Relaciones Cuba-EEUU y libertad de prensa

15/09/2015
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Durante la ceremonia de izado de la bandera celebrada en La Habana el 14 de agosto de 2015, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, expuso: “estamos convencidos de que el pueblo de Cuba sería servido mejor con una democracia genuina”.  Esta promoción de la democracia para Cuba por parte de Estados Unidos se refiere, entre otros aspectos, explícita e implícitamente a la libertad de prensa. Con todo, el señor Kerry no centró sus comentarios sobre el tema de la democracia, sino que principalmente se expresó en torno a la política de su administración respecto de las relaciones EEUU-Cuba, en honor al gobierno de Cuba, al restablecimiento de las relaciones diplomáticas y a la reapertura de las embajadas, así como medio de avance posible para el acercamiento de dos pueblos que ya no son enemigos ni rivales, sino vecinos.

 

Pero veamos cómo la prensa estadounidense trató las palabras del secretario de Estado Kerry, así como su participación en otras actividades oficiales que tuvieron lugar en La Habana el mismo día. Tomemos el caso la cadena noticiosa estadounidense CNN en inglés. Para cubrir este suceso, la CNN envió a La Habana a uno de sus animadores vedet más importantes, Jake Tapper. ¿Y qué giro le dio él al discurso del secretario de Estado Kerry? El célebre animador declaró: “Pero no es instantáneo, no se improvisan de la noche a la mañana la democracia y la libertad de prensa.” El mismo día, pero en otro momento, luego reportó, “Este es un país que carece de libertad de prensa y de libertad de reunión y de una y otra cosa”, y aún más tarde añadió en otro spot televisivo:

 

“Una sola bandera estadounidense no puede resolver todos los problemas ni soltar al pueblo de aquí de la garra de los hermanos Castro... y como bien dijera el Presidente Eisenhower– [al cual] cito – ‘Nuestras condolencias van dirigidas al pueblo de Cuba que hoy sufre bajo el yugo de un dictador.’ [a lo cual Tapper añade:] El dictador y su yugo ahora están siendo representados [por] su hermano Raúl.”

 

Por cuenta propia, Tapper se lanzó a buscar, entre otros, a disidentes cubanos para entrevistarlos. Aprovechó toda palabra pronunciada por estos respecto de su oposición al restablecimiento incondicional de las relaciones diplomáticas entre los dos países y resumió el alegato según el cual “sus detractores expresaron que esto solo concederá legitimidad a un dictador, hoy [14 de agosto], que no tiene interés alguno en un cambio verdadero”. Tapper fue más lejos al pasar el videoclip de un debate presidencial de julio de 2007 en el cual, según Tapper, el senador Barack Obama “justificaba los motivos por los cuales intervenía respecto de regímenes delincuentes (rogue regimes) como el de Cuba”. No obstante, según las transcripciones de la CNN, de julio de 2007, la cuestión giraba en torno a si se era partidario o no de que los candidatos presidenciales “participaran en encuentros separados sin formular condiciones previas, en Washington o en cualquier otro sitio, durante el primer año de su administración con los jefes de Estado de Irán, Siria, Venezuela, Cuba y Corea del Norte con el propósito de colmatar las brechas que dividen a nuestros países”. El término “regímenes delincuentes” no se emplea ni en la pregunta ni en la respuesta del señor Obama.

 

En suma, si bien la CNN transmitió integralmente la ceremonia de honores a la bandera y las palabras del señor Kerry, cuyo rasgo principal fue el de promover las relaciones diplomáticas de dos países vecinos, la CNN editó su propia versión. La red de difusión de la información por cable se precipitó sobre las observaciones del secretario de Estado Kerry acerca de sus conceptos de democracia para Cuba y una de sus correlaciones, la libertad de prensa, y, a lo largo del día y prácticamente en cada programa difundido tarde por la noche, bombardeó a los espectadores con los fragmentos sonoros “libertad de prensa”, “dictadura” y “régimen delincuente”.

 

Algo que también es significativo y que sirve de corolario al tratamiento de las observaciones del señor Kerry es lo que la CNN suprimió. Además de la ceremonia de honor a la bandera hubo otra actividad importante. El señor Kerry fue recibido por su homólogo, Bruno Rodríguez Padilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba en la sede de la cancillería cubana. Esta reunión celebrada a puerta cerrada fue seguida por una conferencia de prensa conjunta en el Hotel Nacional donde, tras expresar sus impresiones los señores John Kerry y Bruno Rodríguez Parrilla, tuvo lugar un periodo de preguntas y respuestas. Prácticamente toda la actividad fue censurada por la CNN. Es lamentable, porque el público estadounidense y el de habla inglesa a quien la CNN informa en otras partes del globo se perdió la oportunidad de escuchar lo que el lado cubano expresó respecto de la “democracia para Cuba”.

