Historia y experiencias de una negociación estadounidense
17/02/2015
- Opinión
Se acaba de informar por el gobierno de Estados Unidos, que se llevará a cabo la segunda ronda de negociaciones con Cuba, la cual han planificado realizar el 27 de febrero, en la capital estadounidense, Washington, D.C.
Ninguna negociación es igual a otra, eso es evidente, sin embargo el análisis de negociaciones anteriores en que ha estado involucrada una administración estadounidense, nos permite buscar similitudes y características específicas en esta que llegará a su segunda ronda dentro de pocos días. He seleccionado para este análisis las negociaciones que realizaron con Viet Nam del Norte, como consecuencia de la guerra que desarrollaban contra dicho país.
La primera similitud, acorde con mi criterio, es que tanto contra Viet Nam del Norte, como contra Cuba, el gobierno de Estados Unidos ha estado desarrollando una guerra, cada una con su característica.
La de Viet Nam era una guerra frontal, de confrontaciones militares diarias, de bombardeos a las principales ciudades vietnamitas y con una gran cantidad de muertos y mutilados, donde cada parte beligerante recibió su cuota. En concreto Estados Unidos tuvo más de 55 mil muertos, cuyos ataúdes llegaron a suelo estadounidense lo que causó un devastador efecto político en la población.
La guerra contra Cuba ha tenido sus características. Con una confrontación militar, Playa Girón, donde los partidarios de Estados Unidos fueron derrotados, un episodio de Crisis Nuclear que representó serio peligro para la humanidad, un prolongado bloqueo económico, comercial y financiero que ha durado más de cincuenta años y continúa vigente, incontables acciones terroristas, de sabotajes, introducción de plagas y enfermedades, organización y financiamiento de acciones y grupos con propósito desestabilizador lo cual continúan efectuando, creación de una emisora de radio y otra de Televisión que se mantiene divulgando propaganda contra Cuba, acciones para tratar de afectar la imagen pública e internacional de la Revolución Cubana, actividades de las distintas agencias de la Comunidad de Inteligencia estadounidense, principalmente la CIA, con las cuales se trató de afectar la seguridad nacional de Cuba y asesinar a sus dirigentes. En esta guerra contra Cuba la casi totalidad de muertes fueron de ciudadanos cubanos.
El 31 de marzo de 1968, el presidente Lyndon Johnson, convencido de que la guerra contra Viet Nam del Norte no era posible ganarla, mando a suspender todos los bombardeos contra dicho país, aunque estos se mantuvieron hasta el mes de noviembre, meses antes de iniciar las conversaciones en la Conferencia de Paris.
El 17 de diciembre del 2014, el presidente Barack Obama, declaró el fracaso de la guerra que se había llevado contra Cuba por más de cincuenta años. Esto fue consecuencia de negociaciones secretas que se habían sostenido por cerca de año y medio. Obama anunció algunas medidas de beneficio para los intereses de Estados Unidos y que restablecería las relaciones diplomáticas con Cuba.
En cuanto a las acciones agresivas, no suspendió las mismas, como hizo el gobierno de Johnson con Viet Nam, sino que ha pretendido discutir esto en las futuras conversaciones.
La Conferencia de París se inició el 18 de septiembre de 1969, las reuniones se prolongaban indefinidamente porque las delegaciones no conseguían llegar a un acuerdo debido a los temas tratados y los diferentes criterios sobre los mismos. Por fin, el 27 de enero de 1973, las delegaciones que formaban parte de la Conferencia concluyeron s u trabajo, firmándose unos acuerdos por los que se establecía el cese del fuego y la retirada estadounidense de Vietnam del Sur. Posteriormente se inició el proceso de unificación del país que terminó en 1976 y trajo como consecuencia el establecimiento de relaciones diplomáticas entre el nuevo país y Estados Unidos. Cuatro años de negociaciones y tres más para el establecimiento de relaciones diplomáticas.
En el caso de Cuba, al parecer la administración Obama está particularmente apurada. Ya quieren hablar de la apertura de las embajadas, lo cual implica el restablecimiento de relaciones diplomáticas y todavía queda mucho camino por andar.
El 6 de febrero, el vocero del Departamento de Estado, Efe Friday planteó que querían abrir las embajadas lo más pronto posible e inclusive mencionó como fecha en el mes de abril.
Si Estados Unidos quiere moverse a esa velocidad, deben tomar en consideración lo planteado por nuestro presidente, el compañero Raúl Castro en el discurso de la CELAC, donde planteó claramente:
“¿Acaso podrían restablecerse las relaciones diplomáticas sin reanudar los servicios financieros a la Sección de Intereses de Cuba y su Oficina Consular en Washington, cortados como consecuencia del bloqueo financiero? ¿Cómo explicar el restablecimiento de relaciones diplomáticas sin que se retire a Cuba de la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo Internacional? ¿Cuál será, en lo adelante, la conducta de los diplomáticos estadounidenses en La Habana respecto a la observancia de las normas que establecen las Convenciones Internacionales para las Relaciones Diplomáticas y Consulares? Es lo que nuestra delegación ha dicho al Departamento de Estado en las conversaciones bilaterales de la semana pasada y se requerirán más reuniones para tratar estos temas.”
Por si esa parte de la agenda la consideran factible de resolver en breve tiempo, agregamos otro párrafo de lo que mencionó el compañero Raúl.
“El restablecimiento de las relaciones diplomáticas es el inicio de un proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales, pero esta no será posible mientras exista el bloqueo, no se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo, no cesen las trasmisiones radiales y televisivas violatorias de las normas internacionales, no haya compensación justa a nuestro pueblo por los daños humanos y económicos que ha sufrido.”
“Los voceros del gobierno norteamericano han sido claros en precisar que cambian ahora los métodos, pero no los objetivos de la política, e insisten en actos de injerencia en nuestros asuntos internos que no vamos a aceptar. Las contrapartes estadounidenses no deberían proponerse relacionarse con la sociedad cubana como si en Cuba no hubiera un gobierno soberano.”
Si el apuro por tener la embajada funcionando es de tal magnitud, aquí tiene la delegación estadounidense una amplia gama de temas que debe resolver para poder poner a flotar la bandera estadounidense en frente al edificio de Malecón y M.
Nosotros, no estamos apurados. Tenemos más paciencia que los chinos.
18 de febrero 2015
- Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba)
sarahnes@cubarte.cult.cu
sarahnes@cubarte.cult.cu
https://www.alainet.org/de/node/167598
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