La mano de Washington en los «golpes electorales» en Venezuela

29/12/2015
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El día 7 de diciembre 2015 después de las elecciones del 6 de diciembre 2015, la Casa Blanca dio en una sesión informativa con la prensa:

 

Lo que está claro es que el pueblo de Venezuela ha expresado su abrumador deseo de un cambio de dirección. Y lo que es necesario es para todas las partes involucradas a participar en un diálogo sobre el futuro de ese país consciente de los resultados de las elecciones. Así que eso es un proceso que sin duda vamos a continuar para ver de cerca de aquí. (énfasis añadido).

 

Esta es una clara injerencia en los asuntos internos de Venezuela. ¿Quién es Estados Unidos para decirle al pueblo venezolano la forma de interpretar la nueva situación? La Casa Blanca promueve la misma narrativa que la oposición en Venezuela está dando.

 

En una declaración emitida el 7 de diciembre, el secretario del Departamento de Estado John Kerry pronunció:

 

Los votantes venezolanos expresaron su abrumador deseo de un cambio en la dirección de su país. El diálogo entre todas las partes en Venezuela es necesario para hacer frente a los desafíos sociales y económicos que enfrenta el país, y Estados Unidos está dispuesto a apoyar este diálogo junto con otros en la comunidad internacional. (énfasis añadido).

 

¿Qué derecho tiene Estados Unidos a imponerse, junto con sus pocos aliados en América Latina y una organización internacional cualquiera, como supuesto mediador en Venezuela?

 

La destacada periodista argentina, Stella Calloni, escribió un artículo publicado día 17 de diciembre en CubaDebate: «Estamos asistiendo a un nuevo esquema de intervención en nuestros países, que bien podemos llamar “los golpes electorales...”».

 

Esto nos proporciona una excelente orientación para el análisis de los acontecimientos. Con respecta a Venezuela, los EE.UU. y sus aliados en ese país han estado librando una guerra económica implacable combinada con el terrorismo mediático contra la Revolución Bolivariana y el Presidente Nicolás Maduro. El objetivo de los EE.UU. en el último año es despejar el camino para que la oposición gane las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2015. Sí, existen debilidades en la Revolución Bolivariana, todo el mundo lo reconoce, incluyendo el gobierno de Maduro. Se esfuerza por actuar en conjunto con el pueblo de la base para rectificar la situación. Sin embargo, la guerra económica y mediática combinada fue la razón principal para el 06 de diciembre derrota.
 

Esto se expone si se tiene en cuenta la injerencia de los EE.UU. en las elecciones venezolanas del pasado y en el contexto de su política para América Latina.

 

El 6 de diciembre de 2015 no es la primera vez que los países latinoamericanos y caribeños han sido el blanco de Washington. En 2009, el golpe de Estado de Honduras tuvo lugar con la plena participación de la administración de Obama, enseguida de que llegara al poder. El desempeño del ejército hondureño armado y adiestrado por los Estados Unidos se hizo manifiesto por la supresión violenta de los hondureños que lucharon durante meses contra lo que la base llamaba la dictadura.

 

La injerencia estadounidense de 2014 en Venezuela fue iniciada por la Administración de Obama un día después de que Nicolás Maduro, el candidato de la Revolución Bolivariana, ganara las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013. Del 15 de abril de 2013 hasta la fecha (diciembre 2015) el gobierno de los Estados Unidos ha tratado de todo para provocar incidentes en Venezuela a fin de emprender un golpe de Estado; los intentos de desestabilización equivalen a un golpe de Estado suave. El objetivo ha sido y sigue siendo poner al país en la órbita de los Estados Unidos nuevamente, tal como estaba antes de que Hugo Chávez ganara las elecciones presidenciales de diciembre de 1998. En esta vena, el secretario de prensa de Obama, Jay Carney, el 15 de abril de 2013 dio el banderazo a la oposición pro estadounidense para que protestara violentamente por los resultados de las elecciones, con la siguiente declaración:

 

... dado lo apretado de los resultados –cerca del uno por ciento de los votos expresados separaba a los candidatos– el candidato de la oposición y al menos un miembro del Consejo Nacional Electoral piden que se lleve a cabo una auditoría completa de los resultados. Esto parece ser un procedimiento importante y prudente para garantizar que todos los venezolanos confíen en los resultados.

