Mujeres campesinas en resistencia
19/10/2014
- Opinión
Mucho antes del golpe de Estado en junio de 2009, las mujeres campesinas y étnicas venían demandando mayor acceso a la tierra, crédito, semillas, asistencia técnica y protección de los recursos naturales. Después del golpe, se agregaron otras demandas como la protección y defensa de los derechos humanos, participación política y representación en las instituciones e instancias del Estado.
Esta lucha no ha sido fácil. Las líderes de las principales federaciones campesinas de Honduras como la Federación de Mujeres Campesinas de Honduras (FEMUCH) y la Asociación de Mujeres Campesinas de Honduras (ANAMUCH) no acompañan estos esfuerzos de las mujeres de base, ya que reciben plata del Estado y sus dirigentes han sido acusadas de corruptas; lo mismo se dice de las organización creadas con la reforma agraria como la Central Nacional Campesina (CNC) pegada a las políticas de gobierno.
Esta lucha permanente ha sido también mal entendida por los lideres del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), en el sentido de pretender ejercer un control sobre el movimiento y definir la agenda de lucha, sin considerar el alto grado de heterogeneidad del movimiento y los intereses de cada organización y grupos de interés; o sea, la lucha de las mujeres campesinas en resistencia no tiene color político, mucho menos se han matriculado con programas de gobierno de uno u otro candidato en oposición al gobierno.
Las mujeres están en resistencia contra el golpe de Estado y la continuidad de este, pero fundamentalmente contra la inseguridad alimentaria y dependencia alimentaria, pobreza, desempleo, falta de tierra para producir, criminalización de la protesta, desempleo, contaminación ambiental y perdida del patrimonio natural y hábitat. Ejecutan proyectos con fondos públicos y de la cooperación internacional, siempre y cuando no entren en contradicción con los objetivos y propósitos de las organizaciones que representan.
El 15 de octubre de 2014 se celebró el día mundial de las mujeres rurales con la presentación del documental “El rostro femenino e infantil de la criminalización campesina en Honduras, donde se denunció que más de 700 campesinas han sido procesadas por demandar un pedazo de tierra para comer y no morir, recibiendo amenazas de policías y fiscales de separarlas de sus hijos e hijas si continúan reclamando un derecho que les otorga la Constitución de la Republica. Las denuncias de UNICEF es que las fuerzas de seguridad pública ignoran la Convención de los Derechos del Niño, por lo que los desalojos de tierras van acompañado de violaciones sistemáticas de los derechos humanos y de la niñez.
El 16 de octubre de 2014, en el marco del día mundial de la alimentación, la Vía Campesina Honduras en coordinación con la Alianza Campesina Hondureña (ACH) y el Centro de Educación Popular de Honduras (CENCOPH), celebraron el foro “Por una Honduras sin Hambre”, con el propósito de poner estos recursos en manos del pueblo para ejecutar una reforma agraria con soberanía alimentaria, descartando los proyectos aprobados por el Estado para privatizar los ríos, bosques y la biodiversidad.
La Coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPIN), Bertha Cáceres, manifestó que existe más de 300 proyectos hidroeléctricos aprobados- en su mayoría- por los gobierno de manera corrupta, asimismo destacó la lucha que se ha tenido que librar para detener el proyecto hidroeléctrico en Rio Blanco con la participación activa de las comunidades.
Ya antes, otra organización, caso de la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) liderada por Miriam Miranda, denunció los impactos negativos del monocultivo de la palma africana, la producción de agro combustibles y la perdida de la soberanía alimentaria del país. “Zonas que estaban dedicadas al maíz, frijol y arroz, ahora están dedicadas a la palma. Nos están condenando a una hambruna, estamos importando frijoles cuando en los años 70s llegábamos a exportar la producción de frijoles y también de maíz”.
Existe en el Congreso Nacional varias leyes que las mujeres campesinas en resistencia demandan su aprobación: La primera es la Ley de Reforma Agraria Integral con Soberanía Alimentaria con Equidad de Género, que tiene más de 2 años de estar engavetada. La segunda es la Ley para crear el Programa de Crédito Solidario para las Mujeres Rurales (CREDIMUJER) pendiente de discusión. A ello se agregan las demandas por eliminar la ley antiterrorista que criminaliza las protestas públicas y demandas de tierras como actos subversivos.
Estas organizaciones de mujeres han venido apoyándose en ciertas agencias de cooperación internacional como FIAN honduras, OXFAM y TROCAIRE, pero todavía el apoyo de la Academia brilla por su ausencia. La integración de estas demandas en una solo propuesta de país es urgente, al igual que los partidos de oposición para canalizar en forma rápida las demandas en el Congreso de la Republica.
Tegucigalpa, 20 de octubre de 2014.
https://www.alainet.org/de/node/164860
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