Y nos tapó el lodo!

10/04/2010
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
El fragor de la campaña presidencial no puede cubrir ahora la vergüenza de las recientes elecciones para Congreso. El pasado seis de febrero publiqué la columna “Y se nos vino el lodo de nuevo”. Bueno. El 14 de marzo sucedió lo que todos sabemos. Muchos lo habíamos advertido. Lo denunciamos por todos los medios posibles: editoriales de casi la totalidad de los periódicos, columnas, programas de radio, informes de entidades como la MOE y muchas más. Las sumas exorbitantes de dinero eran obvias, no sólo puestas en techos, a la vera de carreteras y calles, en lotes y adheridas a muros, sino -paradójico pero no extraño- en “publicidad política pagada” en algunas emisoras, canales y periódicos donde también se denunciaban tales hechos en otros espacios.
 
Se escuchaba en esquinas y corrillos: “Fulanito está dando tanto por el voto, perencejo esto otro, a zutanito lo apoya tal delincuente”, en fin. El rumor de la avalancha que venía era estruendoso. Y, lógico, llegó. Y lógico, quedaron elegidos los denunciados, y lógico, nada pasó. Ya son flamantes congresistas; honorables padres de la patria, ¡Oh Gloria inmarcesible, oh júbilo inmortal!
 
Entre los elegidos conozco varios honrados y capaces que estoy seguro intentarán sacar adelante a Colombia (que se supone es la razón por la cual uno llega al Congreso, no veo otra), y hay otros iguales que no conozco. Pero no alcanzarán a opacar a sus colegas pícaros; a quienes jugaron con el hambre y la ignorancia del pueblo, a quienes trapean con la democracia.
 
Los hay en varios partidos, en unos más y en otros menos. Conocidos y desconocidos hasta ahora. Es una fauna diversa: vacas sagradas, delfines, lagartos, pájaros, camaleones, buitres, hienas, elefantes invisibles, plebegatos y aristogatos.
 
Me pregunto: ¿Siquiera 50 de los 76.000 votantes del señor Rizzeto del PIN conocían sus propuestas? ¿Tendría alguna seria? ¿Y las cacicas de Niquía y de Guacarí -ahora rasguñada- qué planteaban? ¡Qué va!, ¿eso para qué? “¡Oh Democracia, bendita seas aunque así nos mates!”, dijo el maestro Valencia en el funeral de Uribe Uribe, pero hoy es a ella a quien están matando.
 
Yo sí creo en la justicia colombiana, en especial últimamente ha mostrado pulcritud, aunque llegue a veces después de almuerzo (hasta mejor), y auguro que un 20 por ciento de los congresistas elegidos el pasado 14 de marzo irán cayendo poco a poco, denunciados, acusados y condenados por delitos conexos e inconexos: fraude, compra y trasteo de votos, celebración indebida y debida de contratos, violación de topes de campañas, alianzas con paramilitares o Bacrim que llaman, conciertos para todo, en fin, también caerán. Pero, ¿les digo algo? creo que ellos ya sabían eso, están seguros, pero no les importa… ¿Qué problema es vivir dos o tres años en la Picota conservando el poder con sus ganancias y su clientela?
 
Y falta más: aunque muchos irán a vegetar, a contratar y a exigir puestos (dependiendo de su amistad y relación -de siempre- con el próximo Presidente, ojo por quién votamos el 30 de mayo), estos señores y señoras -hay equidad de género- se van a sentar allí, en esas mullidas curules, a hacer algunas leyes. ¿Se imaginan el tipo de leyes que tramarán? No quiero ni pensarlo. Yo no me siento obligado a cumplir las leyes que estos señores y señoras urdan. Ni más faltaba, no los respeto; ellos tampoco me respetaron a mi ni a mi país.
 
Fue un desastre anunciado que ocurrió ante los ojos de muchos. Y esos ojos muchos tienen ahora la oportunidad de enmendar, de recordar y denunciar. Le deben esa omisión al país, a sus hijos. Los congresistas corruptos, tramposos y aliados con el crimen organizado o desorganizado, uno por uno serán judicializados. Es lo que sigue. Debe ser un propósito nacional. Un propósito de los que llaman furibistas, que tanto dicen querer la patria (yo les creo, pero demuéstrenlo ahora). Un propósito de la izquierda, de los independientes, y de los apáticos por convicción y por desilusión.
 
¿O apagamos y nos vamos? El problema es que… ¿para dónde?
 
- Álvaro González Uribe es abogado y columnista. Miembro Centro de Investigaciones en Gobierno y Políticas Públicas, y coordinador Cátedra Abierta Rafael Celedón para el Caribe, Universidad del Magdalena, Santa Marta.
 
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 201, Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org
https://www.alainet.org/de/node/140590

Del mismo autor

America Latina en Movimiento - RSS abonnieren