Mas allá de la agresión bestial y los apretones de mano
- Opinión
El objetivo encubierto es amedrentar a los gobiernos progresistas respecto de “insubordinaciones” y “ensayos antidemocráticos” (léase antiimperialistas)
Explicación previa
Más allá de los abrazos y apretones de mano que se dieron el viernes 7 de marzo del 2008, al término de la inusitada cumbre del Grupo de Río, que ha llenado de optimismo a los gobiernos y a los pueblos de América Latina; sin embargo, está por verse si ese espíritu de conciliación y de buenos augurios puede mantenerse en el futuro inmediato; y, sobre todo, si la cabeza de playa (Colombia) del guerrerismo norteamericano y otros capataces que por allí andan, se allanan a ese elemental requerimiento de la región: que se respeten las soberanías de los países y los principios universales del derecho internacional.
Digo esto, no con el ánimo de aguafiestas, sino porque desde el imperio, a travesde el imperio, a través del señor Bush y de la Condolezza esa, en cambio, han proclamado que sobre cualquier antigualla del derecho internacional (del cual, en el mundo, ya muy pocos nostálgicos se acuerdan) están “los derechos implícitos” que siempre serios y los “pitimperios” del mundo, para invadir cualquier país, cualquier región, y para encubrir los verdaderos propósitos imperiales: la explotación de los recursos naturales, las guerras étnicas, la esclavización y explotación de pueblos, el fortalecie pueblos, el fortalecimiento del sistema, la democracia del consumismo, etc. Hoy, nos hablan de las “guerras preventivas” de “legítima defensa” o recurren a la mentira descomunal o a informes y argumentos falsos y perversos; no importa si el engaño es deos propios actores. Entonces, el cinismo más descomunal y la teoría de los “hechos consumados” (caso Irak) se impone y el invasor sigue allí, a la espera de que le permitan los “insurrectos y terroristas” locales, la apropiación indefinida y la comercialización sin restricciones de los recursos de la nación (el petróleo, en primer lugar) y los descomunales contratos para la industria de la guerra. Justifican lo injustificable con el cuento de que están combatiendo “terroristas” y llevando, a esos pueblos atrasados, “democracia y libertad” aunque para ello tengan que “lamentar víctimas colaterales” que es el eufemismo para reconocer que han “debido” cometer crímenes y genocidios de lo más infames (los neocolonialistas, solo en Irak, en cinco años de ocupación violentísima, ya han masacrado más de medio millón de iraquíes civiles, inocentes).
Por ello, yo no solo que pienso sino que estoy seguro que, tras la batalla verbal que se dio en República Dominicana y las denuncias contundentes del Presidente de Ecuador, lo que le obligó al “mejor aliado” de Bush a reconocer su delito y a pedir perdón por ello, fue una reacción hemisférica contundente e inédita. Uribe Vélez no podía hacer otra cosa que allanarse a la situación, como cuando los “curuchupas retardatarios” (conservadores fanáticos, en el argot ecuatoriano) van al confesionario, a arrepentirse de sus pecados; pero con la idea fija de volver a cometerlos, con mayor saña, a la semana siguiente. Es impensable, que un tipo de la formación fundamentalista como el Presidente de Colombia (igual que la mayor parte de su equipo de Gobierno) vaya a quedarse con la humillación de que fue objeto. Además, sus patrones (el Sr. Bush, la Condolezza esa, el Vicepresidente Cheney, y otros de esta misma calaña) le pedirán cuentas y le dirán que los miles de millones de dólares que ya han gastado en el Plan Colombia y el Plan Patriota le obligan a seguir adelante, con el Plan Antichávez, que tiene componentes anticorrea, antievo y anti cualquier otro “presidentucho” que se atreva a cuestionar, peor a superar el sistema imperante (el neoliberalismo más que salvaje, genocida y criminal). Para ello, Uribe y sus muchachos tienen el gran pretexto de los “bandidos de las FARC” a quienes debe desaparecer del mapa, a como dé lugar. Pero eso será siempre y cuando estos se dejen; y al parecer, en seis años de agresión violentísima, no han logrado arrinconarles siquiera hacia Ecuador, como decía la “táctica” que concibieron desde el primer día en que Uribe Vélez llegó al poder.