 

Ese mismo día, la oposición organizó disturbios violentos y mató chavistas que estaban defendiendo centros de salud y otros sitios del orden público de las manos de las bandas. El 16 de abril de 2013, Patrick Ventrell, portavoz adjunto del Departamento de Estado animó una sesión informativa cotidiana. El intercambio entre este y un periodista, presentado a continuación, indica el deseo por parte del Gobierno estadounidense de abstenerse de reconocer los resultados de las elecciones y de cuestionar la legitimidad del Gobierno de Maduro:

 

SR. VENTRELL: [...], y ayer dijimos que un recuento total sería importante, prudente y necesario para garantizar al electorado venezolano, dividido por partes iguales, la certeza de que la elección responde a sus aspiraciones democráticas [...].

PREGUNTA: Bueno, sí. Entonces, ¿están ustedes dispuestos a felicitar al Sr. Maduro por su victoria?

SR. VENTRELL: Todavía no llegamos ahí.

PREGUNTA: ¿Por qué? El voto fue certificado. Maduro salió electo. Entonces o dicen ustedes, «Está bien, y vamos a trabajar con usted», o «vamos a tratar de trabajar con usted», o bien dicen, «Nosotros opinamos que usted no es el verdadero ganador», o bien, «Creemos que no hay ganador porque el voto no ha sido certificado», –en otras palabras, lo que deseo saber es si ustedes están dispuestos a trabajar con el Presidente Maduro, con el Presidente electo, Maduro.

SR. VENTRELL: Bueno, lo que hemos dicho es que estamos dispuestos a trabajar con cualquier Gobierno que salga de este proceso electoral. Una vez dicho esto, en vista de lo que ocurrió ayer, al tiempo que examinamos la cuestión, estamos en consulta con socios claves como la OAU, la UE y otros vecinos de la región.

 

Al día siguiente, el 17 de abril de 2013 la Casa Blanca emitió la declaración siguiente:

 

El Gobierno de los Estados Unidos felicita al pueblo venezolano por su participación pacífica y ordenada en las elecciones presidenciales del 14 de abril. Exhortamos al Gobierno de Venezuela por que respete el derecho de los ciudadanos venezolanos a la libertad de expresión y a la asamblea pacífica. Asimismo instamos a todos a que se abstengan de emplear la violencia y todo otro medio [sic] que pudiese hacer aumentar las tensiones en este momento difícil. Los Estados Unidos reconocen la anuencia por parte de los dos candidatos para que se lleve a cabo una auditoría de la votación y apoya los llamados en favor de un procedimiento transparente y digno de confianza que garantice al pueblo venezolano los resultados. Este tipo de procedimiento debiera contribuir al diálogo político y al impulso de la democracia del país.

 

El 19 de abril de 2013, los 33 países que integran la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), formularon un comunicado sobre las elecciones en la República Bolivariana de Venezuela; en otras palabras, todo el continente americano –con la excepción de los Estados Unidos y el Canadá– que en parte expresaba:

 

… CELAC saluda al presidente Nicolás Maduro por los resultados alcanzados en los comicios y por su elección como presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

 

No obstante, y quizás en respuesta a ello, Obama pasó a la acción el 4 de mayo 2013, en una entrevista concedida a un importante noticiero de lengua hispana que cuenta con muchos asiduos, Univision.com, y dijo:

 

MARÍA ELENA SALINAS: Tengo dos preguntas más. La primera, ¿reconoce el Gobierno de los Estados Unidos a Nicolás Maduro en calidad de Presidente legítimo de Venezuela?

