EU, el miedo a la revuelta
08/02/2011
- Opinión
Los egipcios no quieren promesas. Exigen la salida de Hosni Mubarak del poder que conserva ya por 30 años. Rechazan la mediación, así como las propuestas poco confiables del vocero de Mubarak, el vicepresidente Omar Suleimán [la carta confiable de Estados Unidos], quien se encarga de hacerlas llegar a los manifestantes. Pero nada convence, principalmente a la juventud que sigue el ejemplo y el empuje de los tunecinos que derrocaron al dictador y represor, al presidente Ben Alí, cuando el 14 de enero huyó hacia Arabia Saudita, en lo que se conoce ya como la Revolución del Jazmín.
Pero Mubarak, quien le apuesta a que sus propuestas tengan eco, se sostiene principalmente por el aval de Estados Unidos que quiere una “transición pacífica”; es decir, controlada por sus alfiles, sus hombres de confianza. El objetivo: que nada se salga de control, conforme al viejo esquema, digamos mubarakiano, pro gringo y judío, de incidir geopolíticamente en la región. Por eso, entre otras razones, el presidente sigue aguantando y tratando de convencer de que está dispuesto a ceder a muchas de las peticiones, menos la de dejar inmediatamente del poder.
Pese al corolario de promesas, en voz de Suleimán, que no van más allá de la principal de hace una semana: No volver a presentarse para las siguientes elecciones de septiembre, tampoco el vástago. Sin embargo, el dictador trata de convencer prometiendo algunas reformas; como elevar el sueldo de los funcionarios y subir las pensiones; revisar el resultado de las elecciones legislativas de diciembre pasado catalogadas de fraudulentas; poner fin al Estado de excepción que está vigente desde el asesinato de Anuar el Sadat y su propio ascenso al poder.
Por si fuera poco, también el vocero ha dicho que Egipto tiene un plan y un calendario para “un traspaso pacífico del poder”, al anunciar el domingo la creación de la comisión para la reforma de la Constitución —y las reformas tendrán que ver con la duración y límites del mandato presidencial—; la ampliación de la libertad de prensa, que incluye la liberación de “presos de conciencia” [se han liberado a líderes juveniles, así como 34 presos políticos], anuncios hechos tras reunión con los Hermanos Musulmanes que han sido utilizados para mantener el espanto islamita y justificar la dictadura, pero en los hechos carecen de representación y apoyo.
Aparte, la promesa de no perseguir a los manifestantes tras las movilizaciones que llevan dos semanas ya en la calle [la de ayer fue multitudinaria y segunda en importancia, después de la “Marcha del millón” que contó con al menos dos millones de personas], con el costo de 302 víctimas, según el reporte de Human Rights Watch. Y todos se expresan, firmes, en la petición central: “Fuera Mubarak” y “Abajo el régimen; como se escucha tanto en El Cairo, en la plaza Tahrir (o Plaza de la Liberación), como en Alejandría, al norte del país, y en otras entidades.
Así, pese a los dictadosen contra desde las calles, el vicepresidente Sulaimán dice: “El presidente da la bienvenida al consenso nacional, confirmando que estamos en la buena dirección para salir de la crisis actual”. Esto atenido a que, recién, Estados Unidos ha cambiado su postura inicial de exigir el abandono inmediato de Mubarak al frente del gobierno. Ahora dice que su salida “puede esperar un poco”; que “la decisión está en manos del pueblo egipcio”. Es decir, que la inicial demandada “transición”, ahora no se salga del control necesario para tampoco perder los intereses regionales.
Primero porque Mubarak ha sido un aliado importante en el mundo árabe y judío para los Estados Unidos en la zona. Segundo por el control egipcio del canal de Suez, que ha permitido un funcionamiento dentro de los cauces de normalidad, no obstante ayer se unieron a las protestas los trabajadores del estratégico canal para la navegación y el comercio entre Europa y Asia. Tercero, porque EU coloca por delante sus intereses geoestratégicos, primero que todo en sus relaciones con cualquier país del mundo. Cuarto, y el más importante, porque ceder ahora a las presiones “masivas” y permitir la salida cuanto antes de Mubarak, sentaría un precedente “peligroso” dando pauta a que se repita lo de Túnez y se dé un rosario de rebeliones antidictatoriales en otras latitudes.
Sobre todo por esta última razón ahora Washington cambia el rumbo con respecto a Mubarak. Por eso Sulaimán dice que todo va bien. Recuérdese que la semana pasada hubo cumbre en las oficinas de la secretaria de Estado Hillary Clinton, con los representantes diplomáticos de su país en todo el mundo. Y muy seguramente de ahí surgió la sugerencia sobre un posible apresuramiento en la salida de Mubarak. Porque las movilizaciones en Egipto y otros países donde hay protestas, habían arreciado a partir de las difusiones de los cables Wikileaks en la red.
Y por ese medio se han propagado y ampliado aceleradamente las protestas. Y ese es un elemento adicional que perjudica los intereses de EU en el mundo. Por eso el giro de política ante Mubarak. Recuérdese que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo que “una salida demasiado apresurada de Mubarak, podría minar la transición en Egipto”. ¡Una Hillary defensora y preocupada por la transición en otro país! Pero está claro que EU mueve sus piezas conforme a sus intereses, acostumbrado a que el mundo juegue con sus propias reglas.
Por eso mismo, tampoco han visto con buenos ojos al Nobel de la Paz y exdirector de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OEIA), Mohamed el Baradei, para suceder a Mubarak. EU no olvida que El Baradei fue contrario a los designios de Washington en los tiempos de Bush Jr. en el asunto de las armas de destrucción masiva en posesión de Hussein. Bush quería a un organismo, la OEIA, a su servicio, pero no ocurrió; como no justificó la presencia del arsenal. Ahora, EU supone que Baradei sea superado por los Hermanos Musulmanes, una mentira porque ellos no tienen el control.
Sin embargo, el apoyo de los jóvenes organizados en la Dirección Unificada de Jóvenes Revolucionarios Encolerizados, que comprende al Movimiento 6 de abril, al Grupo por la Justicia y la libertad, a la Campaña Casa por Casa, a la Campaña Popular de Apoyo a El Baradei, a la juventud de la Hermandad Musulmana y el Frente Democrático, será para El Baradei. O en su caso para Amr Moussa para presidente, aunque éste no pertenezca a la generación Facebook o de las redes sociales por la edad. En tanto EU le teme a la revuelta, desea el continuismo dictatorial.
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