Menos matrimonios prematuros, menos embarazos en adolescentes
- Opinión
SemMéxico. Cd. de México, 21 diciembre 2015.- En más de la tercera parte del país, cinco por ciento de niños y niñas antes de los 15 años se casan, dato que representa el 34 por ciento en poblaciones rurales. Matrimonios prematuros como los denomina la Organización de las Naciones Unidas (ONU) quien sostiene que afectan los derechos de niñas, niños y adolescentes.
La Red por los Derechos de la Infancia (REDIM) y Save The Chiildren afirman que el matrimonio infantil es una respuesta a la miseria que mantiene a las familias atrapadas en el círculo de la pobreza y el hacinamiento.
Las entidades donde es legal el matrimonio antes de los 15 años, por una inadecuada ley, falta de orientación, pobreza o la idea de que las mujeres solo nacen para ser madres son tan disímbolos y sorprendentes: Baja California, Campeche, Chiapas, Coahuila, Durango, Guerrero, Nayarit, Puebla, Quintana Roo, Tabasco y Veracruz. En Oaxaca este mes quedaron eliminadas las excepciones en el matrimonio, con lo que ya no podrán casarse menores de 18 años.
En las zonas rurales de estos estados el porcentaje de niñas menores a los 19 años casadas llega hasta el 51 por ciento, por ejemplo, en las zonas empobrecidas de Chihuahua.
Las consecuencia del matrimonio antes de los 18 años tiene sus raíces en la discriminación de género y sus consecuencias son múltiples: la deserción escolar, el embarazo prematuro, la mortalidad materna, la transmisión intergeneracional de la pobreza y en general la limitación a las oportunidades de vida de las niñas y adolescentes.
Unicef indica que en México tres millones de adolescentes, entre 12 y 17 años, no asistían a la escuela por esta causa; el 19.2 por ciento de las niñas dijeron vivir en unión libre o estar divorciadas antes de los 18 años.
Especialistas de ONU y otras fuentes que han lanzado la campaña de la A a la Z México sin Matrimonio de Niñas en la Ley y en la Práctica, establecen que el matrimonio y los embarazos prematuros hacen correr riesgos a las niñas, algunos graves, incluida la muerte durante el parto y peligro la salud de estas jóvenes y de sus bebés. El dato estadístico revela que casi medio millón de menores de 20 años tuvieron un hijo en 2015, de las cuales 144 mil 670 eran adolescentes con un primer embarazo y que no han concluido su educación básica.
En este mismo rango de edad -12 y 18 años- considerando a quienes tienen más de una hija o hijo, los datos ascienden a 180 mil 408 casos de madres menores.
Atrapadas en la pobreza y el hacinamiento
Por ejemplo, Marianela Villanueva Ponce, ex diputada local y actual funcionaria de San Luis Potosí, en su exposición de motivos para elevar la edad del matrimonio sin excepciones en esa entidad, señala que esta modificación es de vital importancia dado que con ello se atienden las recomendaciones de organismos no gubernamentales como la ONU, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Red por los Derechos de la Infancia (REDIM) y Save the Children, defensoras de los derechos de niñas y niños.
El matrimonio infantil, según Villanueva Ponce, “es una respuesta a la miseria que mantiene a las familias atrapadas en la pobreza y el hacinamiento”. En ese sentido, la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Rosario Robles ha explicado que en México entre 2000 y 2012, se construyeron casas de interés social de un solo cuarto, lo que pone en peligro a las niñas de sufrir violencia sexual o embarazos. La respuesta del gobierno federal será construir 500 mil cuartos en esas viviendas.
Niñas y adolescentes indígenas
La situación de las niñas y niños indígenas muestran un importante rezago educativo, siendo una de las principales causas la temprana vida en familia que asumen y que obliga a abandonar su rol de menores para convertirse en “personas adultas” con responsabilidades.
Hay una diferencia significativa entre el porcentaje de mujeres indígenas que se casó antes de los 15 años de edad (casi cinco por ciento), comparado con las no indígenas (dos por ciento), según el análisis estado por estado de ONU Mujeres, aundado a que
cerca del 24 por ciento de las indígenas se casó antes de los 18 años de edad.
Algunas consecuencias negativas que sufren son la separación de la familia y los amigos, la falta de libertad para relacionarse con las personas de la misma edad y participar en las actividades comunitarias, así como la reducción de oportunidades de educación y preparación profesional.