 

Durante el periodo de preguntas y respuestas, Andrea Rodríguez, periodista de la Associated Press, se dirigió al canciller Bruno Rodríguez Parrilla: “El secretario Kerry hoy mencionó el tema de que esperaba para Cuba una democracia genuina. Quisiera que me comentara usted qué opina al respecto”. La respuesta del ministro de Relaciones Exteriores nunca llegó a los oídos del público de Estados Unidos por el intermediario de la CNN. He aquí su respuesta:

 

“Yo siento que debemos trabajar activamente para construir confianza mutua, para desarrollar contactos en las áreas donde tenemos visiones cercanas o que pueden ser aproximadas, y al mismo tiempo conversar, discutir de manera respetuosa, sobre nuestras diferencias respectivas. En algunas áreas es cierto que las diferencias son profundas; sin embargo, puedo decir que algunos de estos temas son de intenso debate internacional. Por ejemplo, algunos modelos políticos electorales de países industrializados que parecía que podían ser un modelo único, han entrado en una gravísima crisis, incluso en Europa.

Los Estados tienen la necesidad de desarrollar sus vínculos en apego al derecho internacional con pueblos que han decidido, en ejercicio de su autodeterminación, su destino nacional, de acuerdo con su propia cultura, con su nivel de desarrollo.

Yo me siento muy cómodo con la democracia cubana que a su vez tiene cosas perfectibles, tal como trabajamos hoy activamente a partir de los procesos relacionados con la actualización de nuestro modelo económico y social socialista.

Puedo decir que es un tema en el que estamos dispuestos a conversar sobre bases absolutamente recíprocas y de igualdad so­berana, en el que nosotros también tenemos mucho que decir, preocupaciones que compartir; intentos de incrementar la cooperación internacional para resolver problemas relacionados con el ámbito de los derechos políticos y las libertades civiles que, en nuestra opinión, tienen que ser aseguradas de la misma manera que el derecho a la alimentación, el derecho a la igualdad de género, el derecho a la vida, el derecho a la educación y la salud.”

 

Los lectores sacarán sus propias conclusiones de los motivos por los cuales la CNN suprimió tales observaciones. Una de las maneras de verlo es que el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, tal como era de esperarse, expresó algunos puntos de vista que ponen en entredicho las palabras huecas la CNN. En lo concerniente a la cuestión de la democracia, el canciller cubano señaló una inquietud que muchas personas comparten en Estados Unidos y en otras partes de Occidente. Este malestar tiene que ver con la calidad de la democracia y del proceso electoral en estos países adelantados sobre el plan industrial. Esta puntualización inquieta a la CNN pues le arranca palabras a su narrativa respecto de la democracia. Si bien esta interpretación es desmerecedora para Cuba y sirve para dejar indemne a Estados Unidos o mismo para enaltecerle como modelo, a su vez denota cómo este último se posiciona respecto de su pensamiento único sobre la democracia.

 

Las observaciones del canciller cubano en defensa de la democracia cubana fueron calificadas con una salvedad importante: esta debe ser mejorada. Esta lógica de combinar decisiones soberanas con el reconocimiento de mejoras dentro de las tradiciones y valores cubanos también desafía el crédito de las palabras de los grandes medios de difusión de la información estadounidenses, tales como la CNN. Finalmente, el canciller cubano lanzó la bola de regreso a la cancha estadounidense en forma muy diplomática al indicar que Cuba otorga una gran importancia a los derechos políticos y las libertades civiles, de todos los países, tales como el derecho a la alimentación, el derecho a la igualdad de género, el derecho a la vida, el derecho a la educación y la salud. Los logros de Cuba en estos ámbitos son bien conocidos y reconocidos internacionalmente, mientras que la carencia de estos en Estados Unidos es cada vez más palpable dentro y fuera del país.

 

¿Cómo trató la prensa cubana el acontecimiento del 14 de agosto? ¿Practicó censuras, cortes y publicó informaciones falsas? No. Todo lo contrario, el día completo fue difundido en directo en la televisión y la radio cubanas. Esto arrancó con la llegada al aeropuerto de La Habana del señor Kerry y con una biografía informativa del secretario de Estado libre de toda declaración despectiva o salvedades. Igualmente, la ceremonia llevada a cabo en la embajada de Estados Unidos se transmitió por completo, así como todas las observaciones del secretario Kerry. Todo el contenido disponible a la prensa antes mencionado también fue televisado en Cuba. Al día siguiente, la prensa oficial cubana publicaba completas las transcripciones en español de la ceremonia en honor a la bandera y las versiones taquigráficas disponibles de la conferencia de prensa.

