Tomadura de pelo

23/03/2010
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Más que un fantasma, una práctica aberrante, ilícita y generalizada recorre a la Iglesia católica, apostólica y romana.
 
Con más de 30 mil casos de pederastia, golpizas rituales y jornadas de hambre en escuelas, orfanatos, albergues y reformatorios católicos sostenidos con base a recursos del Estado, Irlanda pareciera ser sólo la punta del iceberg de un gravísimo y antiguo problema que hace cimbrar hasta los cimientos a una de las más antiguas instituciones.
 
Pero es tan prominente la filosa punta que obligó a Benedicto XVI a emitir una Carta pastoral para pedir, por segunda ocasión, disculpas a los sexual y laboralmente abusados por los hombres que forman filas en el ejército de negro, disciplinado como pocos, vertical como ninguno y leal a cardenales y al Papa por cada uno de sus 500 mil integrantes. 
 
Considerada “excepcional” por los especialistas y “decepcionante” por las víctimas, la Carta pastoral dice: “Ustedes han sufrido gravemente, y sinceramente lo lamento. Expreso la vergüenza y el remordimiento que todos sentimos. Sólo puedo compartir el dolor y el sentimiento de traición que muchos de ustedes han experimentado al saber de estos actos criminales y pecaminosos”.
 
De los “actos criminales y pecaminosos” de Marcial Maciel Degollado fue oportunamente enterado el entonces prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, y Joseph Ratzinger no hizo absolutamente nada con las pruebas documentales que le entregó, entre otros, el entonces sacerdote católico Alberto Athié, como tampoco con los 201 documentos que van de 1948 a 2004 y que integran el dossier  Maciel, como parte de los archivos secretos del Vaticano. La amistad y la protección de Juan Pablo II hacia el afamado pederasta de Cotija, Michoacán que abusó de sus propios hijos, y emparentado en tercer grado con Martha María Sahagún Jiménez, difícilmente pueden disociarse de los recursos financieros que la Legión de Cristo remitía puntualmente a las arcas vaticanas.
 
Pero en la visión del alemán, México no es Irlanda en términos de los depredadores sexuales vestidos de sotana. Y anunció como medidas para afrontar el desastre católico irlandés, entre otras: la visita apostólica –auditoría no financiera--, penitencia, confesión, eucaristías, renovación espiritual y poner énfasis en los procedimientos para determinar la idoneidad de los candidatos al sacerdocio.
 
“Son totalmente superficiales y cosméticas, y configuran una verdadera tomadura de pelo a los feligreses y los menores que fueron abusados”, reaccionó Elio Masferrer Kan, especialista en temas religiosos. En tanto que Católicas por el Derecho a Decidir, asociación civil mexicana, expresó “beneplácito por la disculpa pública y el reconocimiento de los graves pecados cometidos por la Iglesia en Irlanda”, mas las estimaron “débiles e insuficientes” al carecer de “medidas eficaces” frente “a una realidad grave y estructural”, México incluido.
 
Simultáneamente criticaron la actitud arrogante de Norberto Rivera Carrera –“el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”-- en la homilía del 21 de marzo y recuerdan que está en marcha “un juicio contra él por el encubrimiento del sacerdote pederasta Nicolás Aguilar, acusado de violar a más de 90 niños entre Los Ángeles y México”. Pero ésta es otra historia.
 
La jerarquía vaticana y local se acercan a velocidad sostenida a una encrucijada en la que tendrán que optar por afrontar de acuerdo al derecho canónico, pero también sin obstruir y mucho menos impedir la acción de los tribunales del Estado, el creciente número de paidófilos “descubiertos” que se refugian en sus mermadas filas, o persistir en el camino hasta hoy andado, el de las medidas más que dosificadas, cosméticas, con los consecuentes y gravísimos costos para la milenaria institución en crisis.
 
Utopía 805
https://www.alainet.org/de/node/140219?language=en
America Latina en Movimiento - RSS abonnieren