1º de Mayo: Día del Trabajo

30/04/2010
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El Congreso de la II Internacional (1889) consagró al 1º. de Mayo como Día del Trabajo, en recuerdo de la famosa huelga de los trabajadores de Chicago, que en 1886 lucharon por la jornada de 8 horas y otras reivindicaciones y que fue severamente reprimida.
 
El Primer Congreso Obrero Ecuatoriano se realizó el 10 de agosto de 1909, con motivo del Centenario de la Revolución de Quito, que inició el proceso de la Independencia. La incipiente clase obrera ecuatoriana reivindicó la jornada de 8 horas, derechos y seguridad. En 1911, por iniciativa de la Asociación de Abastecedores del Mercado de Guayaquil, se conmemoró, por primera vez, el 1º. de Mayo. Las organizaciones laborales y artesanales crecieron. Y el 15 de noviembre de 1922 decenas de trabajadores fueron masacrados en Guayaquil, a consecuencia de la represión de la huelga convocada por las organizaciones clasistas.
 
Fue la Revolución Juliana (1925) la que por primera vez en la historia nacional institucionalizó la atención y preocupación del Estado sobre las clases trabajadoras. Y también fue la Constitución “juliana” de 1929 la primera en consagrar los principios y derechos laborales, que el Código del Trabajo dictado en 1938 recogería y ampliaría.
 
Desde esas lejanas épocas, gracias al desarrollo del movimiento obrero, la labor de intelectuales progresistas, el activismo de los partidos de izquierda y el progreso del socialismo en el mundo, paulatinamente se afirmaron los derechos laborales, aunque siempre fueron resistidos y también burlados por los grupos empresariales más oligárquicos. Como ocurrió en las décadas de los 60 y 70, incluso con el pretexto de combatir al “comunismo”, las reivindicaciones de los trabajadores fueron tenidas como “radicales” y hasta “comunistas” por las derechas económicas y sus grupos políticos.
 
Desde mediados de los años 80, con el fin del socialismo de tipo soviético, el derrumbe del marxismo, el retroceso del movimiento obrero y la progresiva consolidación del modelo empresarial de desarrollo, fue acelerada la precarización de los trabajadores y se afirmó la “flexibilidad” laboral. El sector oligárquico del empresariado ecuatoriano clamaba por aumentar la jornada, congelar salarios, suprimir indemnizaciones, dejar de repartir utilidades, limitar la sindicalización, etc. Felizmente lograron poco, a pesar de la inseguridad e indefensión jurídica en la que iban quedando los trabajadores.
 
Ha sido bueno para el país que se recupere la orientación del Estado a favor de las clases trabajadoras. Pero todavía es poco lo avanzado. Es preciso introducir el delito laboral para perseguir a quienes acumulan riqueza a costa de explotar a los trabajadores; es necesario crear la seguridad social universal; y podrían adoptarse fórmulas innovadoras ya aplicadas en otras sociedades: accionariado obrero, participación de los trabajadores en la administración de la empresa, creación de empresas mixtas entre el Estado y los obreros, fiscalización social sobre los productos y servicios, etc. Con todo ello, se afirmaría el sentido pro-operario de una fiesta universal como el Día del Trabajo.
- Juan J. Paz y Miño Cepeda,  historiador ecuatoriano, es coordinador del Taller de Historia Económica. http://puce.the.pazymino.com
 
Publicado en El Telégrafo, Primer Diario Público
Ecuador, sábado 01 de mayo de 2010
https://www.alainet.org/de/node/141073
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