 

Esta aversión a la censura es parte de la tradición cubana cuando se trata de normalizar las relaciones con Estados Unidos. Por ejemplo, en 2002, el ex presidente Jimmy Carter fue a Cuba para visitar al presidente Fidel Castro. En dicha ocasión, se difundió en la radio y televisión cubanas el discurso integral del señor Carter, aun cuando contenía concepciones respecto de la democracia deseada para Cuba similares a las que pronunció el señor Kerry en agosto de 2015. En su informe de la visita, el ex presidente Carter escribió:

 

“Esa noche pronuncié un discurso en la Universidad de La Habana y luego respondí a las preguntas que, tal como había sido previsto, pasarían en directo sobre las ondas de la radio y televisión locales. Más tarde se retransmitieron y la transcripción integral del discurso fue publicada en los diarios cubanos. Posteriormente, no se podía encontrar en las calles o en los mercados a nadie que no lo hubiese escuchado”.

 

Los enfoques de la prensa cubana y los de la CNN que cubrían el suceso del 14 de agosto, particularmente opuestos indican que la CNN no dispone de elementos que permitan criticar a Cuba en relación con la libertad de prensa. De hecho, fue Cuba la que dio una lección a la CNN al no prestarse a censuras, cortes e informaciones falsas. Es interesante constatar cómo se invierten los papeles que desempeñan Cuba y Estados Unidos.

 

En Estados Unidos, “libertad de prensa” y “democracia” se presentan como razonamientos abstractos. Forman parte de los términos de moda que incitan a la gente en Estados Unidos y el extranjero a arrodillarse y rendir homenaje al país como modelo. La Primera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, adoptada en 1791, prevé que “El Congreso no hará ley alguna por la que adopte una religión como oficial del Estado o se prohíba practicarla libremente, o que coarte la libertad de palabra o de imprenta, o el derecho del pueblo para reunirse pacíficamente y para pedir al gobierno la reparación de agravios”. La enmienda da la impresión de que no hay restricciones al abstraer la prensa del contexto socioeconómico en el cual se desenvuelve. De manera que, supuestamente, cualquier persona puede decir y escribir lo que desee.

 

En Cuba, por otra parte, según la lógica estadounidense hay restricciones. El Artículo 53o de la Constitución de Cuba establece que “Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista.” El marco del pensamiento único de Estados Unidos, según el cual en Cuba no hay verdadera libertad de prensa, debido a algunas restricciones, implica que en Estados Unidos supuestamente no hay condiciones.

 

¿Existe una forma pura de libertad de prensa en Estados Unidos? Tomemos el caso del reportaje de la CNN del 14 de agosto de 2015 como ejemplo pertinente. ¿Qué giro le dieron a su crónica y reportaje el animador Jake Tapper y los otros presentadores de la CNN? Posiblemente nadie les instruyó sobre la orientación que debían seguir; sin embargo, no era necesario ya que saben que para poder progresar en sus carreras, ellos deben promover algunos conceptos al tiempo que obviar o distorsionar otros. Todas estas contorsiones se retransmiten para hacer que sus reportajes coincidan con las nociones preconcebidas y los intereses de los círculos dominantes. Noam Chomsky esclareció el papel que desempeñan los medios de comunicación estadounidenses como parte del establecimiento político en su obra clásica Los guardianes de la libertad: propaganda, desinformación y consenso en los medios de comunicación de masas (Manufacturing Consent). Él y su coautor postulan que “la principal función de los medios de comunicación es la de estar al servicio de una determinada élite económica, aplicar su propaganda y suministrar la información filtrada por parte de la élite la cual los controla y financia”. Asimismo Chomsky puso al descubierto la complejidad de los mecanismos de este fenómeno al indicar que la restricción que el orden establecido ejerce sobre los medios de comunicación “normalmente no se logra a través de una injerencia bárbara, sino que recae en la selección de un personal con mente moldeable, así como en la colaboración de editores y periodistas profesionales que interiorizan las prioridades y definiciones del interés periodístico al coincidir con las políticas de la institución”.1 Aunque es sabido que la injerencia brutal también se practica.

 

Si tomamos en cuenta la percepción de Chomsky sobre los medios de comunicación estadounidenses en relación con la CNN y con Jake Tapper, podemos otorgar el beneficio de la duda a la cadena de difusión de la información controlada por cable de que no hubo “injerencia bárbara” en el sesgo que se le dio a la cobertura del restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. No obstante, según el postulado de Chomsky, Tapper fue seleccionado por la CNN en función de su carrera como persona dotada de “mente moldeable”. El 14 de agosto de 2015, él “interiorizó” o reprodujo el ángulo deseado por la CNN. En otras palabras, al encarnar la añeja opinión estadounidense sobre Cuba sostenida por determinadas élites, Tapper sabía perfectamente bien lo que estaba haciendo. Esto es algo que forma parte del desarrollo de una carrera con las recompensas pecuniarias que naturalmente acompañan el ascenso al éxito.

