Libia está siendo bombardeada por un “espíritu humanitario”
21/03/2011
- Opinión
Sin ser adivinos, muchos advertimos que la intención del gran imperio (USA) y de los imperitos (la OTAN) era invadir Libia. Por razones que aún no han sido totalmente reveladas, Muamar El Kadafi o Gadafi perdió piso y él y sus hijos fueron sentenciados; en primera instancia, a perder el poder; y en última, a ser ahorcados como lo hicieron con el malo de Sadam Hussein, de quien ahora nadie se acuerda.
No por gusto, tan pronto como el imperio logró controlar las democráticas manifestaciones populares que se habían dado en Túnez, Egipto, Yemen, Bahren, se destapó el caso Gadafi que llevaba 42 años en el poder en la desértica Libia; desértica si pero asentada sobre un mar de petróleo liviano, igual que sus hermanas del norte africano. Y en esa jugarreta, desde el primer minuto, estuvo muy comprometida la gran prensa mundial (impresa, radial, televisada, informática) Solo que esta vez, les salió el tiro por la culata, por mentirosos.
Todo el mundo lo sabe ahora: cuando estaba pendiente del relevo del poder en Egipto, según instrucciones precisas que había impartido desde Washington, la rubia Sra. Hillary Clinton (que debía ser una transición ordenada y en paz) a Trípoli, la capital libia, comenzaron a llegar informaciones alarmantes sobre una rebelión popular que exigía la salida del nombrado Gadafi, tras 42 años en el poder. Según esos primeros despachos, todo era cuestión de horas ya que el levantamiento popular era imparable. Pero, los impacientes corresponsales solo atinaban a pasar (o les dieron pasando) imágenes de archivo de quién sabe qué revuelta. Desde luego, la imagen del estrafalario coronel, que otrora había pretendido imponer en su país la revolución verde, volvió al escenario; esta vez, en calidad de malo; la gran prensa mundial y sipiana (de la SIP-CIA) había dispuesto que se vaya.
No hace falta repetir que, a los tres días de la revuelta (tan promocionada) volvió a las pantallas de la televisión mundial la figura de Gadafi, anunciando que resistiría y recuperaría para si el sector oriental que había caído en manos de los rebeldes. Mas, la joven red televisiva del tercer mundo (Telesur) ponía al descubierto la trama mediática con solo llegar a Tripoli, sin mayores inconvenientes. Cuando la gran prensa sipiana hablaba de que solo en la capital de Libia se registraban fuertes combates, con por lo menos diez mil muertos, y de que era urgente la intervención extranjera (imperial) para salvar a la población de tan salvaje agresión, un equipo de Telesur anunció que había llegado a Tripoli sin problemas y que solo encontró una ciudad en paz, con algunos manifestantes en las calles pero a favor de Gadafi. Sobre los miles de muertos, pues no había vestigio de uno solo, peor de diez mil o de luchas y refriegas callejeras.
Para esto, el señor Barak Obama, en su papel de emperador mundial, había sentenciado ya que Gadafi estaba descalificado, que debía irse de Libia y que debía respetar a sus adversarios. Ni cortos ni perezosos, se reunieron (o fueron reunidos) los miembros natos y alquilados del Consejo de Seguridad, un organismo de las Naciones Unidas, que ni ha sido tan eficaz ni se ha reunido para nada, las muchas veces que los neofascistas israelitas han entrado en lo que queda del territorio palestino, a “combatir” palestinos armados de catapultas. Esta vez, el Consejo, sin esperar ninguna otra evidencia que la de los medios sipianos, resolvió imponer a Libia una especie de embargo militar y económico y ordenó que el gran imperio y los imperitos, se prepararan “por si acaso tuvieran que actuar” contra el malo de Gadafi.
La “imprudencia” de Telesur” (y de otras redes árabes) obligó a las redes imperiales (especialmente de televisión) a reconocer, primero, que el problema libio se había radicado hacia la ciudad de Bengasi, en manos de los rebeldes (reales y supuestos) y, segundo, que no se habían dado tales batallas y no había tales muertos. Después, poco a poco, sus coléricos corresponsales (en especial una española) tuvieron que admitir que los rebeldes se batían en retirada y que pedían a gritos la intervención extranjera y una zona de exclusión aérea, a fin de que las tropas leales no acaben con ellos.