Por ello, se justifica esta explicación previa a lo que había estado ensayando sobre el tema, al margen de si el conflicto se agravaba o se arreglaba, por lo menos diplomáticamente. El infame asesinato de una veintena de guerrilleros colombianos que acampaban en territorio ecuatoriano más cinco o seis jóvenes visitantes, da para que corra mucha tinta y mucho discurso. Pero trataré de sintetizar lo que para mí y para muchos latinoamericanos ha quedado latente de esta artera así como genocida acción:
Mensaje número uno: desaparecer a Chávez
La bestial agresión contra un comando de las FARC, acantonado clandestinamente a 2.7 kms. de la línea de frontera (sector Angostura, muy cerca del río Putumayo) al amanecer el sábado 1 de marzo/2008, con utilización de tecnología militar de alta precisión (que solo puede ser operada por los gringos) debe tomarse como un anuncio de que Colombia ha asumido el criminal papel de Israel contra los palestinos y los países musulmanes del Medio Oriente; y que ha pasado a la fase de agresión a mansalva y sin explicaciones previas, a pretexto de “guerra preventiva” y “legítima defensa”
El gobierno colombiano ha reconocido paladinamente y sin rubor alguno que, en efecto, ha agredido al Ecuador y ha anticipado que lo ha hecho porque “debía actuar” frente a una amenaza contra su territorio desde un campamento de “terroristas” que estaban acantonados en territorio ecuatoriano. Es decir, resuelvan lo que resuelvan instancias regionales como el Grupo de Río, el mensaje que quiso dar la Colombia de Bush-Uribe es que se ha introducido en América Latina la política del gran garrote contra cualquier Estado que pretenda cuestionar, peor introducir cambios profundos, al vigente sistema económico y político, mejor conocido como neoliberalismo. Se dio un primer aviso contra Ecuador, que se ha negado a reconocer a las FARC como “terroristas” y que se ha negado también a actuar de martillo contra este movimiento guerrillero; pero, esta acción de armas, despiadada y brutal, me parece que contiene una tácita advertencia, en primerísimo lugar, contra el Gobierno de Hugo Chávez y sus pretensiones de construir un socialismo siglo 21 y desterrar para siempre la larga noche neoliberal y la política social de mercado. Ya se han dado “situaciones alarmantes” en puntos calientes de la frontera Colombo - Venezolana y hasta hay antecedentes de incursiones “clandestinas” de paramilitares colombianos en territorio venezolano
Mensaje número dos: basta de liberación de rehenes
El segundo mensaje de esta acción brutal y perversa –no cabe duda- es contra cualquier intención o gestión que se haga para la liberación de los rehenes que las FARC tienen en las selvas de Colombia desde hace años; especialmente de la colombo-francesa Ingrid Betancourt. El problema es que Uribe Vélez y su combo de paramilitares y narcotraficantes tienen nada de humanitarios o debilidades de este estilo; más si un trato con “criminales y terroristas” echaría por tierra la imagen de “duros” que han querido dar en esta materia. Además, sería un reconocimiento tácito de que las FARC existen, que las FARC controlan amplios sectores colombianos, que las FARC han sido capaces de retener, por años, a decenas de rehenes civiles más varios cientos de militares y policías que han caído en sus manos, en combates librados con el poderoso ejército colombo-yanqui. Pero, para Uribe Vélez y su combo, de dientes para afuera, los “bandidos” ya están muy disminuidos, ya mismo los liquidan a pesar de que al interior de Colombia saben y están seguros que este pleito está lejos de terminar por la vía militar.