PRESIDENTE BARACK OBAMA: Bueno, convendrá usted de que no solo se trata de lo que preocupe a los Estados Unidos. En nuestra opinión, se trata en particular de lo que el hemisferio entero ha estado viendo: los actos de protesta, la violencia y los ataques a la oposición.  En términos generales consideramos que es a la gente de Venezuela a quien corresponde elegir a sus líderes en elecciones legítimas [...] (énfasis añadido).

 

Obama fue más allá de lo expresado por su propia Administración y abiertamente calificó a las elecciones venezolanas de ilegítimas. Al ignorar por completo la postura que la CELAC había adoptado días antes, Obama afirmó de facto que el «hemisferio entero» consta únicamente de los Estados Unidos y el Canadá.

 

Tras la publicación de esta entrevista me puse a buscar en Google las repercusiones que había tenido. Inmediatamente encontré más de 50 entradas en español con la frase «Obama habló de Venezuela: ‘El hemisferio completo está viendo la violencia y los ataques a la oposición’».

 

Respecto de la ola de violencia de febrero de 2014 desatada por la oposición, esta vez dirigida por otra figura (Leopoldo López, y no Capriles), ¿qué dijo Marie Harf, portavoz adjunta del Departamento de Estado, durante una sesión informativa a la prensa realizada el 13 de febrero de 2014? Abrió la puerta de par en par, en Washington, D.C., para que la Administración de Obama pudiera despegar su lealtad de Capriles para adherirla al más descaradamente violento López, como si fuera algo nuevo:

 

PREGUNTA: Quisiera saber si tiene un comentario acerca de la manifestación violenta que tuvo lugar el día de ayer y la falta de cobertura mediática por parte de la televisión local. Asimismo, esta mañana el ministro de asuntos extranjeros de Venezuela culpó, durante una entrevista, a un político de la oposición, Leopoldo López, de la violencia ocurrida ayer. Dijo que López y sus acólitos llevan mucho tiempo de ser financiados por el Gobierno de los Estados Unidos. Mucho agradeceré cualquier comentario respecto de estos dos puntos.

SRA. HARF: Entiendo. Bueno, permítame ver si puedo obtener datos específicos de lo que ha venido ocurriendo durante estos últimos días. En términos generales, cuando se trata de Venezuela, hemos afirmado claramente que estamos dispuestos a tener una relación constructiva con el Gobierno de Venezuela. Con toda franqueza, no hemos visto eso –en definitiva, no hemos encontrado ninguna reciprocidad. De modo que nosotros también, me parece, vemos muchas teorías de conspiración o rumores en la prensa de cómo los Estados Unidos están interesados en influenciar la situación política interna en Venezuela, lo cual no es verdad en absoluto. A nosotros no nos corresponde expresarnos sobre los asuntos políticos internos de Venezuela. De manera que con gusto buscaré cualquier dato específico acerca de esa manifestación en particular de la cual no estuviera al tanto y veré si puedo encontrarle algo sobre eso […](énfasis añadido).

 

Al mismo día siguiente, o sea el 14 de febrero 2014, en otra sesión informativa animada por Harf, nótese cómo el Gobierno de los Estados Unidos camina por la cuerda floja. Tantito continúa afirmando que los Estados Unidos no está involucrado en los asuntos internos de Venezuela, tantito adhiere a la violencia del líder de la oposición contra el Gobierno de Maduro, electo constitucionalmente.

 

PREGUNTA: De manera que el Gobierno venezolano acusa a su homólogo estadounidense de estar involucrado en esas [—]; las protestas [venezolanas].

SRA. HARF: No es cierto. No es cierto.

PREGUNTA: ¿No les han acusado?

SRA. HARF: No. No estamos involucrados en ellas.

PREGUNTA: Ah, bueno.

SRA. HARF: Quizás nos hayan acusado; pero no estamos involucrados en ellas.

PREGUNTA: Y también están acusando a un líder de la oposición. ¿Cree usted que esto constituye un punto de avance para que el régimen [—]?

