y fuerzas armadas de países latinoamericanos. Estados Unidos y las potencias europeas se han encargado de generar, incentivar y animar ese tipo de conflictos a través de la historia. Esto nos obliga a tener el valor suficiente para crear nuevas definiciones, cambiar paradigmas y establecer nuevos conceptos.

Los hechos recientes y la situación política surgida de la desaparición de las dictaduras de seguridad nacional establecidas durante la década de los 70 hasta la de los 80 del siglo pasado, el fin del mundo bipolar y la dinámica de seguridad internacional creada por Estados Unidos a partir del 11 de septiembre de 2001 van creando puntos de vista y apreciaciones similares en países que antes estaban separados por la guerra fría. En este contexto se van generando condiciones a través de la búsqueda y el encuentro de percepciones similares respecto de cuál es el enemigo principal sobre el que se debe estructurar una doctrina  de seguridad para América Latina y el Caribe. Esto, sobre la base de que cualquier definición en materia militar parte de la definición del enemigo. Al revisar las opiniones de diferentes opiniones surgidas de documentos o de voceros calificados podemos percibir esos puntos de encuentro que aparecen en el panorama de nuestras Fuerzas Armadas.

A pesar que  Estados Unidos ha redefinido su enemigo después del fin de la guerra fría  e hizo precisiones en el año 2001, se mantiene incólume la doctrina emanada del Documento Santa Fe IV “El futuro de las Américas: temas para el nuevo milenio”[6]. Innumerables documentos acreditan esta idea, como se señaló al comenzar este trabajo. En 2004 el general James T. Hill, Jefe del Comando Sur de los Estados Unidos en una alocución ante el congreso de Estados Unidos precisa al respecto que “Estas amenazas tradicionales -se refiere al narcotráfico, narcoterrorismo, la corrupción y el crimen organizado- se complementan ahora por una amenaza emergente mejor caracterizada como populismo radical, en el cual se socava el proceso democrático al reducir, en lugar de incrementar, los derechos individuales".[7]
Estas amenazas no tienen que ver con nuestra realidad y no permite estructurar fuerzas armadas preparadas doctrinaria y materialmente para hacer frente a las eventualidades de conflicto que se prevén para el futuro.

En este sentido podemos citar algunas opiniones que se dan desde nuestra región. El General Gustavo Schuerlein del Ejército de Argentina al analizar el Plan Ejército Argentino 2025 (PEA-2025) expone que  “Cada día tiene mayor importancia la guerra de los recursos naturales estratégicos: quien no los tenga los va a venir a buscar”[8]. El Plan señala que al finalizar la guerra fría “se produjeron cambios en el pensamiento estratégico militar y ahora se trata de poner el énfasis en el control y protección de los recursos naturales críticos, lo cual marca las bases de las políticas de defensa de los principales países”.[9] Otro autor del PEA-2025 comentó que “el agua es escasa en Estados Unidos y en países europeos” al recordar que el acuífero guaraní es la mayor reserva de agua dulce del mundo[10].

Por su parte un  Informe de la Inteligencia brasileña citada por el diario Jornal do Brasil  expone que "Un elemento relativamente nuevo en materia de seguridad en la región amazónica brasileña es la creciente presencia de asesores militares norteamericanos y la venta de equipamientos sofisticados a las fuerzas armadas colombianas, supuestamente para apoyar los programas de erradicación de drogas, pero que pueden ser utilizados en el combate a las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] y al ELN [Ejército de Liberación Nacional]", apunta el informe[11].

Específicamente sobre un riesgo de invasión militar en la región, los autores del informe señalan que la presencia de tropas norteamericanas, que ya se constata en Guyana, Ecuador, Perú, Bolivia y recientemente Paraguay, "podrá expandirse a otros países sudamericanos para transformar la lucha contra las drogas (y contra las FARC y el ELN) en una embestida militar no sólo colombiano-norteamericana. El plan probablemente es parte de la estrategia de Estados Unidos para asegurar su presencia militar en la región andino-amazónica y en el Cono Sur, alrededor de Brasil"[12].

