Entrevista con Luzmila Ruano, dirigente del Coordinador Nacional Agrario (CNA)

Luchas campesinas en Colombia

20/11/2014
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Segunda entrevista de la serie “Ciclo de entrevistas sobre Colombia” con Luzmila Ruano, dirigente del Coordinador Nacional Agrario(CNA) y presidenta de la Fundación suroccidente y macizo colombiano (Fundesuma). Esta mujer valerosa fue amenazada en junio de 2013 por su lucha contra los proyectos mineros. Luzmila forma parte de la dirección nacional del Congreso de los Pueblos y es una invitada de honor a la primera Asamblea Europea del Congreso de los Pueblos que se lleva a cabo del 14 al 16 de noviembre de 2014 en Ginebra (Suiza).
 
Durante su paso por París y en el marco de una gira europea, Luzmila Ruano aceptó responder las preguntas de nuestra asociación EntreTodos France, acerca de los retos y problemas que enfrenta Colombia en materia de soberanía alimentaria, transgénicos y minería, entre otros.
 
EntreTodos France (ET): Bienvenida a París y muchas gracias. Luzmila, ¿Cuáles son los objetivos de esta gira por Europa?
 
Luzmila Ruano (LR). Primero, buenas tardes, gracias por la invitación. Estamos en Europa para dar a conocer una parte de la situación que venimos viviendo en Colombia. Tambien dar a conocer nuestras propuestas de resistencia. Venimos trabajando día a día  por un país para la vida digna, para todos y todas. Vamos a hacer un Congreso de los Pueblos en la Unión Europea el 14, 15 y 16  de noviembre, en Ginebra, para hacer aportes y propuestas desde los amigos de Colombia en Europa.
 
ET: Entre los grandes motivos de lucha, hemos escuchado que ustedes defienden la soberania alimentaria, ¿Cómo se traduce esto concretamente en el campo y en las ciudades de Colombia?
 
LR: Sabemos que la soberania alimentaria es un término muy ambicioso y soñador y también es politico. Es la capacidad para decidir qué es lo que quieres consumir, qué es lo que quieres producir, qué es lo que quieres hacer con tu cultivo, pero mucho más allá, es cómo generar comida para los pueblos, cómo compartirla y cómo generar políticas públicas sobre la alimentación, sobre lo que se produce y sobre la defensa de un territorio. Y hablamos de territorio, porque la tierra es el pedacito donde yo vivo, mi finca, mi parcela, pero el territorio es todo el entorno global, el ecosistema donde se enmarca la vida, los cultivos, nuestra cultura y todo lo que nos rodea. Por ese motivo, luchamos por construir soberania alimentaria, para poder tener libre disposición y tomar decisiones independientes. Para eso necesitamos defender nuestra tierra, para que esté en manos de los campesinos, indigenas y afros, aptos para trabajarla. Nosotros decimos que los campesinos sin tierra no trabajamos. Defendemos que la tierra debe ser para la gente que la trabaja y que el gobierno tiene que garantizarle esa tierra a esa población para que pueda defender el territorio: un territorio de vida, de dignidad y de soberanía.
 
ET: Y eso nos lleva a hablar de las semillas. ¿Cuál es la posición del movimiento campesino en Colombia sobre ese tema, es decir, sobre las semillas y sobre la cuestión de las semillas genéticamente modificadas?
 
LR: Para cultivar nosotros debemos tener semillas propias. Esas semillas siempre han estado ahí, en nuestros territorios, nosotros las utilizamos para el consumo y por eso debemos tener cuidado. Cuándo estamos produciendo una semilla, estamos produciendo un alimento para el presente y para las nuevas generaciones. Por eso hemos creado un sistema, una práctica que se llama "los custodios de semillas", lo que quiere decir que si yo te doy una semilla, por ejemplo una semilla de frijol, tienes la responsabilidad de reproducirla con tu gente, con la que trabajas. Eso quiere decir que los custodios de semillas son los que guardan la semilla, la protegen, y no la compran ni la venden, únicamente la comparten con otras comunidades que necesiten esa semilla para el alimento y que se comprometen también a cuidarla y reproducirla.
 
Nuestra organización por toda Colombia está diciendo NO a las semillas transgénicas, estamos haciendo algo diferente, defendiendo nuestras semillas propias. Si los territorios son territorios de vida, por eso debemos cultivar nuestras propias semillas que son criollas o propias de cada región.
 
ET: Desde el movimiento campesino colombiano y en conjunto con el Congreso de los Pueblos, ustedes se inscriben en el Clamor Social por la Paz. ¿Podriamos explicar esto un poco más a fondo?
 
LR: Como Congreso de los Pueblos nosotros venimos impulsando la paz con justicia social, donde tengamos todas las garantias como seres humanos y que tengamos todas esas possibilidades de vida digna dentro del país. En ese marco nosotros estamos impulsando el "servicio social por la paz", es decir, unos espacios donde lleguemos todos y todas y podamos hacer propuestas sobre el país que queremos, sobre cómo estamos mirando esa paz, cómo vemos el futuro de nuestras generaciones venideras.
 
