La peor empresa del mundo
07/01/2015
- Opinión
Desde que se iniciara el campeonato, el trofeo que se otorgará este mes de enero, será el más preciado porque en esta ocasión las seis candidatas que compiten han sido seleccionadas entre las 10 premiadas en años anteriores. Es como si se votara entre los últimos 10 ganadores de la bota de oro futbolera para ver entre todos ellos quien es el mejor entre los mejores. Sí, desde hace unos días está abierta la página web del premioPublic Eye Awardsque dictaminará cuál es la peor empresa del mundo si las miramos con ojos críticos, con esos ojos que se irritan cuando observan cómo tan grandes multinacionales se permiten violar repetidamente derechos humanos y laborales; son exitosas en sus operaciones de corrupción; o llevan adelante todo tipo de terribles prácticas que destruyen el medio ambiente.
Ocurre que cuando miras la lista de las seis seleccionadas, te sientes como esos miembros del jurado que repiten — nos ha sido muy difícil escoger, todas son francamente grandes candidatas, por nosotros les daríamos al premio a todas, lo importante es participar. Pues bien, participemos. Estas son las nominadas:
Gazprom, la mayor compañía de gas del mundo, propiedad principalmente del estado ruso, que desatendiendo todas las recomendaciones y sin cumplir con las normativas osó plantificar en medio del Ártico la primera plataforma de perforación petrolera. Sus métodos para controlar posibles vertidos suenan a chiste: “15 palas, 15 cubos, 3 ejes y un martillo”, son sus medidas, explica la propia compañía. La obsesión de Putin para extraer petróleo, como tantos otros mandatarios del mundo, pone en riesgo la frágil y virgen región del Ártico. Los osos blancos votarán por Gazprom, y los peces que han sufrido los temblores de la plataforma Castor frente a las costas del Delta del Ebro, por simpatía, también.
Walmart, la gran superficie que se encuentra por todos los rincones de los EEUU, también es merecedora de este premio, como ya lo fue en el 2005 cuando se alertaba de como ignoraba las condiciones de trabajo de las empresas proveedoras de sus ofertones. Años después la tragedia en la fábrica de Bangla Desh demuestra que, como muchas otras empresas de la alimentación y del textil, nada han hecho en favor de tantas personas explotadas en maquilas, en invernaderos, en pisos francos. Votar por Walmart es votar por Inditex, por Pescanova, por Carrefour o Mercadona, pues no hay diferencias entre quienes se imitan.
El pasado 2 de diciembre se cumplieron 30 años de aquella noche aterradora en Bhopal, en el centro de la India, en el que más de 20.000 personas cayeron muertas en la calle por unos humos tóxicos, y la empresa propietaria de la planta de pesticidas que los emitió, Dow Chemical, aún no ha pagado ninguna compensación, ni ha limpiado la fábrica, ni los barrios, ni se ha hecho cargo de los cuidados que necesitan, incluso, niñas y niños que han nacido después de la tragedia. Votar por Dow Chemical no es votar por 30 años de olvido es votar por 30 años de la digna lucha de las y los afectados. Es el voto de las madres que en Argentina luchan hoy porque se detengan las fumigaciones con pesticidas de Monsanto sobre los campos de soja que rodean -y asfixian- sus barrios y pueblos. De alguna manera es votar también por McDonald y todo el modelo de industria cárnica que engorda sus animales enjaulados con esta soja.
Y ¿a quién votan las personas desahuciadas de sus hogares? ¿A quién vota quienes compraron ‘preferentes’? Que voten a Goldman Sachs, responsable de la crisis que ha endeudado a países como Grecia o el nuestro, provocando la quiebra de eso que llamábamos ‘estado del bienestar’. Con dirigentes giratorios especializados en el arte de la especulación, Goldman Sachs tiene en su nómina haber recuperado la práctica de invertir en granos y tierra agraria, causando subidas de precios en los alimentos que instantáneamente llevan a millones de personas a no poder comer. Por eso también hay quien la votará por votar contra sus crímenes.
Que una sola empresa controle, con sus más de 150 minas en el mundo, no menos del 60% del zinc mundial, el 50% del cobre, el 30% del aluminio y el 25% del carbón es suficiente para otorgarle nuestro voto, pero si observamos que en todos los lugares donde están instalados -menos en Suiza donde solo almacenan beneficios- se habla de expulsión del campesinado, contaminación de ríos y de campos, las motivaciones por votar a Glencore se redoblan.
Como Glencore, la sexta nominada, Chevron, tiene un negro currículum medioambiental donde destaca el mayor derrame de crudo, 103 millones de litros de petróleo, en las selvas ecuatorianas imposibilitando la vida de la vida y la vida de las comunidades indígenas. Recientemente Chevron, incansable taladradora, ha firmado un convenio con YPF para avanzar en la explotación del yacimiento de Vaca Muerta, territorio mapuche dentro de Argentina, mediante la cuestionada técnica del fracking. Votar por estas dos empresas es señalar con el dedo a quienes se dedican en ahondar en la crisis ecológica de un planeta de recursos finitos.
Y la votación ya está en marcha, y en este caso, como nos afecta a todas y todos, todas y todos podemos participar. http://publiceye.ch/
- Gustavo Duch Guillot es autor de Alimentos bajo sospecha y coordinador de la revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas.
https://www.alainet.org/de/node/166591
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