Brasil y Argentina y sus Fuerzas Armadas adversarios históricos parecen haber encontrado elementos de análisis y lo que es más importante conclusiones similares hacia donde orientar los esfuerzos para garantizar su seguridad.

Cuba, otrora “enemigo” en la guerra fría no parece establecer contradicciones ni plantearse acciones ofensivas que asuman a los países latinoamericanos como  enemigo en su doctrina militar. En la “Ley de la Defensa Nacional”  enfatiza las históricas experiencias del Ejército Mambí y del Ejército Rebelde y define a la Doctrina Militar Cubana “como el conjunto de ideas y concepciones científicamente argumentadas, adoptadas por el Estado sobre la esencia, los objetivos, el carácter, las particularidades y las consecuencias de la guerra…”, fundamentada en la concepción de la Guerra de Todo el Pueblo, como “la concepción estratégica defensiva del país”.[13]

El Artículo 34 reza, que las Fuerzas Armadas Revolucionarias constituyen “la institución militar básica del Estado, que tiene la misión fundamental de combatir al agresor desde los primeros momentos y, con todo el pueblo, desarrollar la guerra el tiempo que sea necesario, bajo cualquier circunstancia, hasta alcanzar la victoria”[14].

En este mismo ámbito el nuevo Ministro de Defensa de Venezuela, General en Jefe Gustavo Rangel Briceño señaló en su discurso al asumir el Comando del Ministerio de la Defensa que “Lo manifestado up supra está en oposición frontal con lo aprendido y estudiado en la Escuela de las América; este instituto instrumento de alineación al servicio de los más viles intereses de las potencias imperialistas, planteaba la idea de fuerza de seguridad interna, lo que nos conducía a la implementación de unidades militares destinadas a controlar la población, de hecho podemos nombrar “El Caracazo” como ejemplo del empleo de la Fuerza Armada en contra de los ciudadanos”[15].

Como fundamento de esta aseveración el General Rangel  Briceño se preguntó”… cómo se explica que con todo el asesoramiento norteamericano que tuvimos en los últimos 50 años, no hemos contado nunca con un verdadero sistema de defensa aérea, no les interesó, porque la intervención aérea forma parte del esquema de dominación y ataque. Así pues, en nuestras escuelas militares nos pusieron como borregos, a entrenarnos para guerras imposibles, con hipotéticos ejércitos azules y rojos en territorios europeos, en tiempos de la II Guerra Mundial que no hacían sino reforzar la idea de la necesaria intervención del gendarme del mundo y señala más adelante “Por fin definimos al enemigo real, quién ha estado detrás de todas las tramas, que como un inmenso lastre nos tenía pegados en el fondo del medanal el imperio. Definir cómo actúan por lo que han hecho en otros países, nos permite visualizar la respuesta necesaria desde el punto de vista estratégico operacional y táctico. En consecuencia, definir cuáles son las nuevas amenazas, los nuevos campos de batalla, las nuevas formas de defensa y de ataque”[16]

IV. Las hipótesis de conflicto

Con respecto a la hipótesis de conflicto, también se consiguen similitudes entre los países latinoamericanos y diferencias con el imperio. La doctrina militar estadounidense es eminentemente ofensiva, de ahí los grandes gastos militares en armas nucleares, portaviones, misiles, aviones de largo alcance y el renacimiento de lo que se ha dado en llamar la “Guerra de las Galaxias”. Cuando Ronald Reagan, en los 80, ideó la "Guerra de las Galaxias, lo concibió como un escudo espacial  defensivo contra una URSS que aún representaba una amenaza para Estados Unidos. En los 90, la Unión Soviética  había desaparecido, pero el proyecto militar continuó. Durante el gobierno de Clinton, China, Rusia y hasta un aliado como Francia, rechazaron la posibilidad de un escudo antimisiles y en Washington, una comisión parlamentaria lo rechazó por oneroso. Todo cambió con George W. Bush. La estrategia imperial exigía "ocupar espacios vacíos", o sea, las zonas dominadas en el pasado por la URSS. Hoy hay bases de Estados Unidos en Afganistán, las repúblicas centroasiáticas  y ahora en "Europa del Este". Esta es la lectura que hace Moscú de la presencia militar norteamericana. De ahí el surgimiento de lo que algunos analistas llaman la segunda guerra fría.[17]

