Buena salud y larga vida

16/04/2012
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De acuerdo con estadísticas recientes, en un futuro cercano habrá más adultos mayores que niños en el mundo, lo que es considerado como una transformación social. En muchos países desarrollados la oferta turística ahora se dirige especialmente a ese otro segmento poblacional pues ya no son los antiguos ancianos, encerrados en sus viviendas o en asilos, confinados al ostracismo y sin actividad productiva, sino personas con una capacidad económica que los hace atractivos para los mercados.
 
El 7 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Salud, cuyo mensaje central estuvo dirigido a la condición indispensable para acumular juventudes. Tener buenos hábitos, alimentación adecuada y una vida satisfactoria puede garantizar buena salud. De acuerdo con un comunicado de la OPS, en la actualidad el número de personas mayores de 60 años es dos veces superior al que había en 1980 y en 2050 habrá casi 395 millones de personas de 80 años, cuatro veces más que ahora.
 
En los próximos cinco años, el número de personas mayores de 65 años será superior al de niños menores de cinco años. Esta información me recordó un mensaje en relación con una nueva teoría sobre esa franja social que antes no existía: la gente que ahora tiene más de 60 años y que se ha bautizado con el nombre de la sexalencia, descrita como una generación que ha echado fuera del idioma la palabra “sexagenario” porque no tiene entre sus planes actuales el hecho de envejecer.
 
La reflexión es muy estimulante, sobre todo porque quien no quiera morirse prematuramente, irremediablemente llegará a viejo, y si esto antes era una verdadera tragedia pues significaba que uno se convertía en un problema, un estorbo o una carga, hoy podemos asignarle otro significado, por supuesto siempre y cuando se tenga el privilegio de la independencia económica y una condición saludable.
 
Dicen esos excelentes pensadores que nos han ilustrado con tan optimista filosofía que “se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento de la ‘adolescencia’, que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del siglo XX para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos que no sabían hasta entonces dónde meterse ni cómo vestirse”.
 
Los que disfrutan de la sexalencia se sienten satisfechos con su vida, siguen persiguiendo el futuro y la felicidad, aceptan el desafío de la tecnología, hasta aprenden a usar dos dedos en las Blackberry en lugar de cinco como les enseñaron en las academias de mecanografía donde no podían ni ver el teclado, disfrutan de sus momentos de esparcimiento o de trabajo, muchos no están fuera del mercado laboral; si tienen posibilidades, toman excursiones, van a clases de cualquier cosa, hacen taichi, yoga, nadan, platican y si tienen el privilegio de tener cerca a sus nietos, disfrutan de su compañía, sin la responsabilidad de su educación o formación. Simplemente comparten conversaciones ingenuas, se divierten con sus risas y ocurrencias, les disculpan las malas crianzas, ven la franja infantil en la TV y pasean de la mano de sus pequeños descendientes.
 
Y es la salud física y mental llevada como un proceso durante todas las etapas, lo que permite llegar a esos anillos de la felicidad.
 
Quienes tengan la posibilidad, deben atender las recomendaciones de la OPS para no ser considerados incapaces, caducos o seniles. Cada etapa tiene su encanto, siempre y cuando se cuente con las condiciones para alcanzarla. ¡Larga vida y buena salud para usted!
 
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https://www.alainet.org/de/node/157215
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