Es una propuesta que viene caminando. Esto no quiere decir que no haya otras propuestas, sino que es una de las propuestas que se viene trabajando en el país en busca de esa paz que nosotros tanto la necesitamos. El Clamor Social por la Paz es una posibilidad para decir lo que pensamos, porque creemos que la paz debe ser construida desde las organizaciones sociales que saben qué es lo que necesitamos nosotros y qué es lo que queremos realmente.
 
ET: En junio de 2013, durante un encuentro entre las comunidades campesinas y el gobierno regional acerca de la minería, usted fue amenazada por grupos paramilitares. ¿Qué tiene que ver esta amenaza con la coyuntura actual? ¿Cómo viven las comunidades campesinas estos proyectos de inversión extranjera en agroindustria y minería que están siendo impulsados por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos?
 
LR: Desafortunadamente el año pasado fui amenazada. Hay muchos líderes y lideresas que han sido amenazadas y hace un año mataron a la companera Adelaida Gomez que trabajaba contra la minería en el municipio de Almaguer (Cauca). En nombre de ella y en nombre de muchas victimas más que desafortunadamente hoy no están, nosotros seguimos resistiendo en la defensa de nuestro territorio. Yo he seguido desarrollando mis actividades porque mi labor es reconocida y he recibido gran respaldo de las comunidades organizadas y de amigos de la comunidad internacional. Si uno deja la labor que desarrolla, fortalece al autor de la amenaza, es decir, a quién te mandó amenazar, porque hay actores que amenazan y actores intelectuales de la amenaza.
En mi departamento de Nariño, sur de Colombia, están llegando empresas dedicadas a la explotación de oro como Anglogold Ashanti[1], que tiene sede en Sudáfrica, La Gran Colombia Gold, que tiene su casa matriz en Canadá y otras empresas pequeñas con casa matriz en Panamá. También, hacia la costa pacífica están las empresas de palma, con proyectos que han ido creciendo y desplazando la poblacion afrocolombiana de la costa pacífica.
Y es que, desafortunadamente, en Colombia estamos viviendo una coyuntura que intenta pasar de una economia agropecuaria a una minero-energetica y se han entregado muchas conseciones a empresas multinacionales y nacionales con capital extranjero que quieren apoderarse de nuestro territorio. Cuando se asienta una multinacional en un territorio los daños son muy grandes. Hay que saber que esos territorios son completamente militarizados o cuidados por empresas de seguridad privada de las multinacionales que prohíben la libre mobilidad de la gente.
 
Cuando entran las empresas mineras, primero hay ese rompimiento del tejido social, y la destrucción del ecosistema, de los recursos hídricos, del suelo… luego se cambia la economía local, porque las familias que se quedan trabajan al jornal (pago diario del trabajo obrero) y van a vivir en medio de la abundancia pero sumidos en la miseria porque la empresa minera se lleva todo, los cultivos, los mercados locales, la autonomía. En otros casos es peor porque las empresas no contratan trabajadores locales.
 
En Colombia hay una empresa de carbón en la Guajira, en la costa atlántica: la Drummond Company[2], que no utiliza ninguna mano de obra de los indigenas Wayúus, que son las comunidades locales. Ellos llevan toda su mano de obra de otro lado, incluso de otros paises. Lo que sabemos es que todas las promesas de trabajo y desarrollo de una empresa minera son promesas al aire, hechas para apoderarse de los territorios y acabar con nuestras economías locales.
 
ET: Como líder campesina y como mujer podría decirnos, en su opinión ¿Qué impacto particular tienen estos proyectos mineros para las mujeres?
 
LR: Bueno, para las mujeres es tenaz. La militarización de nuestros territorios trae consigo agresiones contra las mujeres. Es un problema profundo, ya que a la llegada de la empresa minera hay militarización, hay grupos de seguridad privada en gran cantidad. Eso quiere decir que para nuestras niñas y mujeres es posible que se presente violencia sexual, embarazos no deseados y otros ataques contra el cuerpo de la mujer. Hay mujeres, niñas, que podrian ser madres muy jovenes, mujeres abusadas y bueno cantidad de cosas. Lo otro es que donde hay empresas mineras, aparece el comercio sexual, es decir, mujeres de otras regiones que van a trabajar y eso también hace que aparezca nuevas situaciones de enfermedades y problemas familiares.[3] Esas son complicaciones que ya se vienen dando donde hay proyectos mineros o petroleros.
 
 
ET:¿Cuáles son las propuestas de las comunidades para luchar contra estos « modelos de desarrollo »? ¿Cómo influye esta realidad en la búsqueda de la paz en Colombia?
 