SRA. HARF: ¿Se refiere usted al Sr. López?

PREGUNTA: Sí.

SRA. HARF: Sí. Efectivamente estamos sumamente preocupados por las tensiones crecientes, por la violencia que ha acompañado a las protestas del 12 de febrero y por la orden de detención contra el líder de la oposición Leopoldo López. Nos unimos al Secretario general de la OEA a la hora de condenar los actos de violencia y pedir a las autoridades que investiguen y hagan comparecer ante la justicia a aquellos responsables de las muertes de manifestantes pacíficos. También instamos al Gobierno venezolano para que libere a los 19 manifestantes detenidos e instamos a todas las partes a trabajar para restaurar la calma y abstenerse de recurrir a la violencia […] (énfasis añadido).

 

Esta injerencia en los asuntos internos de Venezuela fue ratificada nuevamente el 15 de febrero de 2014 por John Kerry, secretario de Estado, mediante un comunicado emitido en inglés, el cual proclama:

 

Violencia reciente en Venezuela

Estados Unidos está profundamente preocupado por las crecientes tensiones y la violencia que ha rodeado las protestas de esta semana en Venezuela. Nuestras condolencias a los familiares de aquellas víctimas mortales en esta trágica violencia.

Estamos particularmente alarmados por los informes acerca de que el Gobierno venezolano ha arrestado o detenido a manifestantes por participar en actos presuntamente antigubernamentales, y por la orden de arresto emitida contra el líder de la oposición Leopoldo López. Estos actos tienen un efecto estremecedor sobre los derechos de los ciudadanos de expresar sus reclamaciones en forma pacífica.

Unimos nuestra voz a la del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la del Secretario general de la Organización de los Estados Americanos, la del Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y a la de otros para condenar esta violencia sin sentido. Pedimos al Gobierno venezolano que proporcione el espacio político necesario para alentar el diálogo con el pueblo venezolano y deje en libertad a los manifestantes detenidos. Instamos a todas las partes a trabajar para restaurar la calma y evitar la violencia.

La libertad de expresión y el derecho a la manifestación pacífica son derechos humanos universales fundamentales en cualquier democracia que funcione, y el Gobierno venezolano tiene la obligación de proteger estas libertades fundamentales y la seguridad de los ciudadanos (énfasis añadido).

 

El 17 de febrero 2014, Elías Jaua, en ese momento ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, declaró en una rueda de prensa en Caracas que el embajador de la OEA, Roy Chaderton, había recibido una llamada telefónica de un funcionario del Departamento de Estado. Según los venezolanos, los Estados Unidos están «pedía» a Maduro una «serie de condiciones» y han amenazado a Venezuela con «consecuencias internacionales» si arrestaban al líder opositor Leopoldo López. El canciller Elías Jaua reveló asimismo la existencia de pruebas que indican que el Gobierno estadounidense ha estado directamente involucrado en el adiestramiento de grupos violentos.

 

El 19 de febrero de 2014, el presidente Obama, quien se encontraba reunido con el presidente Peña Nieto (de México) y el primer ministro Harper en eso momento (de Canadá) en la Cumbre de Líderes de América del Norte celebrada en Toluca, México, declaró:

 

El Gobierno de Venezuela en vez de tratar de alejarse de sus propias fallas formulando acusaciones falsas contra diplomáticos estadounidenses, mejor debiera concentrarse en atender los reclamos legítimos del pueblo venezolano. De manera que junto con la Organización de los Estados Americanos hacemos un llamado al Gobierno de Venezuela para que libere a los manifestantes detenidos y entable un diálogo verdadero. Asimismo todas las partes tienen la obligación de trabajar unidas a fin de evitar la violencia y restaurar la calma.

