Lucha a muerte contra el criminal

06/06/2012
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Un sabio vietnamita siempre decía que ellos no daban consejos, solo contaban sus experiencias que todo el mundo reconoce como heroicas y tal vez así es como uno más aprende, aunque el ser humano se tropieza dos veces en la misma piedra y puede estar viendo la tempestad y no se arrodilla, se le advierte del peligro y opta por correr el riesgo. La juventud es especialmente vulnerable a caer en tentaciones que le arrebatan la salud y la vida.
 
Por experimentar, por curiosidad, por estar a la moda, ser socialmente aceptable o por imitar, caen en las garras del tabaco, una adicción que es un perfecto asesino de quien la sufre y de sus allegados. Por eso es que las tabacaleras dirigen su publicidad hacia ese segmento de jóvenes, a quienes impunemente inducen al “placer” de introducir 400 sustancias altamente tóxicas a sus pulmones, pasando por la boca, laringe, faringe, provocando úlceras bucales, gástricas y envejecimiento prematuro de la piel.
 
El consumo de esta terrible droga se ha ido acentuando en las mujeres que, según los expertos, son más susceptibles a adquirir enfermedades cardiovasculares, pulmonares y cáncer que los hombres, con peores pronósticos.
 
Se ha comprobado que el tabaco es también un factor de riesgo de padecer cáncer de cérvix, puede alterar los espermatozoides y provocar defectos congénitos, entre otras afectaciones. Es tan difícil conversar con un adicto sobre estos problemas que le pueden cambiar su calidad de vida. No temen contraer esas enfermedades, argumentan que a los no fumadores también les pueden dar y rechazan que sean causantes de un daño colateral a otros.
Con una vueltecita por los hospitales podrían constatar la muerte lenta de quienes tienen enfisema, la angustia que pasan porque no les llega aire a sus pulmones; si se convencieran de que el tabaco es el responsable del 33% de todos los cánceres, que provoca el 90% de cáncer de pulmón, el 87% del de laringe, el 74% de la boca, el 53% del esófago, el 50% de la vejiga, el 30% del riñón y el 38% del páncreas, se aterrarían.
 
Otra forma de disuadirlos podría ser que miren la desagradable imagen que transmite una persona con ese accesorio que le hace tener mal aliento, uñas y dedos amarillos, les neutraliza el exquisito aroma de la loción cara que se aplicaron y que les puede provocar infertilidad y disminuir la virilidad.
Eso respecto de los adictos a esa droga socialmente aceptada que crea más dependencia que la cocaína, que reduce las posibilidades de tener una vida larga y que les limita su capacidad de ahorro.
 
Los fumadores tienen que aferrarse a su fuerza de voluntad para vencer a su asesino, hacer un enorme esfuerzo para derrotar a ese enemigo que llevan por compañía, necesitan de apoyo, cariño y comprensión para salvarse.
 
Es repudiable la desfachatez de las tabacaleras, esos negocios de la muerte que siempre se oponen a las regulaciones, a que se amplíen las advertencias a través de epigramas que asustan, porque son un espejo de lo que le espera al consumidor de esa cajetilla de cigarrillos, que inventan disfraces para mejorar el sabor o la presentación, que invierten capitales en publicidad para su nocivo producto, boicotean medidas, como el aumento a los impuestos, para seguir vendiendo veneno y son cómplices del asesinato de personas.
 
Las medidas del Convenio Marco para el Control del Tabaco, como ambientes libres de humo, son un disuasivo, pero hay que tomar otras para proteger la vida.
 
Cuando el Congreso trabaje a ver si incrementa los impuestos al tabaco.
 
Guatemala, 4 de junio de 2012
 
- Ileana Alamilla, periodista guatemalteca, es directora de la Agencia CERIGUA - http://cerigua.info/portal/
 
https://www.alainet.org/de/node/158503
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