OMC: la Argentina hace 80 años comenzó a plantear sus reclamos contra los subsidios agrícolas

28/07/2008
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A 80 años de los primeros reclamos periféricos contra la discrecionalidad comercial de los países centrales, planteados en soledad por Argentina en la “VI Conferencia Panamericana” celebrada en La Habana, Cuba, en 1928, esos cuestionamientos, con las diferencias propias de los nuevos tiempos, hoy son compartidos por un fuerte bloque de naciones que engloban alrededor de la mitad de la población mundial.

Hoy China, India, Suráfrica, Argentina y otros países víctimas de las políticas de discriminación en materia de intercambio de bienes y servicios, como Uruguay y Paraguay, han logrado conformar un bloque significativo para levantar la voz contra los esquemas establecidos por los países europeos, Japón y los Estados Unidos de América a través de los organismos internacionales, en particular la Organización Mundial del Comercio (OMC), que mientras reclaman la apertura de los mercados a los más débiles hace oídos sordos a los reclamos de éstos, sobre todo contra los subsidios agrícolas.

El gobierno de los Estados Unidos encabezado por Woodrow Wilson tenía por entonces una doble cara. Por un lado aparecía como pacifista, componedor (incluso introdujo en el Tratado de Versailles, de fin de la Primera Guerra Mundial la creación no cumplida del estado kurdo) y hasta idealista en la arena mundial, como lo remarcara entonces el vespertino “La Razón”, mientras tenia posturas intervensionistas en América Latina, como habían sido sus operativos militares en México contra las tropas de Pancho Villa y en Nicaragua contra las del general Augusto César Sandino.

Estos hechos contaban con una fuerte repulsa en casi toda la región. El matutino argentino “La Nación” señaló que esas agresiones estadounidenses constituían una prueba sobre sus verdaderas intenciones detrás de las declaraciones panamericanistas. Por ello el presidente argentino Marcelo Torcuato de Alvear y su canciller Angel Gallardo dieron expresas instrucciones de plantear esa cuestión en la referida “VI Conferencia”.

“La soberanía de los estados consiste en el derecho absoluto a la entera autonomía interior y a la completa independencia externa. Ese derecho está garantizado en las naciones fuertes por su fuerza, en las débiles por el respeto de las fuertes. Si ese derecho no se consagra y no se practica en forma absoluta, la armonía jurídica internacional no existe. La intervención diplomática o armada permanente o temporaria atenta contra la independencia de los estados”, se dijo.

Pero los entripados argentinos no terminaban ahí. Estaba claro que tanto los Estados Unidos como el Reino Unido tenían para entonces políticas comerciales que perjudicaban severamente las exportaciones primarias argentinas. En el primero de los casos a través de barreras arancelarias y de las normas antiaftosa y en el segundo mediante un deslizamiento de sus compras hacia sus dominios de Australia, Canadá y Nueva Zelanda, explicitado luego, en 1932 mediante el Tratado de Ottawa (Canadá) de las llamadas “Preferencias Imperiales”..

Honorio Pueyrredón, que durante el primer gobierno de Hipólito Yrigoyen había estado al frente de la cancillería y desde 1924 con Alvear a cargo de la embajada en Washington (EUA), fue el jefe de la misión argentina en esa conferencia y la figura central de las confrontaciones con su par de Estados Unidos, Charles Evans Hughes. Pero así como sus posturas se enmarcaron en la opinión generalizada antiintervencionista, quedaron aisladas en cuanto a los reclamos comerciales.

El representante argentino fue más lejos en aquella ocasión a las propias instrucciones y sostuvo que no iba a firmar el documento sobre la Unión Panamericana (habían pasado cuatro décadas del intento de EUA de imponer la versión primigenia del ALCA) si en el mismo no se incluía el tema de las limitaciones arancelarias y paraarancelarias. Eso lo hizo tener diferencias con Alvear y Gallardo al ver que el país quedaba aislado.

Estos preferían que, en todo caso, la conferencia fracasase por el rechazo de Washington a los reclamos de no intervención, exigidos por trece paises liderados por la Argentina, y no como consecuencia de los planteos aislados del país contra las políticas de deslealtad comercial aplicadas por la administración estadounidense. Por eso pidieron a Pueyrredón que abandonara las posturas extremas y firmase el documento final con reservas, pero el ex canciller se negó y mantuvo la cuestión viva, en soledad, hasta el final, por lo que fue relevado.

Han pasado 80 años desde entonces y los países centrales (EUA, Unión Europea y Japón) gastan más hoy en subsidios a sus sectores agropecuarios por año que la deuda externa de cualquiera de los grandes endeudados del planeta y junto con los subsidios funcionan las barreras arancelarias y las paraarancelarias cuando lo anterior no alcanza, lo cual se constituye en uno de los desencadenantes de la crisis periférica moderna y de la disparada de los precios de los alimentos que ya genera hambrunas en diferentes lugares del planeta.


Fernando Del Corro
Periodista, historiador y docente en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la Universidad de Buenos Aires (UBA). De la redacción de MERCOSUR Noticias.
https://www.alainet.org/de/node/128922

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