A este respecto el presidente ruso Vladimir Putin ha dicho que. “Hoy asistimos –dijo– a un casi incontenible uso excesivo de la fuerza –la fuerza militar– en las relaciones internacionales, fuerza que está sumergiendo al mundo en un abismo de conflictos permanentes” [18]El presidente ruso señaló que se violan cada vez más los principios básicos del derecho internacional y que “un Estado y, naturalmente, ante todo y sobre todo EE.UU., ha transpuesto sus fronteras nacionales de todos las maneras posibles. Esto es evidente en las políticas económicas, políticas, culturales y educativas que impone a otras naciones. ¿Quién está conforme con eso? ¿Quién está contento con eso?”.[19]

Para América Latina las hipótesis se expresan de diferente manera pero encierran ideas comunes que surgen de la anterior definición del enemigo. Para Cuba es la guerra de todo el Pueblo, que se define como” la concepción estratégica para la Defensa Nacional, que resume la experiencia histórica de la nación en lo tocante a enfrentamientos contra  enemigos numérica y tecnológicamente superiores. Se basa en el empleo más variado y eficiente de todos los recursos materiales y morales de la sociedad, organizados en el Sistema Defensivo Territorial, como sustento de la capacidad defensiva del Estado. Es el fundamento de la Doctrina Militar del Estado Cubano y expresa la solución de masas dada por la dirección de la Revolución a los problemas de la Defensa Nacional. Suele resumirse al afirmar que, en caso de una agresión militar en gran escala contra Cuba, cada ciudadano tendrá un medio, un lugar y una forma de enfrentar al enemigo hasta lograr la victoria[20].

El PEA- 2025 del Ejército argentino ya citado expone que su país no enfrentará en soledad este tipo de conflicto armado sino que define como “Guerra de los recursos” al conflicto de violencia variable entre bloques de naciones, Estados o grupos humanos, que mediante el empleo de la fuerza buscan controlar los recursos naturales considerados de interés vital para el desarrollo nacional y el bienestar de sus habitantes”[21]

El general Rangel Ministro de la Defensa de Venezuela lo define como “
La guerra asimétrica, la guerra de resistencia, la guerra larga o la guerra de todo el pueblo, también pudiera llamarse la guerra de la gran prueba y fortaleza de ánimo, de valores y principios, o también la gran guerra de la identidad nacional como respuesta necesaria a las agresiones imperialistas en defensa de nuestra Patria, afectando los parámetros de la economía de guerra de las potencias, podemos asumir posiciones disuasivas incluso, y así prevenir hasta una invasión, ya que normalmente aspiran a que dure poco tiempo, tener pocas bajas, causar pocos daños a la infraestructura productiva, para que el país invadido pueda producirle lo deseado más rápidamente y facilitar la pacificación: ganar mucho dinero y crear matrices de opinión favorable” [22]

V. Algunas medidas inmediatas

Esta guerra parte de la necesidad de la defensa, nunca será agresiva, es disuasiva, lo cual obliga al  apertrechamiento, al adiestramiento y la preparación de los planes conjuntos desde tiempos de paz, a fin de eliminar el potencial de conflicto. Para esta guerra debe haber una nueva doctrina y unas nuevas Fuerzas Armadas, para lo cual se deberían iniciar trabajos conjuntos, así como ejercicios y maniobras que vayan eliminando la desconfianza y creando condiciones para avanzar hacia la unificación. Esta es una empresa de gran envergadura y de mediano plazo, sin embargo se puede y se deben tomar algunas medidas de carácter inmediato para realizar en el tiempo que coadyuven al logro del objetivo propuesto

Algunas de estas medidas son

- Eliminar la hipótesis del enemigo interno de los documentos doctrinarios y de seguridad de la Fuerza Armada

- En tanto avanzamos en la integración, eliminar la hipótesis de los países vecinos como enemigos.
 