LR: Las comunidades lo que proponemos es organizarse, desde las familias hacia las comunidades, involucrando más comunidades que no se han organizado para decirle a las empresas mineras o minero energeticas que en esos territorios no tienen cabida. Para eso el primer mecanismo de lucha es la resistencia, luego están los mecanismos institucionales pero eso lo tienen que arreglar entre el Estado y las organizaciones. También está el trabajo de apoyo jurídico y todas las diligencias que sean necesarias para mirar que la empresa no llegue a ese territorio. La locomotora minero-energética no es una solución para la economía del país ni para la paz. Un ejemplo típico es la mina de la Colosa, en el departamento del Tolima. Allá hemos hecho resistencia popular y una jornada de consulta popular que rechazó el proyecto minero[4], pero eso es complicado porque la politica de Estado cada día le está abriendo las puertas y le está dando garantías a las empresas mineras para que lleguen y se instalen, pagando regalías que no alcanzan ni el 1% y, a cambio, tenemos que desplazar las comunidades, afectando el ecosistema y en este caso los humedales, los paramos, donde está el colchón de agua de la región.
 
Por otro lado, el gobierno nacional sabe que en Colombia hay conflicto armado porque falta una reforma agraria integral: la distribución de la tierra es el recurso que se necesita para construir la paz. Pero el presidente Santos dice que viene en gira a la Union Europea para buscar recursos para el post-conflicto, para hacer inversión después de que las guerrillas entreguen las armas y firmen los acuerdos[5]. Y la realidad es otra, porque lo que el presidente está buscando es la reafirmación del tratado de libre comercio con la Unión Europea, es decir, que Europa nos mande sus productos para Colombia y nosotros no vendamos nada. Eso lo sabemos porque actualmente tenemos una crisis del campo debido a los tratados de libre comercio y el gobierno nacional estaría buscando otros tratados comerciales con Japón y China.
 
ET: Entendemos que como dirigente campesina usted participa de la Cumbre Nacional Agraria, Campesina, Etnica y Popular. ¿Cuáles son los retos principales de las organizaciones campesinas colombianas en este momento?¿Cuáles son los retos futuros y cómo podemos solidarizarnos con este tipo de luchas desde Europa?
 
LR:Como campesinos uno de los ejes de nuestra lucha es la defensa de nuestros territorios y de un modelo de desarrollo que respete los derechos humanos. Los campesinos, trabajamos de la mano con los pueblos indigenas, afros, hombres y mujeres, y con los procesos urbanos. El Congreso de los Pueblos es una propuesta nacional de pais que estamos construyendo desde hace cuatro años y venimos fortaleciendonos cada día más y, en ese marco, participamos de la Cumbre Agraria, Campesina, Etnica y Popular. Uno de los pasos fundamentales que estamos logrando es un proceso de unidad y desiciones sociales al interior de nuestro país. Ese es un punto muy relevante y en el marco de esta cuyuntura nos estamos encontrando para mandar obedeciendo. Los paros agrarios en 2013 y 2014, han logrado una mesa de concertacion con el gobierno nacional.
 
Tenemos 8 puntos de negociación: tierras y territorio, economía, derechos humanos, paz, cultivos mal llamados de uso ilicito (porque para nosotros son plantas benditas tradicionales), entre otros. También hemos avanzado en la discusión de la ciudad, es decir, desde los  hombres y mujeres que habitan en los cascos urbanos, sus necesidades y sus peticiones. En cuanto a las personas que habitan en Europa, el llamado que les hacemos es a juntarse, participar y ayudarnos a visilizar estos problemas. En el exterior lo primero que uno escucha es que en Colombia no hay conflicto, no hay procesos sociales… Queremos decirles que en Colombia hay procesos sociales que estamos en la construccion de un nuevo país. Cuando tenemos problemas, muchas veces problemas de violación de derechos humanos, es importante para nosotros saber que hay una comunidad internacional que nos está respaldando.
 
 
Entrevista realizada por la asociación de solidaridad con Colombia EntreTodos France
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La primera entrevista « De defensor de derechos humanos a representante en la Cámara, entrevista con Alirio Uribe »  se puede consultar aquí : http://www.rebelion.org/noticia.php?id=186657
 


[2] La Drummond Company tiene extensa lista de violaciones de DDHH : en 2013, tuvo que pagar una histórica multa por haber vertido 500 toneladas de carbón al mar (http://bit.ly/1qIgkAJ) y según un informe de ONG financiaron paramilitares entre 1996 y 2006 asesinando y desplazando habitantes de comunidades (http://bit.ly/VnKmAM)
[3] Para mayor información, ver Informe de Fuerza de Mujeres Wayúu y el Cinep, « Impacto de la explotación minera en las mujeres rurales: afectaciones al derecho a la tierra y el territorio en el sur de La Guajira, Colombia » (Diciembre 2013)
[4] El 28 de julio de 2013 se realizó la primera Consulta popular de la historia sobre intervenciones de gran minería en Piedras-Tolima. La pregunta a la comunidad de Piedras básicamente fue: ¿quieren dar a AngloGold Ashanti una licencia social o no? El  98% de la gente votó por el “No” (http://bit.ly/1BoLpn5).
[5] Ver también : « Gobierno [colombiano] financiaría posconflicto asignando tierras a empresarios nacionales y extranjeros. Así lo establecería el proyecto de Ley de Tierras que comenzará a delinear cómo se piensa financiar y materializar esta etapa del proceso. » (http://bit.ly/1tQWqDt)
https://www.alainet.org/de/node/165651
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