 

Tapper es un elemento prometedor para la CNN, por consiguiente se le eligió para ir a moderar el debate presidencial del partido Republicano el 16 de septiembre de 2015. Las cadenas rivales Fox News y CNN están llevando una lucha importante para captar más anuncios publicitarios con mayores precios e incrementar su clasificación de popularidad en los límites de los escenarios del debate presidencial republicano. La CNN está contando con la contribución de Tapper para lograr sus metas. El panorama de la “libertad de prensa” controlada por el poder de sociedades privadas en Estados Unidos es mucho más contrastado cuando se le compara al enfoque de Cuba. El Artículo 53º de la Constitución estipula que “los medios de difusión masiva son de propiedad estatal o social y no pueden ser objeto, en ningún caso, de propiedad privada”. Esta no es una restricción sino más bien un factor liberador, especialmente si uno compara al enfoque cubano, el enfoque de la prensa estadounidense controlada por el poder de las empresas.

 

No empero, según lo antes expuesto, Cuba, por su parte, posee una restricción explícita sobre la libertad de prensa: la prensa debe coincidir con los objetivos de la sociedad socialista. Ningún intento hipócrita trata de ocultarlo. Los objetivos de la sociedad socialista cubana y sus principios respecto de las relaciones Cuba-EEUU requieren que se haga todo lo posible para que la diplomacia aporte una contribución esencial a los cambios que se susciten en el modelo socialista cubano. Este esfuerzo diplomático cubano comprende la cobertura integral de la visita del secretario de Estado Kerry, independientemente de sus declaraciones. Para Cuba, tratar a sus invitados con tal deferencia, al igual que Fidel Castro lo hiciera con el presidente Carter, es una cuestión de principios.

 

Es de preguntarse si el reportaje realizado por la CNN de las actividades que tuvieron lugar en La Habana el 14 de agosto contradice la política oficial de Estados Unidos hacia Cuba. ¿Representa esta cobertura una sección de la élite dirigente que no está a favor del deshielo de las relaciones entre los dos vecinos y que se opone a otra facción del statu quo estadounidense inclinada esta por la opción normalizadora? La situación es compleja. Debemos guardar en mente cuando salió simultáneamente el asombroso anuncio de los presidentes Obama y Castro sobre la nueva política estadounidense el 17 de diciembre de 2014. En ese momento tanto la Casa Blanca como el Departamento de Estado aclararon un punto muy importante y siguen haciéndolo. Si bien el nuevo enfoque de Estados Unidos representa una modificación en la táctica, su objetivo primero no ha cambiado. Los funcionarios estadounidenses continúan promoviendo la versión de la democracia de Estados Unidos destinada a Cuba. Para lograr el objetivo final, redactado en un lenguaje más diplomático y por consiguiente menos burdo que el de la CNN, es menester continuar la propaganda de que Cuba no es democrática, de que en Cuba no hay libertad de prensa, etcétera. Pero todavía no sabemos por qué la CNN no contribuyó a la evolución de los esfuerzos diplomáticos desplegados por ambos países, algo que la prensa cubana hizo para su pueblo, y obvió informar profesionalmente al público estadounidense. El reportaje inculto de la CNN sirve como un recordatorio más de esta nueva situación dotada de perspectivas muy positivas para cubanos y estadounidenses por igual, al igual que del peligro que corre Cuba. Los cubanos están muy conscientes de esto. Su prensa y blogs periodísticos sirven de foro a un debate maduro y animado sobre el significado del nuevo encuadre de Estados Unidos. Este debate resulta de los intentos de los dirigentes y periodistas cubanos para mejorar la prensa cubana como parte de los cambios de gran envergadura que están aconteciendo en Cuba.

 

Global Research, septiembre 13 de 2015

 

Arnold August, periodista y conferencista canadiense es el autor de Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections y, más recientemente, Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento, disponible en Cuba. Los vecinos de Cuba son los Estados Unidos, Venezuela, Bolivia y Ecuador. Siga a Arnold en Twitter@Arnold_August.

 

 

Notas bibliográficas

 

  1. Edward S. Herman y Noam Chomsky, Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media (New York: Pantheon Books, 2002), XI.

 

Fuente: http://www.globalresearch.ca/relaciones-cuba-eeuu-y-libertad-de-prensa/5475901 

https://www.alainet.org/de/node/172407

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