Seguridad alimentaria con fríjoles jucos
15/10/2014
- Opinión
Más allá del discurso político y de la especulación teórica de funcionarios de gobierno, la seguridad alimentaria del país dejó de ser un objetivo de política pública, ya que son manifiestos los problemas de falta de acceso de la población a los alimentos básicos inocuos, explicado no solo por la caída en la producción agrícola sino también por el creciente deterioro del ingreso de las familias y condición de pobreza. En el caso del objetivo de soberanía alimentaria, sigue siendo una aspiración a largo plazo de las organizaciones gremiales y de grupos de sociedad civil que trabajan con mujeres campesinas.
Desde 1990 con la ejecución del programa de ajuste estructural de la economía, Honduras ha venido retrocediendo en la siembra y producción de bienes salarios, siendo evidente el deterioro del ingreso de las familias rurales, los bajos salarios pagados y el creciente desempleo, igual el aumento de la pobreza más allá de la compensación social y el blanqueo de cifras del numero de pobres. (Suazo: 2012).
El gobierno ha manifestado que sigue apoyando la producción de granos básicos, pero todavía la cantidad de recursos destinados a estos rubros durante 2014 no superan los 300 millones de lempiras, muy inferior a lo aprobado para palma africana y repoblación bobina. La siembra y producción de granos básicos con recursos frescos y blandos por el Estado no es una política de Estado, aunque el discurso político diga otra cosa y parte de los bancos otorguen uno u otro crédito a pequeños productores de granos básicos. Simplemente no encaja dentro de un modelo de liberalización comercial a ultranza con restricción financiera por el alto déficit fiscal y sobreendeudamiento externo.
Con la llamada crisis de frijol que todavía sigue, el costo de una libra alcanzó los 40 lempiras, por lo que el gobierno decidió importar cerca de 2,000 toneladas métricas del grano desde Etiopia, siendo cuestionado por que nunca llegaron al país ya que supuestamente el barco se perdió en altamar. Las importaciones del frijol etíope fue cuestionado también por los productores ya que llegaría en fecha tardía cuando la cosecha nacional estaba por salir, afectándose el ingreso de los productores por la caída del precio al haber mucho grano en el mercado.
El gobierno respondió a estas preocupaciones ofreciendo un precio de garantía de compra de 1,000 lempiras por quintal ¿los salvadoreños ofrecen entre 1,300 y 1,500 lempiras por quintal? a través de Instituto Hondureño de Mercadeo Agrícola (IHMA) a productores nacionales, a efecto de que una caída brusca del precio les afecte ya que contra viento y marea ingresaron al país 52,000 quintales de frijoles etíopes importados por empresas particulares. Estos frijoles eran requeridos por IHMA para mantener una reserva estratégica de granos básicos de 400,000 quintales que según las autoridades es suficiente para garantizar la seguridad alimentaria del país.
En la actualidad se ha denunciado que el gobierno de la Republica autorizó el entierro de más de 1,000 quintales de frijoles etíopes jucos ¿en mal estado? en la sede de un Batallón Militar, que no se sabe sin son los del barco fantasma o parte de los 52,000.quintales importados por los particulares y comprados por el gobierno. Las autoridades del IHMA aclaran que solo son 250 quintales enterrados pero nadie les cree, culpando a la compañía importadora por usar contenedores de mala calidad.
Ya antes el asesor presidencial Marvin Ponce, había denunciado al representante del Programa Mundial de Alimentos en Honduras (PMA), por autorizar el entierro de frijoles donados o comprados a campesinos que fueron después desenterrados y vendidos en mal estado, lo que fue negado por dicho funcionario. Recién se denunció por pobladores de una aldea de Tegucigalpa que más de 1000 quintales de frijol fueron encontrados enterrados sin saber de donde procedían ( compra a campesinos nacionales, importaciones de Etiopia o donaciones), y quién o quienes los enterraron y porqué.
El trasfondo es una mala decisión de política agrícola y de mal manejo de la importación de granos del exterior, cuyos costos financieros para el Estado deberían ser asumidos por el responsable de la operación El gobierno absorbe el costo financiero del IHMA por mantener la reserva de frijoles que garantice un precio de venta al publico de 65 lempiras la medida de cinco libras y de 55 lempiras en las tiendas de la Suplidora Nacional de Productos Básicos (BANASUPRO); sin embargo, las transferencias de fondos a la institución han sido recortadas por lo que las operaciones de importación y compra de granos se cubren con recursos del Fideicomiso de Reactivación del Sector Agrícola (FIRSA) por un monto de 1,500 millones de lempiras de los cuales solo un 15% es para granos básicos.
Una hipótesis operacional es que el barco que traía los frijoles de Etiopia no se perdió, sino que ingresó tarde a Puerto Cortés con una parte de los frijoles solicitados por el gobierno; los frijoles llegaron en mal Estado por lo que se enterraron asumiendo el gobierno de la Republica todos los costos. Los nuevos frijoles de etiopia importados por empresas particulares son necesarios para estabilizar el precio interno, por lo que el número de quintales debe ser menor a la importación inicial autorizada por el gobierno ya que la cosecha de frijol ya salió.
Hemos venido insistiendo que Honduras necesita reactivar el sistema de planificación multisectorial agrícola del país, regular el levantamiento de las encuestas agrícolas y dar vigencia a las hojas de balance como instrumento de planificación de la producción, consumo e importaciones de granos básicos en coordinación con los demás ministerios de la región centroamericana. Solo así se puede tener alguna certeza que la seguridad alimentaria es verdaderamente un objetivo de política pública, y que la población no consuma alimentos en mal estado.
Reflejo de esta debilidad institucional es que existen varias fuentes de información sobre áreas de siembra, producción e importaciones de granos básicos, sin saber cual es la cifra correcta. Igual sucede con el costo de la canasta básica de alimentos (CBA) donde el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP) tiene su propia canasta, y los trabajadores desconfían de las cifras del Banco Central de Honduras sobre la inflación y del Instituto de Estadísticas.
Tegucigalpa, DC, 16 de octubre de 2014.
https://www.alainet.org/de/node/164763
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