- Estructurar verdaderamente las Fuerzas Armadas en torno a la hipótesis de guerra contra el enemigo imperialista lo que debe motivar una nueva dislocación de las Fuerzas Armadas (por ejemplo sacar los cuarteles de las ciudades donde son poco operativos) y organizarse en función de la defensa y de la guerra asimétrica, guerra de todo el pueblo o guerra por los recursos como se le ha llamado indistintamente.
 
- La Fuerza Armada debe estar volcada hacia la defensa de un enemigo externo, dislocada en todo el territorio, en defensa de nuestros recursos energéticos, agua, oxígeno y minerales, cobre, bauxita, estaño, plata y las grandes reservas forestales que poseemos.

- Ir sustituyendo la idea de la defensa de la soberanía del Estado nacional por la de la defensa de la soberanía regional, refiriéndose  a América Latina y el Caribe.

- Las nuevas adquisiciones de armamento debe ser realizadas exclusivamente para sostener la doctrina defensiva.
 
- Las Fuerzas Armadas deben responder a esto. Prever su ubicación en la primera trinchera para permitir el despliegue del pueblo en la larga guerra de resistencia hasta lograr el equilibrio estratégico y la victoria estratégica a partir de las  definiciones de la doctrina vietnamita en materia de guerra de todo el pueblo.

- Para ello se debe crear una poderosa marina de guerra y una gran red de defensa antiaérea y una maraña de pequeñas unidades de fuerzas especiales que puedan actuar en la retaguardia del enemigo.

- La base fundamental es la organización del pueblo para la defensa, la preparación en tiempo de paz de los recursos materiales, humanos y el adiestramiento político y sicológico,

- Así mismo, entender la guerra con el concepto de Clausewitz como continuación de la política. En esa medida preparar los factores políticos y diplomáticos para la consecución de los objetivos estratégicos.

VI. ¿Una utopía? A manera de conclusiones

Esto parece una utopía, una utopía planteada hace muchos años por Augusto C. Sandino a quien el intelectual francés Henri Barbusse  llamó “General de Hombres Libres” quien en su Plan de Realización del Supremo Sueño del Libertador de 20 de marzo de 1929 expuso que “ La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana, acuerda proceder a la inmediata organización de un Ejército compuesto por cinco mil doscientos cincuenta ciudadanos pertenecientes a la clase estudiantil, entre los dieciocho y los veinticinco años de edad, contando con profesores de Derecho y Ciencias Sociales. Estos profesores, así como la totalidad de los componentes del citado Ejército, deberán ser físicamente aptos para el servicio militar. Requisito indispensable para poder pertenecer al ejército propuesto es el de poseer la Ciudadanía Latinoamericana”

Este Ejército no constituye el efectivo de las Fuerzas de Mar y tierra de la Alianza Latinoamericana, sino que es la Base fundamental de los efectivos con que habrá de contar la Nacionalidad Latinoamericana para la defensa y sostenimiento de su Soberanía”[23]

Aquí el General Sandino le da continuidad al ideal bolivariano en materia militar y de seguridad. Es importante resaltar que hace recaer la defensa en el pueblo,  de manera particular en los estudiantes echando las bases de lo que debe ser la estructura militar del pueblo para la defensa.

Somos un territorio relevante en el marco de la política mundial. Si no entendemos esto es porque hemos actuado en política internacional en los términos que nos ha impuesto el imperio y en la visión de mundo que ellos han establecido.

