Maniobras del poder

Comunicar, más que informar

21/08/2010
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*Alternativas distractoras y educativas
*Arrebato de las herramientas triple play
 
Hay un sector de la economía, el de las telecomunicaciones, que se caracteriza por un desarrollo tecnológico continuo y que está impactando a las sociedades en sus referentes de integración. De facto, los instrumentos que abrieron de par en par las puertas de la globalización desde mediados de los años 90 del siglo pasado para acá, tienen que ver con este sector.
 
Está el Internet, como medio y herramienta que rompe las barreras meramente locales, porque impacta a los medios de comunicación tradicionales (la televisión, la radio y los medios impresos), se sale de los controles normativos incluso impuestos por los intereses mezquinos habituales, se abre también como opción alternativa y mundial para las redes sociales y la participación individual en el campo otrora sujeto al fin propio de los organismos oligopólicos de los países desarrollados.
 
En otras palabras, el avance de la técnica y socialización misma de estas opciones, representan a la vez que un gran negocio por la venta del software y el hardware, los tipos y marcas de computadoras y sus accesorios para aquellos países o empresas que llegaron pronto al desarrollo tecnológico de este sector de la economía de avanzada, la apertura a la información en las más variadas ramas de la actividad humana.
 
Desde la ciencia, en sus diferentes ramas, hasta la divulgación de todo tipo de ideas, experimentos, productos, etcétera, están ahora al alcance de un ratón y son susceptibles de ser escudriñados, “bajados” de la web y abiertos al usuario interesado, incluso desde cualquier parte del mundo, haciéndolo partícipe (para bien o para mal uso; sin maniqueísmos) de tales contenidos. Así, la posibilidad de elegir lo que está a disponibilidad, o bien es aceptado o rechazado por el lector.
 
Y más allá de las opciones igualmente de diversión o distractoras, de mercado porque el Internet es una herramienta útil también para vender cualquier artículo, por esa vía se es partícipe también del enriquecimiento de los contenidos (directamente se puede enviar cualquier idea), o se tienen al alcance de la mano las más diversos áreas de las bibliotecas del mundo con un solo clic.
 
Así, para los referentes comunicacionales tradicionales; es decir, para aquellas empresas dedicadas a la difusión de la información sobre el acontecer de las actividades de los pueblos, estados, gobiernos, etcétera, el Internet llegó a romper los esquemas y obligarlos a modificar sus sistemas de voz, de imagen y de impresos. Pero más que eso.
 
Las opciones de la web permiten, dada la disponibilidad de espacios virtuales, desde el diseño y difusión de un diario completo con todo y publicidad, un programa de televisión sin la infraestructura de un estudio, o la emisión de señales de voz fuera de la estación de radio. Más cualquier otro tipo de ventajas; como las que ofrecen los programas aplicables sobre herramientas que están igualmente al alcance de la mano.
 
En este sentido, para las sociedades en general, el uso de herramientas como esta puede representar muchas alternativas tanto de comunicación como de opciones para la participación en los asuntos de interés público. Dependerá nada más de los fines a perseguir utilizando los medios en cuestión. La transmisión de textos (libros completos), de imágenes y de voz, desde ramales como el twitter o el facebook para el chat, el SMS o el simple correo electrónico, permite cambiar —incluso— hasta los esquemas tradicionales de educación.
 
Así, en el caso de México, por ejemplo, el arrebato entre las empresas por los canales de comunicación, los medios, como el usufructo de la fibra óptica para la venta del servicio del triple play, está en pleno jolgorio. La prestación del servicio simultáneo de imagen, voz y texto, incluso por la vía de un celular (iPad, etc.), es motivo de controversia entre el gobierno y las empresas que tienen los capitales para invertir en este millonario negocio.
 
Sólo en países como Estados Unidos, Europa, Japón (y recientemente China), el uso de la fibra óptica ha llegado a convertirse en una compleja red para los negocios y está dejando importantes dividendos. En México, empresas como las televisoras o las de telefonía, están participando en las concesiones para la prestación de dichos servicios.
 
En la superficie de la sociedad, la información ha cambiado drásticamente. A partir de ya, las mencionadas herramientas están al alcance de la mano. Sólo faltan los contenidos de interés. Más ahora cuando los jóvenes carecen de ofertas que los incluyan en la programación, digamos de la televisión, la radio, y hasta las opciones escolares. Los llamados despectivamente “Ninis”, son las primeras víctimas de la carencia de servicios u ofertas de escuela, trabajo y distracción.
 
Un gran reto para los profesionales de la comunicación ahora, radica en utilizar las opciones que ofrece el Internet para contribuir al rompimiento de los mencionados esquemas tradicionales de información y de su respectivo control. No faltará la imaginación para generar los contenidos de interés general. Desde los jóvenes hasta las personas mayores que también están abiertas a participar con lo que tienen: una amplia experiencia que están ávidos de compartir.
 
Un país no solo se capacita en las escuelas tradicionales. Menos si no hay la suficiente infraestructura para responder a la demanda. En otras palabras, elaborar programas abiertos con fines educativos, distractores o culturales, sin mayores controles que los códigos de valores éticos aceptados, serán alternativas de solución social y comunitaria. Más cuando no la ofrecen gobiernos como el nuestro.
 
La globalización ha puesto las herramientas como negocio. Las empresas prestadoras del servicio de red no tienen otros fines. Los gobiernos han abandonado múltiples tareas. A la sociedad le queda tomar las propias riendas. La Web es un instrumento fabuloso para comunicar.
 
https://www.alainet.org/de/node/143567
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