Syriza, la izquierda griega nos muestra el camino

07/06/2012
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Syriza tiene ante sí una misión casi imposible. No son la voz de la ‘locura’ de la extrema izquierda, sino la de la razón hablando en contra de la locura de los mercados. Con su disposición a hacerse con el poder, han desterrado el miedo de la izquierda a ocupar el asiento de mando. Tienen el valor de arreglar el desastre que otros han creado. Tendrán que actuar con una maravillosa conjunción de ideales y pragmatismo, de compromiso democrático y de estar dispuestos a actuar con premura y determinación donde sea necesario. Para que tenga la más mínima posibilidad de éxito, necesitan un despliegue de solidaridad paneuropeo
Slavoj Zizek
 
Faltan pocos días para la repetición de las elecciones en Grecia, y todo apunta a que Syriza, el frente amplio de la izquierda griega, va a ganar las elecciones.
 
Las ultimas encuestas [1] del mes de junio le otorgan un 31’5% de intención de voto, 6 puntos por encima de su mas inmediato competidor, la formación de derecha Nueva Democracia. Asimismo, Izquierda Democrática cuenta con un 7’5% de intención de voto y el Partido Comunista griego KKE con un 5’5%, lo que le daría a las diferentes opciones de la izquierda griega prácticamente la mitad de los votos el 17 de junio.
 
Syriza no solo no ha rebajado su discurso para atraer a un votante moderado, sino que ha radicalizado sus posiciones, que se pueden resumir en los 10 puntos siguientes:
 
Creación de un escudo que permita proteger a la sociedad griega de la crisis. Esto se traduciría como medidas más urgentes en la vuelta a un salario mínimo de 751 euros y una prestación por desempleo de 461 euros, garantizando uno u otro a todo ciudadano y ciudadana griega junto con una rebaja del IVA o su directa eliminación para los productos de primera necesidad.
 
 Alivio inmediato de la carga de la deuda, entendiendo esta como un producto de la sociedad de clases, planteando un cambio radical del rol del Banco Central Europeo y aboliendo cualquier producto financiero que busque la especulación bancaria.
 
Redistribución de los ingresos y una nueva fiscalidad que grave a las rentas más altas, que los ricos paguen más. Además le será retirada la exención de impuestos a la Iglesia Ortodoxa Griega. Los gastos militares serán reducidos drásticamente.
 
Reconstrucción productiva, social y medioambiental. Nacionalización de los bancos, integrándolos en un sistema bancario publico bajo control social y de los trabajadores. Fin a la recapitalización de los bancos y nacionalización de todas las empresas publicas de importancia estratégica que hayan sido privatizadas. Transformación ecológica del modelo de desarrollo, transformando los sectores de la producción de energía, industria, turismo y agricultura con el objetivo primero y prioritario de cubrir las necesidades sociales del pueblo griego.
  
Implementación de medidas que aseguren un empleo estable, confrontando sistemáticamente desde el Estado lo despidos y la desregularización de las relaciones laborales.
 
Profundización de la democracia, garantizando los derechos civiles y políticos para todos y todas, refundando la soberanía popular, reformando el parlamento y buscando una verdadera separación de poderes. Democracia directa y fomento de instituciones autogestionadas bajo control de los trabajadores además de la implementación de medidas contra la corrupción política y económica. Inclusión social de los inmigrantes y aceleración de los procesos de asilo. Desmilitarización y democratización de la policía, así como la disolución de las fuerzas especiales.
  
Fortalecimiento del Estado del Bienestar, atacando a toda forma de injusticia social. Fondos de pensiones en un sistema público y universal de seguridad social.
  
La salud como bien público y derecho social. Acceso libre y gratuito para todas las personas residentes en el país, además de exámenes médicos y tratamiento      farmacéutico gratuito para las personas jubiladas, desempleadas, estudiantes y enfermos crónicos.
  
Educación universal, pública y gratuita. Universidades públicas y con autonomía.
 
 Política exterior griega independiente y comprometida con el fomento de la paz. Retirada de la OTAN y cierre de bases militares extranjeras, fin de la cooperación militar con el Estado de Israel.
 
Este programa, llamado “Programa de la dignidad y la esperanza” que define un socialismo con democracia y una redistribución de la riqueza, se complementa con las declaraciones de Alexis Tsipras, candidato a presidente por la coalición Syriza, de que se va a abandonar el plan de austeridad impuesto por la Troika (FMI, BCE, y Comisión Europea).
 
El programa y el discurso de Syriza dejan claro por tanto, que son la verdadera alternativa a los recortes de los derechos económicos, sociales, culturales y políticos que sufre el pueblo griego bajo el pretexto de una deuda ilegitima. Deuda con la que especularon los responsables de la financiarización de la economía y de la crisis internacional.
 
Por tanto, las soluciones solo pueden pasar por rechazar la deuda ilegitima, diciendo no a los planes de austeridad y a la privatización de lo publico, a la socialización de las perdidas mientras las ganancias se privatizan, políticas que vienen de la mano del modelo neoliberal del sistema capitalista.
 
La izquierda europea se juega mucho en Grecia. El 17 de junio necesitamos colocar una cuña roja en uno de los puntos débiles del proyecto de construcción de una Europa neoliberal, introduciéndole un caballo de Troya a la ideología dominante, a las elites económicas que gobiernan Europa. Por primera vez en mucho tiempo, un verdadero proyecto de izquierda tiene opciones de gobernar un Estado europeo, de llevar una crisis orgánica del régimen hasta el final, levantando las banderas de reivindicación de una verdadera democracia, independencia nacional y emancipación social.
 
 
Como plantea Slavoj Zizek, Grecia es ahora mismo el campo de pruebas principal de un nuevo modelo socio-económico de aplicación potencialmente ilimitada: una tecnocracia despolitizada en la cual los banqueros y otros expertos son autorizados a demoler la democracia. Ante ese modelo, el pueblo griego ha comenzando una guerra contra las imposiciones injustas del sistema capitalista y necesitan de toda nuestra solidaridad, porque su lucha también es nuestra lucha.
 
El 17 de junio en Grecia se escoge entre capitalismo o democracia, y esa decisión puede iluminar el camino a la izquierda europea, abriendo la posibilidad de vislumbrar una Europa social y de los pueblos que haga frente a la Europa de los estados y el capital.
 
Trinchera de Ideas
https://www.alainet.org/de/node/158550?language=en
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