Eso pasa por resaltar que como somos diferentes somos débiles. En la Carta de Jamaica, Bolívar nos enseño que porque somos diferentes somos fuertes.

Somos, según lo establece el analista argentino Juan Gabriel Tokatlian

- Una genuina potencia ambiental en términos de biodiversidad
- Poseedores de importantes reserva energéticas, acuíferas y alimenticias
- Con una doble proyección geopolítica hacia el Atlántico y el Pacífico
- Formado por países democráticos
- Con un gran avance en protección y defensa de los derechos humanos
- Carentes de armas de destrucción masiva en nuestro territorio
- Creadores de agrandes aportes al derecho internacional en cuanto a la convivencia de las naciones
- No hemos sufrido grandes guerras fratricidas
- Un área culturalmente rica y desarrollada[24].

Todo esto nos puede llevar a hacer un aporte a la paz y la seguridad mundial, pero debemos avanzar en la integración y  adelantar la construcción de una doctrina militar común y unas Fuerzas Armadas defensoras y aliadas de nuestros pueblos en la defensa de la soberanía. Así surgirá un nuevo orden latinoamericano y caribeño en materia de seguridad y defensa. Si no lo hacemos seguiremos dependiendo de afuera. Eso nunca ha sido aceptable, pero desde 1982, desde la Guerra de las Malvinas es sencillamente inexplicable.



[1] Ver Roberto Giusti “El Plan Colombia debe convertirse en un Plan Andino” Entrevista a la Embajadora de EE.UU. en Venezuela en El Universal. 5 de noviembre de 2000. Caracas.

[2] Rodríguez  Gelfenstein, Sergio”Plan Colombia: globalización e intereses hegemónicos de Estados Unidos en América Latina” CDB publicaciones. Caracas, 2000

[3] La cita fue tomada de Antonio Caballero. “Esto si es Vietnam”,Revista Semana: www.semana.com

[4] Rodríguez Gelfenstein, Sergio. Op.cit.

[7] Maira, Antonio “Tommy Franks, un general de las Américas” en “ www.rebelion.org”

[8] Saravia, Mariano” Aproximación militar a una concepción latinoamericanista” en América XXI, Buenos Aires, Argentina

[9] Ibid

[10] Ibid

[11]Turdera, Carlos “Revelan un informe de inteligencia. Sugiere que es posible una futura invasión del Amazonas .Inquieta a Brasil la presencia militar de EE.UU. en la región” citado por lanacion.com 31-01-07

[12] Ibid

[13] Dieterich, Heinz, “La doctrina militar cubana y el Bloque Regional de Poder Militar” en www.rebelion.org”

[14] Ibid

[15] Discurso del general en Jefe Gustavo Reyes Rangel Briceño Ministro del Poder Popular para la Defensa en el acto de entrega de MPPPD en fecha 18 de julio de 2007. Transcripción de Prensa Presidencial del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela

[16] Ibid

[17] Luzzani, Tela, Espacios Vacíos en www.clarín.com

[19]Putin, Estados Unidos aumenta el riesgo de destrucción mutua” en www.clarin.com

[20] Dieterich Heinz. Op.cit

[21] Saravia, Mariano. Op.cit

[22] Discurso del general en Jefe Gustavo Reyes Rangel Briceño Ministro del Poder Popular para la Defensa en el acto de entrega de MPPPD en fecha 18 de julio de 2007. Transcripción de Prensa Presidencial del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela

[23] Sandino, Augusto C. Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar” 20 de marzo de 1929 editado por la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Nicaragua, Managua, febrero, 2007

[24] Tokatlian, Juan Gabriel “El orden sudamericano después de Irak” en Nueva Sociedad Nº 185. Caracas, mayo-junio 2003.

 

Fuente: Barómetro Internacional (Venezuela)

 

https://www.alainet.org/de/node/123452?language=en
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