 

¿Cómo puede decir Obama que las acusaciones que pesan contra los diplomáticos de Estados Unidos que injieren en los asuntos internos de Venezuela son falsas? La breve declaración antes citada sobre Venezuela pronunciada por el presidente de los Estados Unidos constituye en sí un intento arrogante de intromisión en los asuntos internos de Venezuela. Desde diciembre de 1998, los «reclamos legítimos» del pueblo venezolano han sido expresados en numerosos actos de votación por los partidarios de la Revolución Bolivariana. Esas victorias electorales precisamente ponen en la mira al sistema político y económico dominado por los Estados Unidos implantado durante los años de 1958 y 1998. La votación incluye la elección presidencial del 14 de abril de 2013, ganada por Nicolás Maduro, misma que el Gobierno estadounidense desecha. Al negar los resultados reconocidos por todo el continente, Obama sembró la semilla de la violencia actual perpetrada en el país por elementos pro-estadounidenses. Los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de la Revolución Bolivariana también ganaron la mayor parte de las elecciones de alcaldías, municipalidades y el voto popular en las elecciones municipales del 8 de diciembre de 2013.

 

Además ¿quién es EE.UU. para declarar que la Organización de los Estados Americanos (OEA) constituye un punto de referencia para Venezuela, cuando hace caso omiso de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)? Esta última excluye a dos de los tres países representados en la antedicha rueda de prensa convocada en México: el Canadá y los Estados Unidos, sobre todo por el protagonismo histórico de los Estados Unidos en el Sur y también del Canadá como gendarmes y saqueadores de recursos naturales. A mayor abundamiento, ¿con qué derecho califica el gobierno estadunidense a los vándalos y a su líder Leopoldo López de «manifestantes» y representantes del «pueblo venezolano», como si este último careciera de antecedentes en los intentos por derrocar a los gobiernos legítimos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro? ¿No tiene Venezuela el derecho de arrestar y hacer comparecer ante tribunales a los individuos responsables de actos violentos? Obama insta a «todas las partes» a «evitar la violencia».  Con ello, Obama coloca en el mismo pie de igualdad a los que han incurrido en actos de violencia y a los que están tratando de calmar la situación, restaurar el orden y proteger los bienes públicos y privados de los vándalos. Asimismo, al pedir Obama «un diálogo verdadero», está condenando al Gobierno venezolano por no atender los reclamos de su pueblo y está describiendo a los «manifestantes» como víctimas del Gobierno de Maduro; no obstante, al margen de estas provocaciones, Maduro ha estado instando al diálogo con sus oponentes.

 

Esta «promoción de la oposición» forma parte del plan estadounidense para crear un pretexto que justifique un golpe de Estado en ese país rico en yacimientos petrolíferos. Este es el contexto en el que la declaración de Obama tuvo lugar el 09 de marzo 2014

 

El desempeño de los medios de comunicación de voltear la verdad de cabeza y por ende de inventar escusas para que haya intervención en Venezuela es señalado en un artículo del profesor Steve Ellner (quien ha estado enseñado dese 1977 en la Universidad de Oriente en Puerto La Cruz, Venezuela). A pesar de los contubernios entre los medios de comunicación de la oligarquía internacional, los medios internos de Venezuela y los grupos de promoción de la democracia inspirados y patrocinados por los Estados Unidos, la democracia participativa de Venezuela ganó la primera batalla. Es así que el 18 de febrero 2014, la Revolución Bolivariana, dirigida por su Gobierno y por Nicolás Maduro reveló su fuerza. Una manifestación masiva, integrada principalmente por trabajadores de la industria petrolera, tuvo lugar en Caracas. En este sector han discurrido corrientes y contracorrientes para derrocar al régimen constitucional y legítimo y así abrir camino a la recolonización de Venezuela. Esta manifestación asoló temporalmente las defensas de las fuerzas pro estadounidenses en Venezuela. Es solo gracias a que el pueblo está verdaderamente empoderado y que participa eficazmente en el poder político que esta victoria momentánea y otras subsiguientes pueden tener lugar. Estas exitosas incursiones en el campo pro imperialista pueden ocurrir porque los experimentos nuevos de Venezuela en materia de democracia participativa están en marcha desde que Hugo Chávez ganó las elecciones presidenciales de 1998. De manera que el 19 de abril de 2014 un día después de la contraofensiva «Chavista», la situación se hallaba relativamente tranquila.

