La democracia secuestrada

18/11/2011
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La democracia pudo ser un espacio de realización donde cada ciudadano podía encontrar su lugar personal, social y cultural sin coerciones de ninguna especie donde la realización de un proyecto de vida fuese posible. Donde el conciudadano pudiera ser la oportunidad y el límite simbólico para establecer derechos y deberes compartidos asentados en una acción comunicativa que permitiera dirimir las diferencias con razones y no por la fuerza o estructuras jurídicas y de poder bélico y financieros asimétricos.
 
Hoy es palmario que nada de esto existe. La democracia es ese acto escénico donde no decidimos nada. Lo de España es clarísimo.
 
Lo comentamos varias veces pero el votante español que se ve en las redes o los comentarios groseros de los diarios centrales, retrata al hombre-masa que una vez describiera Ortega y Gasset, mil veces mal interpretado por “sabios” analistas, sobre todo la minoría selecta que solo representa al hombre crítico, no solo con el medio sino también consigo mismo y que se esfuerza por asumir responsablemente los logros tecnológicos y conceptuales que pueden permitir a una sociedad planetaria superarse día a día.
 
Este hombre masa no logra darse cuenta aunque lo lea mil veces que el dinero es una direccionalidad ideológica que Bourdieu definió a plena luz en la década de los 90 del siglo pasado.
 
Hay que salvar al Euro dice Merkel en la Europa de la dictadura de la troika, BCE y FMI principalmente, resucitado y exorcistado de todos los daños que ha causado en Latinoamérica.
 
El domingo será el auto sacramental donde los españoles irán a castigar a la democracia ya que lo que viene, vendrá y la dependencia de los más débiles del pequeño grupo de los más fuertes será mayor y España decidirá a qué hora se juega la Liga, donde funcionará la cultura de mercado, y las verdaderas angustias de las mayorías saldrán de la visibilidad mediática. La soberanía del Euro alemán habrá cerrado el círculo. El poder del dinero será absoluto, y las masas tendrán que contentarse con que la derecha no tenga el poder absoluto, sin darse cuenta ni por casualidad que esto es que el secuestro de la democracia no pide rescate porque quién deseará rescatarla. Ya vendrá la religión a darles el consuelo del más allá y los gobernantes a vender cuentos chinos. Ojo Latinoamérica, no estamos tan lejos.
 
- Walter Dennis Muñoz es Periodista
https://www.alainet.org/de/node/154106?language=en
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