Charlie Hebdo, religión y geopolítica en la caja de pandora Europea
08/01/2015
- Opinión
1 Charlie Hebdo. En el suceso más impactante de lo que llevamos de 2015, 12 personas, entre civiles y policías, han resultado muertas en París por parte de un comando de 3 franceses encapuchados que irrumpieron a tiros en las oficinas del semanario satírico Charlie Hebdo. En un mundo globalizado donde no sabemos si las revoluciones son retransmitidas pero desde luego sí lo son las invasiones, ataques terroristas y cualquier otro componente del coctel llamado “Doctrina del Shock”, hemos podido ver incluso la ejecución, prácticamente en tiempo real, de uno de los gendarmes que resguardaba las oficinas de dicho semanario.
2 Francia. La “opinión pública” francesa y occidental en general se moviliza y llena las calles, y sobre todo las redes sociales, de indignación. El ataque se ha producido contra 12 hombres blancos y europeos (parece que entre las victimas hay alguna secretaria y un gendarme musulmán como víctimas “colaterales”). En una Francia que lideró los ataques de la OTAN que devastaron Libia o que durante el último ataque genocida contra Palestina prohibía marchas contra el terrorismo israelí[1], la muerte de miembros de su establishment (por mucho que fueran la parte más políticamente incorrecta del mismo) ha indignado por igual tanto a su sociedad civil como a sus élites políticas y económicas.
3 México. A modo de paréntesis y como dato aleatorio, desde el año 2000 en México se han asesinado, desapareciendo y torturando en muchos casos, a 102[2] periodistas sin que se haya producido una reacción que se asemeje a la actual en Occidente en general y en su izquierda en particular.
4 Libertad de expresión. La libertad de expresión no es un derecho absoluto. Entra en colisión cuando viola el derecho que tenemos a vivir libres de racismo y xenofobia. Y ese límite lo ha traspasado Charlie Hebdo más de una vez. No sé si traspasaron algún límite de esa libertad de expresión, pero desde luego no he visto al mundo rasgarse las vestiduras con los casos de Assange o Snowden como lo están haciendo con la masacre de Charlie Hebdo. Las palabras no matan pero nunca son inocentes. Es fascinante observar cómo se está identificando los “valores” de Charlie Hebdo con los valores de Occidente. En ese sentido el País y el grupo Prisa lo tienen claro: “(…) no es solo un ataque contra la libertad de prensa y la libertad de opinión. Es además un ataque contra los valores fundamentales de nuestras sociedades democráticas europeas.”[3]
5 Ateísmo o barbarie. ¿Lo anterior justifica que unos fanáticos religiosos dementes (pero con un perfecto entrenamiento policial/militar según las grabaciones) entren en la redacción de un medio de comunicación y tiroteen a las personas presentes? En modo alguno. Pero las condenas estériles son solo eso sino nos detenemos a analizar las causas de fondo que se ocultan en las sombras de esta terrible acción. Nada justifica lo sucedido en la redacción de Charlie Hebdo, mucho menos la religión, pero las causas estructurales van mucho más allá de los comentarios simplistas, la doble moral y el maniqueísmo que inundan las redes sociales estos días. Y si queremos hablar de religiones, la católica mata cada año a miles de mujeres a las que no se les permite decidir sobre su propio cuerpo sin que las y los que hoy se indignan con lo sucedido en París pongan el grito en el cielo. Y quien diga que las religiones no matan, que son las personas las que lo hacen, que tenga claro que lo hacen desde el mismo momento que coartan nuestra libertad y nuestros derechos, tanto individuales como colectivos.
6 Multiculturalismo. Porque la libertad (para vivir en la tierra en que naciste, para practicar una religión o para reivindicar una identidad sexual o de género) es permisible mientras no se cuestione el sistema político-económico llamado capitalismo. Ese es el gran triunfo del multiculturalismo en cuanto a expresión posmoderna del capitalismo en el ámbito cultural. Pero en el momento en que cuestionas el orden establecido, el imperialismo arrasa con todo, de Irak a Palestina, de Libia a Siria.
7 Operación Ciclón. En 1979 el presidente estadounidense Jimmy Carter, y su Consejero de Seguridad Nacional Zbigniew Brzezinski ponían en marcha la Operación Ciclón para, por medio de la CIA, armar a fundamentalistas islámicos anticomunistas que enfrentaran al gobierno de la Republica Democrática de Afganistán y al ejército soviético. Es de sobra conocido que uno de los receptores de los cientos de los miles de millones de dólares invertidos en aquella operación fue Osama Bin Laden.