 

Sin embargo, para contrarrestar la victoria del 18 de febrero de 2014 y el consiguiente y relativo orden que prevalecía el 19 de febrero de 2014, no fue una casualidad el que Obama saliera al rescate. La declaración de Obama antes expuesta, fechada 19 de febrero, animó a los aliados de la Casa Blanca en Venezuela a emprender nuevamente sus actos violentos en el país y a sembrar el caos. De modo que al día siguiente, el 20 de febrero, volvieron a producirse incidentes violentos en varias partes de Venezuela, episodios estos enardecidos por el apoyo de la Casa Blanca. Venezuelanalysis.com, que reporta directamente desde el terreno, expone el carácter violento de los actos de protesta de la oposición y el deseo creciente de las bases de recuperar las calles de quienes se empeñan por que haya un cambio violento de régimen.

 

Los medios de comunicación internacionales, incluido el medio noticioso liberal CNN, desempeñaron su papel habitual; sin embargo consuela escuchar a Maduro decirle a la CNN que si esta no cesa su «propaganda de guerra, deberá irse del país».

 

Los Estados Unidos y sus medios de comunicación aliados acusan al Gobierno de Venezuela por la violencia que prevalece en ese país, cuando de hecho son esos grupos «pro democracia» los que están causando la devastación y los disturbios. Las metas expansionistas estadounidenses respecto de América Latina y la región del Caribe remontan a los últimos veinticinco años del siglo XVIII. Los principales partidos de los Estados Unidos, conocidos hoy como Republicanos y Demócratas, siempre han estado involucrados en alguna forma de intervención militar directa o indirectamente en América Latina y la región del Caribe; de hecho, los Demócratas han alcanzado mayor puntuación que los Republicanos con mayor y –no menor– número de intervenciones militares.

 

A fin de apuntalar la política de dominación de los Estados Unidos en el Sur del continente americano, ha sido necesario concebir un rostro nuevo a medida de las ambiciones estadounidenses; anhelos de control que han sublevado a muchos. Esta nueva imagen ha sido necesaria para cerrar la brecha de credibilidad engendrada durante los años Bush fuera y dentro del país. Así, la función de Obama consiste en protagonizar el «cambio» mediante una imagen promovida en forma consciente por él mismo y los especialistas en mercadotecnia que lo lanzaran, años ha, en Chicago.

 

La injerencia arrogante de Washington con sus aliados en Venezuela en 2015, como la del 9 de Marzo de 2015, constituye los últimos ejemplos de la larga lista de presidentes de los Estados Unidos quienes adoptaran la noción evangélica en el siglo XVII y patrocinaran activamente el concepto de que los Estados Unidos son el pueblo escogido, el faro que se alza en la colina para salvación del mundo y de todo aquél quien a él recurre. En esto descansa el carácter jactancioso de Washington, que solo Venezuela puede humillar con sus arterias de democracia participativa que llevan el linaje de la Revolución Bolivariana, como la Revolución está haciendo ahora. A ello debemos añadir un ingrediente clave: la solidaridad de otros países y pueblos, en particular los de América Latina y del Caribe, y también del mundo. Los «golpes electorales » hacen que la situación sea más compleja y peligrosa.

22 de diciembre de 2015

 

- Arnold August, periodista y conferencista canadiense es el autor de Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections y más recientemente, Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento, disponible en Cuba. Los vecinos de Cuba son los Estados Unidos, Venezuela, Bolivia y Ecuador. Siga a Arnold en Twitter @Arnold_August.

 

Fuente CubaDebate:

http://bit.ly/1SbHkJp

 

https://www.alainet.org/de/node/174468
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