El FMI y la deuda, factores agravantes de la epidemia del ébola

05/02/2015
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Aunque dice pretender ser parte de la solución, el Fondo Monetario Internacional (FMI) forma parte del problema del subdesarrollo desde hace décadas. La última prueba de ello es que las condiciones impuestas a países necesitados tienen serios impactos sobre el desarrollo de servicios de salud públicos. Y eso, en algunos países significa dejar que las epidemias arrasen con miles de personas. El último caso, la epidemia del ébola.
 
El FMI es responsable de graves restricciones a la hora de desarrollar sistemas sanitarios adecuados. No lo decimos sólo los movimientos sociales tanto del Sur como del Norte. Lo dice un estudio publicado en Lancet Global Health realizado por varias universidades británicas (la universidad de Cambridge, de Oxford y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres – London School of Hygiene and Tropical Medicine). Como ya se indicaba en el blog de Vicenç Navarro o como dice recientemente Alexander Kentikelenis, profesor de la universidad de Cambridge y coordinador de la investigación, en ElDiario.es: “Las políticas del FMI han contribuido a sistemas de salud mal financiados, poco preparados y con insuficiente personal en los países con el brote de ébola”. La organización con sede en Washington, a través de condiciones antisociales impuestas juntamente con sus préstamos, prioriza los objetivos económicos a corto plazo como la reducción de la deuda, cuando en realidad no hace más que aumentar su reembolso infinito. La hemorragia de recursos hacia el pago de una deuda tachada de ilegitimidad debilita el sistema de salud. Por ejemplo, en Liberia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo hay 0,1 médicos por 10.000 habitantes entre 2006 y 2013, y 0,4 hospitales para 100.000 habitantes en 2013.
 
Ya el 8 de agosto de 2014, la OMS había declarado la epidemia de ébola de África Occidental como una urgencia de sanidad pública de interés internacional. Después de más de 20.000 afectados y más de 8.000 muertos por el virus del ébola, los 130 millones de dólares concedidos en octubre de 2014 por el FMI en asistencia de emergencia a Guinea, Liberia y Sierra Leona no están a la altura del drama (en aquel momento, la epidemia ya había matado a más de 1.200 personas). Además, estos fondos no representan ni la mitad de los 300 millones prometidos durante la cumbre del G20 de noviembre 2014 en Brisbane (Australia), ni cubren la deuda de 372 millones de dólares que estos tres países del África Occidental acumulan con la institución financiera internacional. Finalmente, gran parte de estos fondos ni siquiera llegan al país, dado que no constituyen sólo donaciones, sino también nuevos préstamos o alivio de deuda. Así, el FMI aprobó nuevas líneas de crédito que van a endeudar aún más a estos tres países: 41 millones de dólares a Guinea, 49 millones a Liberia y 39 millones de dólares a Sierra Leona. Mientras tanto, Guinea, Liberia y Sierra Leona deben pagar 100 millones de dólares en términos de deuda externa en 2014 y cerca de 130 millones más para el 2015. Una cuarta parte de esta suma irá al FMI. Los 150 millones de dólares adicionales anunciados por la institución financiera a principios de enero 2015 llegan muy tarde y después de varias críticas aquí mencionadas por la mala gestión del Fondo.
 
La hipocresía de grandes donadores es inmensa. Según el informe de la ONU de diciembre de 2014, Socio-Economic Impacts of the Ebola Virus Disease on Africa, sólo el 23,4% de los 518 millones de dólares prometidos por el Banco Mundial se ha desembolsado hasta la fecha, menos del 10 % de los 459,8 millones de dólares anunciados por la UE ha llegado a su destino. La Fundación Bill y Melinda Gates sólo ha desembolsado el 27,3 % de los 50 millones de dólares anunciados y ni un céntimo de los 25 millones prometidos tanto por Mark Zukerberg (dueño de la empresa Facebook) como por la fundación Google han sido vistos. Tantas bonitas promesas que quedan en el aire…
 
En vez de conceder donaciones, nuevos préstamos o alivio de deuda, deberíamos exigir la anulación inmediata, total e incondicional de la deuda externa de países de África Occidental, como Guinea, Liberia o Sierra Leona, afectados por el ébola. Así lo reclamó el 15 de diciembre la Comisión Económica de Naciones Unidas para África: “los donantes han sido bastante generosos anunciando un alivio de la deuda, pero hará falta ir más lejos y anular completamente esta deuda”, declaró Carlos López, secretario general de la Comisión, el 15 de diciembre de 2014 en Addis Abeba (Etiopía). Obviamente, esta demanda se debería ampliar a todos los países empobrecidos mal llamados en vía de desarrollo, donde vive el 85% de la población mundial, cuya deuda externa pública (alrededor de 1,8 billones de dólares) representa apenas el 1% de las deudas mundiales. No afectaría al equilibrio económico mundial anularlas, sólo hace falta la voluntad política.
 
Está bien aumentar el déficit fiscal cuando la salud y la vida de las personas están en peligro. Tampoco lo decimos nosotros, sino que, contradiciendo la ideología conservadora del FMI, lo dijo Christine Lagarde, su directora, y reconoció que no lo dicen muy a menudo. Pero no hace falta esperar grandes crisis humanitarias como la del ébola para ver la evidente necesidad de aumentar el déficit cuando hay que cumplir con servicios sociales. También el cumplimiento con las necesidades humanas fundamentales es prioritario frente a la hemorragia de recursos hacia el pago de la deuda, tal y como establece el derecho internacional.
 
El FMI, inhumanamente ciego frente a graves necesidades humanas, tiene que desaparecer y sus responsables deben responder ante la justicia por sus actuaciones. Las políticas devastadoras del FMI han dañado suficientemente los pueblos con sus programas de endeudamiento neoliberal para seguir adelante con total impunidad. De igual forma, el Estado español debe retirar lo antes posible el artículo 135 de su Constitución, que contraviene el derecho internacional que establece la prioridad de las necesidades humanas ante cualquier otro gasto, a fortiori el del servicio de la deuda. Es cuestión de supervivencia humana, no de economía contable.
 
Algunas referencias:
 
-Campaña de Jubilee Debt Campaign: Ebola: Drop the debt.
 
-Alexander Kentikelenis, Lawrence King, Martin McKee, David Stuckler, The International Monetary Fund and the Ebola outbreak, The Lancet, diciembre 2014.
 
-Comisionado Económico para África: Impactos socioeconómicos de la epidemia de Ébola en África. ONU, diciembre 2014 (en inglés y francés).
 
-Ebola Epidemic Exposes the Pathology of the Capitalist System, People’s Health Movement, agosto de 2014. También en francés.
 
Jérôme Duval
Miembro de la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD)
 
 
 
https://www.alainet.org/de/node/167341?language=es
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