8 Libertad Duradera. El 7 de octubre de 2001 se ponía en marcha la operación “Libertad Duradera” para terminar con los talibanes y el ex socio estadounidense Bin Laden. Pero entre el 2001 y el 2014, donde incluso los propios Estados Unidos por boca de Hillary Clinton han reconocido[4] haber financiado al Ejercito “Libre” de Siria de donde ha surgido el Estado Islámico, se han sucedido numerosas agresiones terroristas del capitalismo occidental contra el mundo árabe que Atilio Boron tan bien describe en su último texto “El terror en París: raíces profundas y lejanas”[5]: Otro tanto ocurrió con las diversas formas de “terrorismo de estado” que las democracias capitalistas practicaron, o condonaron, en el mundo árabe: las torturas, vejaciones y humillaciones cometidas en Abu Ghraib, Guantánamo y las cárceles secretas de la CIA; las matanzas consumadas en Libia y en Egipto; el indiscriminado asesinato que a diario cometen los drones estadounidenses en Pakistán y Afganistán, en donde sólo dos de cada cien víctimas alcanzadas por sus misiles son terroristas; el “ejemplarizador” linchamiento de Gadaffi (cuya noticia provocó la repugnante carcajada de Hillary Clinton); el interminable genocidio al que son periódicamente sometidos los palestinos por Israel, con la anuencia y la protección de Estados Unidos y los gobiernos europeos, crímenes, todos estos, de lesa humanidad que sin embargo no conmueven la supuesta conciencia democrática y humanista de Occidente.
9 Imperialismo. Mientras tanto, la opinión pública internacional se vuelca en posiciones cada vez más islamofóbicas (y sí, también existe la islamofobia de izquierda) que encubren el colonialismo, racismo y neofascismo que impregna la propia construcción de la Unión Europea. Los terroristas siempre son los otros, no tenemos problemas en definir como terroristas a un comando de fundamentalistas religiosos, pero no le aplicamos la misma vara de medir a los gobiernos europeos, con una historia larga de colonialismo y terrorismo, subordinados a los Estados Unidos y la herramienta imperial de la OTAN.
10 Europa. Europa parece resurgir de la miseria al esplendor, cantaba La Polla Records. Pues es en esa Europa de los estados y el capital que hoy clama por la libertad de expresión donde se cerraron periódicos vascos como Egin o Egunkaria mientras los Je Suis Charlie miraban para otro lado. Es en esa Europa donde al día siguiente de lo sucedido en París en Madrid se imputa Facu Díaz, humorista de La Tuerka, por un sketch[6] que simulaba la disolución y entrega de las armas del Partido Popular. Esa España que provoca la muerte decenas de inmigrantes subsaharianos con una valla mucho más mortal (literalmente, por si hace falta la aclaración) que 2 Kalashnikovs. Es en esa Francia motor europeo donde es legal un partido racista y xenófobo como el Frente Nacional, partido que además de ser mayoritario se va a ver favorecido por lo sucedido en París al igual que Pegida (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente), organización alemana que lleva meses tomando las calles de Dresde. Europa es ahora mismo una Caja de Pandora donde la izquierda y la derecha realizan las mismas políticas que apuntan a desestructurar a los pueblos, sus resistencias, tejidos comunitarios e identidades, para facilitar el camino de la imposición del proyecto neoliberal anti democrático.
11 Democracia. El día que la vida de un francés valga lo mismo que la de un afgano, libio, iraquí, sirio, egipcio o palestino, el día que la libertad de prensa valga lo mismo en Francia que en el País Vasco, el día que el asesinato de un periodista en el Norte valga lo mismo que uno en el Sur, ese día estaremos más cerca de construir una verdadera democracia. Una democracia que solo puede ser laica y antiimperialista. La Democracia no está en peligro por un “choque de civilizaciones” sino por las lógicas coloniales que reproduce el sistema capitalista.
12 Kobane. Yo no soy Charlie Hebdo, yo soy uno más de los hermanos y hermanas kurdas que en Kobane resisten al imperialismo estadounidense y turco (que tiene encarcelado a su líder Abdullah Öcalan) a la vez que combaten a su hijo bastardo Estado Islámico. Las y los militantes de izquierda tenemos el reto de construir un proyecto laico que haga frente al fundamentalismo neoliberal que nos impone vía shock el sistema capitalista. Esa es nuestra tarea, no exenta de obstáculos y contradicciones, para que la que deberemos dotarnos de una ética antifascista y antiimperialista.
https://www.alainet.org/de/node/166674?language=es
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