Crisis económica y el Canal de Panamá

09/04/2008
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
La crisis económica –centrada en EEUU– tiende a agudizarse en la medida en que las contradicciones del desarrollo capitalista se agudizan a escala mundial. En Washington se toman las medidas –aunque tímidas– del caso y en el resto del mundo se elaboran estrategias para enfrentar el problema. Mientras tanto, en Panamá, el gobierno hunde la cabeza en la arena con la esperanza de que todo pase sin mayores consecuencias. Es la política tradicional de los gobiernos que sólo piensan en los negocios rápidos. Al final de cuentas, son los trabajadores y el pueblo panameño que pagarán los perjuicios millonarios causados por los malos gobernantes.

En un reciente comunicado, el Frente Panamá Soberana (FPS) planteó que “la política económica del gobierno norteamericano y su militarismo han creado las condiciones para que ese país caiga en una recesión”.

Durante una recesión los productores son obligados a paralizar sus actividades, los trabajadores pierden su empleo y los bancos restringen sus actividades por temor a los riesgos. En esta coyuntura, EEUU tiene dos alternativas: Por un lado, ponerle un techo al crédito del cual pueden disponer los especuladores, regresando a una política productiva. Por otro, pedirle a sus acreedores (China, Europa y otros) que le extiendan los plazos correspondientes al pago de su deuda.

Los últimos gobiernos de Panamá han jugado a la ruleta rusa negociando con EEUU un tratado de libre comercio (atascado aún en los corredores del Congreso norteamericano) y suscribiendo acuerdos militares. La apuesta más riesgosa de Panamá ha sido el impulso que el gobierno le ha dado a la ampliación del Canal de Panamá a un costo inicial de $5,250 millones.

La crítica de fondo que le hace el FPS al gobierno nacional radica en su error al considerar “que la ampliación no constituye un riesgo por la forma en que se ha estructurado el comercio marítimo mundial en los últimos lustros”. A partir de la década de 1990, China se sumó a Japón como socio comercial marítimo principal de EEUU que utiliza el Canal. Sobre la base del surgimiento del gigante asiático, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) proyectó un crecimiento anual del 10 por ciento hasta 2020. El pronóstico de la ACP justificó equivocadamente todos sus cálculos para la construcción del nuevo juego de esclusas.

El jefe de mercadeo de la ACP, Rodolfo Sabonge, ya anunció que la ruta perderá dinamismo en el período 2007-2008. Pronostica, para tranquilizar a los inversionistas, que a partir de 2009 el comercio regresará a su normalidad. Según el FPS, “Sabonge, pierde de vista que el comercio entre China y EEUU no puede regresar a su tasa de crecimiento anterior”.

El FPS agrega que “si Panamá no toma las medidas correctivas, el país se perjudicará producto de los cambios que se avecinan. La solución es suspender el proyecto de construcción de las nuevas esclusas. A la crisis financiera ... se suma la subestimación de los costos de la propuesta de ampliación del Canal así como la apertura de las rutas árticas”.

El FPS concluye que “el gobierno de Panamá tiene la obligación de incorporar el futuro del Canal en un plan de desarrollo nacional para garantizar que sus excedentes contribuyan a generar riquezas en todo el territorio nacional y protegerlo de las crisis internacionales que se repiten en forma cíclica”.

- Marco A. Gandásegui, hijo (Profesor de la Universidad de Panamá e investigador del CELA)
https://www.alainet.org/de/node/126836

Clasificado en

Clasificado en: 

America Latina en Movimiento - RSS abonnieren