Adiós, mister Bush

15/01/2009
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

En Washington se realizará el cambio de mando en que Barack Obama será proclamado como presidente de los Estados Unidos, pero al mismo tiempo, se despide George Bush, uno de los más polémicos mandatarios estadounidenses de que se tenga memoria. El presidente saliente será recordado, sin duda, más por sus desaciertos que por sus logros.

El país que hereda Obama está signado por un signo frustráneo en casi todos los dominios de la vida pública. Se podría afirmar que desde un comienzo, la era Bush se inició con el pie izquierdo tras un espurio triunfo en el estado de Florida. Sin embargo, el giro decisivo del gobierno Bush se produce con la caída de las Torres Gemelas en Nueva York, pues desde aquel triste episodio su gran norte ha sido hasta la fecha su “cruzada contra el terrorismo”.

Esta “cruzada” ha sido llevada por Bush y sus “halcones” a consecuencias insospechados que han puesto al gobierno norteamericano en el límite de lo aceptable en lo ético y en lo jurídico en el plano internacional. Hoy, los personeros republicanos que abandonan la Casa Blanca han sido sindicados como culpables de graves crímenes contra la humanidad, por casos de tortura y asesinatos en Guantánamo, Irak y Afganistán.

La guerra en el Golfo Pérsico no sólo ha significado un deterioro de la imagen y la credibilidad de Estados Unidos sino, además, su ruina económica. George Bush, con la complicidad de Aznar y Blair, arrastró a su país a una guerra imperialista insensata y de muy alto costo para el erario nacional. Para cualquier observador imparcial, resulta evidente que los resultados han sido magros o nulos.

La estrategia de George Bush, lejos de avanzar en la solución de los problemas del Medio Oriente y el Golfo Pérsico, los ha exacerbado, impidiendo soluciones políticas de largo plazo que signifiquen una paz con justicia en una zona tan sensible como explosiva. Lo mismo podría afirmarse con respecto a América Latina, donde persiste una visión anacrónica en Washington que no ha superado nociones tan añejas como el “bloqueo” a Cuba o el torpe intervencionismo al estilo de los setenta en diversos países de la región.

George Bush, como suele decirse, se ha comportado con la sutileza de un elefante en una cristalería y esto evidencia un problema de fondo. El mundo contemporáneo enfrenta problemas complejos de escala planetaria, para hacerle frente a dichos problemas se requieren “nuevas ideas”, en lo político, en lo económico y en lo cultural. Ya no es suficiente la mano tosca de un cowboy tejano para ir disparando por doquier. La administración Bush pasará a la historia como una de las páginas más opacas de la historia de los Estados Unidos.

Un mandatario que deja un país sumido en la peor debacle económica desde hace décadas, sumido en una guerra sin ilusiones que ha significado muerte y destrucción no sólo a las familias de los países ocupados sino de su propia nación. George Bush abandona la Casa Blanca en este frío invierno boreal, el mundo respira un poco más aliviado a la espera de una próxima primavera.

Álvaro Cuadra

Investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. ARENA PÚBLICA.
Plataforma de Opinión. Universidad de Arte y Ciencias Sociales. ARCIS
 

https://www.alainet.org/de/node/131878
America Latina en Movimiento - RSS abonnieren