Visto desde cualquier perspectiva, ya sea por razones de salud, educación o seguridad de las y los menores el matrimonio infantil viola los derechos humanos, dice REDIM.
En algunos casos, las familias consienten estos matrimonios por necesidades económicas o porque así son los usos y costumbres, siendo el matrimonio un medio de proporcionar a sus hijas una tutela masculina, evitar embarazos sin estar casadas, alargar sus años de fecundidad o de asegurar su obediencia en el hogar del marido, sin embargo representan graves violaciones a la salvaguarda de sus derechos, no pudiendo estar ninguna circunstancia por encima del interés superior del menor.
REDIM sostiene que la y el adolescentes necesitan apoyo de la familia, la escuela y la sociedad, ya que esta es una fase de aprendizaje, en la que aún no son aptos para tomar decisiones tan trascendentales como el matrimonio que pueden poner en riesgo su salud, pleno desarrollo, e incluso su integridad y vida.
Contrastes
El análisis de ONU Mujeres, estado por estado, establece algunas cuestiones preocupantes.
En 16 entidades la edad para contraer matrimonio es de 16 años para varones y 14 para mujeres. En algunos de estos estados se establece la edad legal a los 18 años o mayoría de edad, pero en todos los casos hay “dispensa” para el matrimonio, por embarazo o por otras “causas graves”.
Además, aun cuando se legisló sobre los derechos de niñas, niños y adolescentes, no se establece, más que en algunas entidades, la edad de 18 años para el matrimonio sin excepciones, lo que contradice a los códigos penales, como sucede en Chihuahua, Colima, Durango, Michoacán, Morelos, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
En otras entidades se establece claramente la prohibición del matrimonio antes de los 18 años, pero se deja a quien juzga o juez de paz, en libertad cuando intervienen los padres o madres. Quizá por ello los índices de matrimonios antes de los 18 años se disparan en zonas pobres, rurales o indígenas, principalmente.
Los promedios nacionales de matrimonios antes de los 18 años, o entre 15 y 17, son de 3.8 por ciento y de 18 a 19 de 21.5 por ciento, revela la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) de 2014.
Para el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y ONU Mujeres, que se apoyan mutuamente en la campaña de referencia, el matrimonio de niñas y las uniones tempranas constituyen una violación a los derechos humanos de las niñas y son consideradas como prácticas nocivas que afectan gravemente la vida, la salud, la educación y la integridad de las niñas, impacta su desarrollo futuro y el de sus familias, e incrementa la discriminación y la violencia contra ellas.
Los datos de la ENADID
En México, al menos una de cada cinco mujeres entra en unión conyugal antes de cumplir los 18 años de edad, indica la ENADID, 2014.
La tendencia de las uniones tempranas ha variado poco en las nuevas generaciones: Hay 8 millones de mujeres entre 15 y 54 años casadas o unidas antes de los 18 años.
En las mujeres de 50 a 54 años, el 25.3 por ciento se unieron antes de los 18 años; en el grupo de 20 a 24 años el 21.4 por ciento: una pequeña diferencia en 30 años.
Además, en el grupo de 20 a 24 años, el 15.4 por ciento ya son madres y el 3.7 por ciento de las mujeres se unieron antes de cumplir los 15 años.
Las jóvenes hablantes de lengua indígena presentan proporciones muy elevadas de matrimonio infantil, superiores al 40 por ciento en Chiapas, Guerrero y Veracruz.
México #1 en embarazo adolescente
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) informa que uno de cada cinco bebés que nace en México tiene una mamá que fluctúa entre los 12 y 19 años. El organismo evidencia una constante de embarazo precoz, de ahí que México lidera las estadísticas mundiales de madres adolescentes.
El embarazo en México –agrega- es común entre las jóvenes, lo que acarrea consecuencias que van desde el abandono escolar hasta problemas relacionados con la salud de las madres y sus bebés.
De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud, de manera anual, el 11 por ciento los partos ¡en el mundo son de madres adolescentes. El 95 por ciento de estos alumbramientos se registra en los llamados ‘países en desarrollo’.
“El embarazo adolescente realmente es una problemática vigente en todos lados. Lo podemos encontrar tan solo en las estadísticas de la deserción escolar. Nos damos cuenta que las chicas se comienzan a embarazar desde los 13 años. Van de siete a 10 niñas de cada 100 que se embarazan”, explica Elma Díaz, de la Organización Marie Stopes.
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