Y el gran imperio y los imperitos, tan humanitarios como son, resolvieron “proteger a la población libia” y atacar Libia. En eso estaban desde el sábado19/2011 por la tarde. En menos de 24 horas, ya habían destruido unos cuantos puestos militares leales a Gadafi y unas defensas antiaéreas y habían ocasionado (ellos si, en cuerpo y alma) cerca de 100 bajas. Como ocurrió en Irak, las “valerosas fuerzas invasoras” del imperio y de los imperitos ellos “si tienen derecho” a liquidar a miles de soldados libios y a cientos de miles de ciudadanos de a pie, que cometieron el imperdonable error, de estar en el lugar y a la hora de las agresiones.
Solo falta por resolverse (la nueva coalición agresora, debe hacerlo) si los atacantes ocupan o no Libia, con fuerzas terrestres, que están listas en los portaviones y destructores que esperan en el Mediterráneo y en bases italianas y francesas a los que hay agregar los “cientos de miles” rebeldes. Por supuesto, primero debe ser Libia “destruida” por aire. Obama ya lo anunció en Brasil que sus tropas no ocuparán territorio de ese país y que solo “defenderán” la zona de exclusión aérea. Y Gadafi, dando una demostración de que el diablo sabe más por viejo que por diablo, dispuso un cese del fuego inmediato, de sus tropas. Entonces, ¿qué harán los superbombarderos y los superdestructores que están listos para actuar?
¿Es posible llegar a conclusiones? Si, ya que el imperio y los imperitos son repetitivos. Se me ocurren los siguientes:
- Que el gran imperio y los imperitos necesitaban de urgencia una nueva “guerra” ya que las que están liquidándose en Afganistán e Irak y la no declarada de Pakistán, están desgastadas y ya no hay pretexto para que las tropas invasoras sigan ahí.
- Que esta vez, el imperio y los imperitos han querido “sentar jurisprudencia” como dicen los abogados, ya que han logrado que el llamado Consejo de Seguridad, con el voto abstencionista de Rusia y China (vieja manera de decir si aunque parezca que no) apruebe esta nueva invasión y declare a un país libre y soberano, objeto de sanciones de la “comunidad internacional”
- Que, después de lo de Libia, ha quedado abierto el camino y el pretexto para que el imperio y los imperitos aleguen que, en cualquier país que pretenda ser libre y soberano, basta que se alce un grupo de personas, para que se declare una zona de exclusión y se la invada hasta que se rinda o pliegue a sus mandantes.
- Que el señor Barak Obama está defendiendo, en los hechos reales, “su derecho a la reelección” ya que como van las cosas del Tea Party (el nuevo fascismo americano) lo más seguro es que los republicanos le nieguen “este derecho” por no haber sido un firme defensor de la democracia y la libertad; y por ser mestizo.
- Que Israel tiene luz verde para “seguir poniendo en su puesto” a los rebeldes palestinos.
- Y que el petróleo seguirá siendo la energía barata que seguirá moviendo al mundo; y que para eso, el imperio y los imperitos tomarán cuanta medida estimen necesaria.
¿Será? Lo más seguro es que si. Pero, como las utopías son muy propias de los seres humanos, supongamos que de aquí, a corto plazo, y en mérito a los fracasos monstruosos del imperio y de los imperitos, de pronto reconocen que en verdad los pueblos del mundo (así tengan petróleo) tienen derecho a determinarse y que ha llegado la hora de democratizar el Consejo de Seguridad de suerte que sea una seguridad para todos, no solo para los aliados; es decir los compañeros de ruta, ya que es sabido que el gran imperio no tiene aliados sino compañeros de viaje.
Por eso, por declararse el mejor aliado del Sr. Bush hijo, es que le pasó lo que le pasó al coronel Lucio, en el Ecuador. El gran imperio no perdona esos desafueros y esas pretensiones.
Y también debe ser por la misma consigna a nivel mundial, que los canales de la televisión ecuatoriana han resuelto “dejar de ser” (¿alguna vez han sido?) independientes y objetivos y aprovecharse de las franjas gratuitas que ofrece el Estado para alinearse con el NO, en la consulta popular convocada para el próximo 7 de mayo.
Quito, marzo 21/2011.
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Alberto Maldonado S.
Periodista – Ecuador
https://www.alainet.org/de/node/148460
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