Las dos celebraciones
09/11/2007
- Opinión
El gobierno celebró el jueves la aprobación parlamentaria en Estados Unidos, de un TLC al que antes se opuso cuando el APRA era partido de oposición y que García ofreció revisar ante algodoneros, arroceros y otros sectores del agro peruano, cuando era candidato; y el fracaso de un paro que nadie convocó y que según la propaganda oficial iba a ser una jornada de violencia, conectada con un rebrote senderista y con petrodólares de Hugo Chávez.
Tanta coherencia sólo se puede encontrar en un gobierno que considera antipatriótico que se extienda un informe a los congresistas gringos sobre cómo se ilegalizó la huelga de los mineros, que es además lo que siempre se hace con todas las huelgas, porque este sería un “asunto interno”, cuando García, Lermor, Araoz, han vendido en Estados Unidos la idea de que aquí se respetan los derechos laborales y sindicales.
Igualmente, el gobierno que dice que “fracasó el paro”, negó autorización para que se hiciera la marcha, que sabía era lo que estaba previsto, pero no pudo mantener su prohibición por la magnitud de la movilización que luego dice que fracasó. En cambio la contramarcha de los ayayeros de la CTP que sí fue autorizada nadie la vio, ni siquiera la prensa venal con el gobierno.
Obviamente todo es clarísimo con este gobierno: como que la gran ventaja del TLC es que vamos a tener abierto un mercado 150 veces más grande que el peruano, que sin embargo ya estaba abierto mucho antes del tratado, al que acuden más de 200 países en similares condiciones, y que no requiere de nosotros sino materias primas, alimentos complementarios de estación y bienes de muy bajo nivel elaboración, que es a lo que quiere el gobierno que nos dediquemos.
Y, añadido a esto vamos a tener inversiones, fábricas dice el presidente, como si los gringos quisieran poner talleres y maquinaria en el país, pudiendo hacerlo en China, México y Centroamérica. ¿Por qué no ha habido inversión industrial de Estados Unidos en Chile después del TLC?, sería una buena pregunta. Y que vamos a crecer a nivel asiáticos a partir del 2009, cuando ningún país de esa parte del mundo requirió de TLC para hacerlo, y mientras ninguno de los países con estos acuerdos: México, Chile, Centroamérica, registra puntos de crecimiento superiores a los que tenía antes de firmar el acuerdo.
Pero todo eso es lo de menos. Ya que los que protestan no son los más pobres, los analfabetos, los campesinos de la última puna, los menesterosos de las ciudades, sino los aventajados que por lo menos tienen trabajo y algún derecho, y que a este gobierno le llegan altamente, salvo en épocas electorales, y no ahora cuando de lo que hay que preocuparse es de los inversionistas a los que no los dejan comer, precisamente aquellos que no tienen comida suficiente, pero podrían tener menos aún si destruyen sus entornos naturales y productivos, cuando la gran inversión puede sacar mucho más provecho de todo eso.
Es obvio que este gobierno tiene una racionalidad a la que no estamos todavía acostumbrados. Sino vean al ministro de vivienda viajando a darles un empujoncito a los empresarios exitosos que no comienzan la reconstrucción del sur chico, después de tres meses y comprometiéndose a poner 200 viviendas, agua y desagüe en un mes, o renuncia si no logra sus metas. ¿Y por qué no renuncia Favre si no ha hecho nada y la cosa es tan fácil como darse un número de avance cada 30 días?, ¿y, finalmente, a quién respalda el presidente a su ministro voluntarista que mueve plata, o a su zar que está esperando que Carranza abra la cartera? ¿O a los dos?
- Raúl Wiener es analista político y económico peruano.
http://rwiener.blogspot.com/
Tanta coherencia sólo se puede encontrar en un gobierno que considera antipatriótico que se extienda un informe a los congresistas gringos sobre cómo se ilegalizó la huelga de los mineros, que es además lo que siempre se hace con todas las huelgas, porque este sería un “asunto interno”, cuando García, Lermor, Araoz, han vendido en Estados Unidos la idea de que aquí se respetan los derechos laborales y sindicales.
Igualmente, el gobierno que dice que “fracasó el paro”, negó autorización para que se hiciera la marcha, que sabía era lo que estaba previsto, pero no pudo mantener su prohibición por la magnitud de la movilización que luego dice que fracasó. En cambio la contramarcha de los ayayeros de la CTP que sí fue autorizada nadie la vio, ni siquiera la prensa venal con el gobierno.
Obviamente todo es clarísimo con este gobierno: como que la gran ventaja del TLC es que vamos a tener abierto un mercado 150 veces más grande que el peruano, que sin embargo ya estaba abierto mucho antes del tratado, al que acuden más de 200 países en similares condiciones, y que no requiere de nosotros sino materias primas, alimentos complementarios de estación y bienes de muy bajo nivel elaboración, que es a lo que quiere el gobierno que nos dediquemos.
Y, añadido a esto vamos a tener inversiones, fábricas dice el presidente, como si los gringos quisieran poner talleres y maquinaria en el país, pudiendo hacerlo en China, México y Centroamérica. ¿Por qué no ha habido inversión industrial de Estados Unidos en Chile después del TLC?, sería una buena pregunta. Y que vamos a crecer a nivel asiáticos a partir del 2009, cuando ningún país de esa parte del mundo requirió de TLC para hacerlo, y mientras ninguno de los países con estos acuerdos: México, Chile, Centroamérica, registra puntos de crecimiento superiores a los que tenía antes de firmar el acuerdo.
Pero todo eso es lo de menos. Ya que los que protestan no son los más pobres, los analfabetos, los campesinos de la última puna, los menesterosos de las ciudades, sino los aventajados que por lo menos tienen trabajo y algún derecho, y que a este gobierno le llegan altamente, salvo en épocas electorales, y no ahora cuando de lo que hay que preocuparse es de los inversionistas a los que no los dejan comer, precisamente aquellos que no tienen comida suficiente, pero podrían tener menos aún si destruyen sus entornos naturales y productivos, cuando la gran inversión puede sacar mucho más provecho de todo eso.
Es obvio que este gobierno tiene una racionalidad a la que no estamos todavía acostumbrados. Sino vean al ministro de vivienda viajando a darles un empujoncito a los empresarios exitosos que no comienzan la reconstrucción del sur chico, después de tres meses y comprometiéndose a poner 200 viviendas, agua y desagüe en un mes, o renuncia si no logra sus metas. ¿Y por qué no renuncia Favre si no ha hecho nada y la cosa es tan fácil como darse un número de avance cada 30 días?, ¿y, finalmente, a quién respalda el presidente a su ministro voluntarista que mueve plata, o a su zar que está esperando que Carranza abra la cartera? ¿O a los dos?
- Raúl Wiener es analista político y económico peruano.
http://rwiener.blogspot.com/
https://www.alainet.org/de/node/124145?language=es
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