Aumenta el hambre en las áreas de montaña del mundo

16/12/2015
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 cultivos artesanales en zonas de montana
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La población de montaña sufre la doble presión del cambio climático y la creciente inseguridad alimentaria

 

Mientras que las cifras del hambre a nivel mundial están disminuyendo, el número de personas que sufren inseguridad alimentaria en zonas de montaña se elevó un 30 por ciento entre 2000 y 2012, según un nuevo estudio publicado por la FAO y la Alianza para las Montañas.

 

El informe denominado “Mapeo de la vulnerabilidad de los pueblos de montaña a la inseguridad alimentaria” señala que el número de personas con inseguridad alimentaria que vive en las regiones de montaña en los países en desarrollo aumentó a casi 329 millones en 2012, frente a 253 millones en 2000, a pesar de que la población total de las zonas de montaña del mundo se incrementó tan sólo un 16 por ciento durante ese mismo período.

 

Eso significa que uno de cada tres habitantes de las montañas -tanto urbanos como rurales-, en los países en desarrollo se enfrentan al hambre y la malnutrición, en comparación con una de cada nueve personas a nivel mundial.

 

Y si nos centramos sólo en las poblaciones rurales de montaña -que dependen de recursos naturales como la tierra, el agua y los bosques para su sustento- las cifras son aún más dramáticas: casi la mitad de ellos sufren inseguridad alimentaria.

 

Las zonas de montaña cubren el 22 por ciento de la superficie terrestre del planeta y son el hogar del 13 por ciento de la población.

 

El Director General de la FAO, José Graziano da Silva asegura que, "Las condiciones de vida de los pueblos de montaña se han deteriorado y su vulnerabilidad al hambre se ha incrementado. La dureza del clima y las dificultades del terreno, a menudo inaccesible, combinadas con la marginación política y social contribuyen sin duda a que los pueblos de montaña sean especialmente vulnerables a la escasez de alimentos” y agregó "Comprometidos como estamos en alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, hacemos un llamamiento a la comunidad internacional y los socios de recursos para que inviertan en zonas de montaña”.

 

Las tierras altas amenazadas

 

La creciente amenaza del hambre no es el único reto que pesa sobre los habitantes de la montaña, además el cambio climático está afectando los ecosistemas frágiles donde habitan el 90 por ciento de ellos dependen de la agricultura de subsistencia.

"Esto significa para los pueblos de montaña una injusticia lamentable: comunidades con una de las huellas de carbono más pequeños del mundo se encuentran entre los primeros en soportar el peso del cambio climático", aseguró el Coordinador de la Secretaría de la Alianza para las Montañas, Thomas Hofer.

 

"Por ejemplo –añadió- las temperaturas más altas permiten que las plagas y enfermedades puedan ascender por las laderas de las montañas. Las malas cosechas y la pérdida de ganado son una realidad creciente. Además, una mayor incidencia de tormentas, avalanchas, deslizamientos de tierra e inundaciones de los lagos glaciares están costando vidas y la destrucción de infraestructuras, lo que altera el acceso de las comunidades de montaña a carreteras, escuelas, mercados y servicios de salud".

 

Diferencias regionales

 

Casi 59 millones de habitantes de las montañas de África fueron identificados como vulnerables a la inseguridad alimentaria en 2000, cifra que aumentó un 46 por ciento a 86 millones en 2012.

 

En América Latina y el Caribe, el número total de habitantes de las montañas vulnerables aumentó en un 22 por ciento desde más de 39 millones en 2000 a casi 48 millones en 2012. Sin embargo, la proporción de las poblaciones de montaña vulnerables se mantuvo bastante estable, pasando del 30 al 31 por ciento en 12 años.

 

Las poblaciones de montaña de Asia son especialmente propensas a la vulnerabilidad. Los resultados del estudio muestran que más de 192 millones de personas se consideran vulnerables a la inseguridad alimentaria en el 2012, un incremento de más de 40 millones de personas -un 26 por ciento- desde 2000. El estudio también concluye que la proporción de personas vulnerables entre las poblaciones de montaña creció de 35 al 41 por ciento entre 2000 y 2012.

 

Conclusión

 

Se necesita un fuerte compromiso político y acciones eficaces para invertir la tendencia de hambre y abordar las raíces de la inseguridad alimentaria en las montañas, colmando la brecha del hambre existente entre la población de las tierras bajas y las tierras altas.

 

El factor clave, para los pueblos de montaña, es el crecimiento inclusivo, con un crecimiento que promueva el acceso de todos al alimento, bienes y recursos, especialmente de los pobres y las mujeres, para que puedan desarrollar su potencial.

 

Fuente FAO / AAPN

 

- Prof. Norberto Ovando es Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales - AAPN -, Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas - WCPA - de la IUCN-, Red Latinoamericana de Áreas Protegidas - RELAP –

https://www.alainet.org/de/node/174288
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