La reciente liberación de siete retenidos demostró que por la vía de los buenos oficios (vía Hugo Chávez y la senadora colombiana Piedad Córdova) era más factible que los devuelvan a la sociedad civil, antes que mediante acciones militares. Hace meses, se dio un intento de esta naturaleza (¿lo recuerdan?) pero solo sirvió para que 11 diputados del Departamento del Valle mueran por el fuego cruzado del comando militar que pretendió liberarlos. También, es seguro que el patrón Bush y la Condolezza esa, habrán ordenado a sus lacayos uribistas que paren ese drama, que estaba dando réditos, precisamente al “enemigo” (Hugo Chávez) y a los “terroristas de las FARC”, para las cuales, el propio mandatario venezolano pidió que se les reconozca su calidad de combatientes. Desde luego, para los imperialistas tiene ninguna importancia la vida de los rehenes si de cortar la subversión se trata. Entonces, el asesinato a mansalva, a la media noche, con alevosía y ventaja, de Raúl Reyes y el comando que lo acompañaba, tiene también esta explicación “estratégica”. Con ellos, quisieron asesinar las esperanzas de liberación de los secuestrados y especialmente de Ingrid Betancourt, ya que Reyes era el contacto con voceros de Ecuador, Venezuela y Francia, que ya estaban cerca de lograr la liberación de 11 retenidos más. Así que, dudo, a pesar de las recomendaciones del Grupo de Río, que este proceso pueda seguir dándose, muy a pesar de las buenas intenciones de los presidentes reunidos en la ya célebre cumbre de República Dominicana.
A mi criterio, deberían ser las propias FARC las que resuelvan, de una vez por todas devolver a todos los rehenes a sus familias, en Colombia, salvado algún caso de algún criminal de guerra que hayan cometido crímenes de guerra y los tres yanquis, agentes de la CIA, que están sus manos. Esta decisión restituiría en los ambientes de la propia Colombia y de los sectores progresistas y revolucionarios de América Latina la imagen de una guerrilla que lucha contra las plutocracias locales por establecer para su pueblo un país más libre, más equitativo, más solidario. La experiencia de muchas guerrillas, a través de los tiempos, determina que un grupo revolucionario alzado en armas, no puede recurrir a un acto delincuencial, común y corriente (el secuestro) que es de todos los días en la sufrida Colombia y también en nuestros países. Si se diera esta decisión, pues entonces ni siquiera Uribe y su combo podría seguir sosteniendo que se trata de un grupo “criminal y terrorista” como lo dice el Sr. Bush cada vez que puede.
Una decisión semejante, podría dar lugar a que en el mundo entero se denuncie lo que es la verdad en Colombia, desde hace mucho tiempo: que los terroristas son los paramilitares y sus mentalizadores y apoyadores (los militares y los gobernantes de turno) que asesinaron comunidades campesinas y cuadros de un partido político, sin piedad alguna; para apoderarse de sus mejores tierras; que los narcotraficantes están entre los paramilitares al punto que la DEA de los propios Estados Unidos, los tienen fichados e identificados y piden su extradición para juzgarlos en USA. Que la propia familia de Álvaro Uribe y sus diputados y senadores, están sindicados y algunos en la cárcel, señalados como mentalizadores y financiadores de paras y narcos.
Mensaje número tres: contra la insurgencia latinoamericana.
La brutal agresión contra la soberanía ecuatoriana, tiene otra lectura: el imperio ha decidido hacernos saber que no tolerará de brazos cruzados más gobiernos “populistas” que, aun cuando provengan de elecciones democráticas y libres, pretendan irrespetar los “sagrados principios” del neoliberalismo: respeto sin condiciones a la propiedad privada, al mercado y sus virtudes, a la democracia occidental y cristiana, a las enormes transnacionales, a los dictados del FMI. y el Banco Mundial y otra larga lista de “deberes”.
