Grecia, la dación en pago de un país entero

09/05/2011
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
The business must go on
 
A un año de esa operación de extorsión que se llamó “rescate financiero de Grecia”, el proceso está a punto de pasar a su segunda fase. Se está hablando en estos días sobre la posible reestructuración de dicha deuda, esto es, renegociar intereses, plazos y hasta hacer una quita del principal (disminuir la cantidad a devolver), incluso se ha llegado a especular con la salida de Grecia del euro[1], algo que el gobierno griego ha visto claramente como otra especulación[2].
 
En un perverso artículo titulado “¿Qué supondría reestructurar la deuda griega?”[3] y publicado en el diario económico Cinco Días, se puede leer que la reestructuración de la deuda sería catastrófica (para los inversores), de quienes asegura sin ningún tipo de vergüenza ni sonrojo que: “serán los dueños de los bonos quienes acabarán pagando el pato”.
 
En el programa televisivo “Economía en 24h”[4] de Televisión Española, un experto explica a los espectadores las consecuencias negativas que tendría tal reestructuración para…, adivínenlo…, eso es, para los inversores. El asunto se trata desde el punto de vista del inversor, aunque apostaría la mano derecha a que entre la audiencia del programa, los inversores en deuda griega no sobrepasan la proporción de 1 entre un millón. El experto concluye su exposición diciendo que, en caso de reestructuración, los inversores solo recuperarían una parte de lo invertido y en otras condiciones distintas a las iniciales. Teniendo en cuenta A) que las condiciones iniciales las impusieron los propios inversores (15,50% de interés en los bonos a 10 años), y B) que estamos en un libre mercado, es decir que todo negocio implica un riesgo, no hay ningún motivo para tener lástima de los inversores; como tampoco lo hay para celebrar que solo ellos ganen, cuando sube la bolsa.
 
Ahora bien, del coste social que supone para los habitantes de un país con grandes dificultades económicas como Grecia, de eso, de eso no se dice nada. ¿A quién le importa, mientras el negocio pueda continuar? The business must go on.
 
En la práctica, “ayudar” nuevamente a Grecia, proporcionándole una nueva soga más recia con la que sí se pueda suicidar de forma efectiva, supone ayudar a los bancos franceses y alemanes que han “invertido”, con codicia malsana y fríamente calculada, en el desastre griego. Si para estos grandes bancos europeos, la reestructuración de la deuda griega supone un “desastre devastador”, imaginen lo que puede suponer para el pueblo griego que no deja de protestar contra el saqueo de su estado del bienestar[5].
 
A pesar de todo lo que se pueda decir, hay una cosa que nadie podrá negar, ni siquiera los bancos, y es que tanto si hay reestructuración como si no la hay, ellos mismos serían los primeros y máximos beneficiarios. En caso de una reestructuración se embolsarían enormes ganancias en concepto de comisiones, como ya ocurriera con la reestructuración de la deuda de países de Latinoamérica y Asia en las décadas de los 80 y 90. Y en caso de que no se de tal reestructuración, saldrían beneficiados al no sufrir ninguna quita el principal del préstamo y mantener ese interes del 15,5% que se sitúa 12 puntos por encima del que le aplican a la deuda alemana.
 
Está visto que, dentro del “libre mercado”, el negocio bancario es el más próspero jamás inventado gracias a que las leyes conducen a que siempre resulte victorioso, al tiempo que se ocupa de castigar a los perdedores, que son los ciudadanos clientes del banco.
 
Puede que solo sean impresiones mías, pero da la sensación de que los grandes bancos inversores en la deuda griega no se conformarían ni siquiera con la dación en pago del país entero.
 
 
 
https://www.alainet.org/de/node/149622?language=en

Clasificado en

America Latina en Movimiento - RSS abonnieren