En ello, se va la vida misma del sistema y la sociedad de bienestar de los ciudadanos yanquis. Desde 1961, el imperio decidió que no tolerará más Cubas en América Latina; y qué no ha hecho por asesinar a su líder (Fidel Castro) y destripar a la propia revolución comunista. Pero no lo ha conseguido, la revolución sigue firme, ahora sin Fidel al mando; y por lo tanto sigue siendo, con mucha más autoridad y orgullo, un “mal ejemplo” para los pueblos y gobiernos de la región. Y por la vía electoral (herramienta que se creía única y exclusiva de la democracia representativa de nuestro hemisferio) he aquí que sale este “monstruo inquietoso e irreverente” de Chávez; y que este Chávez habla sin medias tintas de la revolución bolivariana; y es un aliado y amigo de Fidel; y alguien que denuncia al imperio, cada vez que puede, donde puede; y que anda organizando acciones contra el sistema (el ALBA contra el ALCA; un sistema energético continental, telesur y otras utopías semejantes) Y que además, en Bolivia, le aparece un tal indio Evo Morales, que es elegido democráticamente y que es capaz de cuestionar los designios del imperio en ese país que hasta hace poco teníue hasta hace poco tenía a uno de sus incondicionales (Sánchez de Lozada) en el poder. Y que en Ecuador aparezca un joven inteligente, valiente, librepensador y de clara tendencia izquierdista, que también empiece a cuestionar al imperio y los “imperitos”, que empiece a hablar de luchar contra las inequidades, y que sea amigo de Chávez, y que se niegue a renovar la licencia para la base militar yanqui de Manta; y etc. etc. Entonces pues, el mensaje de la agresión colombo - yanqui contra un comando de las FAriano, resulta también que es un mensaje contra estos nuevos “líderes populistas, enemigos de la democracia y la libertad”
Lo positivo: hacia una OEA sin yanquis.
La inesperada actitud de la mayoría de jefes de Estado en República Dominicana, que dejaron a un lado la clásica agenda de “buenas intenciones” que caracteriza a estos cónclaves, para escuchar los reclamos airados y firmes del Presidente de Ecuador, por la clara agresión de Colombia contra un pedazo de su territorio, y el respaldo que fueron dando la Presidenta de Argentina, el Canciller de Brasil, el Presidente de México, la Presidenta de Chile, el propio anfitrión y Presidente de la reunión, (cada quien, según sus particulares puntos de vista) y la clara y contundente intervención de Hugo Chávez más las condenas de Daniel Ortega (Nicaragua) determinaron que no le quedara otro camino a Álvaro Uribe Vélez, que reconocer que su fuerza militar había bombardeado territorio ecuatoriano y que tuviera que pedir perdón por ello. Por primera vez, muchos latinoamericanos asistíamos a un acto de presión de esta naturaleza. Más, si a renglón seguido se aprobaba una resolución, la única resolución aprobada por unanimidad, en la que se deja constancia de que Colombia había agredido a Ecuador y que se comprometía a no hacerlo nunca más, contra ningún país y por ningún motivo.
al actitud se tomaba en forma muy dinámica (sin comisiones informantes ni otros recursos para darle largas a un asunto) en un solo día y con la presencia del acusado en persona. ¿Ello habría sido posible si, por ejemplo, el caso hubiese estado ventilándose (como ya ocurrió días antes) en el seno de la OEA, en donde tiene una presencia y una participación muy influyentes, el imperio USA? Está claro que no.
Este detalle ha llevado a que no pocos editorialistas de medios alternativos de comunicación (ya que los del sistema, todos estaban alineados con las tesis de Uribe y de Bush) comiencen a hablar que ya los países latinoamericanos y del Caribe deben pensar en un organismo regional sin Estados Unidos. Solo entonces podremos decir que contamos con un organismo vivo, no comprometido, que sea capaz de recoger realidades y de pronunciarse contra el agresor y a favor de la paz y de la buena relación entre países hermanos.
La iniciativa ha sido lanzada y quizá la actitud firme y valiente del Presidente de Ecuador en la vigésima reunión del Grupo de Río, sea el comienzo de una nueva etapa de relaciones honestas y valederas, de respeto mutuo y de apoyos, entre países hermanos. Sería la aplicación práctica de eso que dice la gente: no hay mal que por bien no venga.
- Alberto Maldonado S. es periodista ecuatoriano.
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