Cuba y su historia

El terremoto de Santiago, 1776

25/01/2016
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 Sobre el terremoto que azotó a Santiago de Cuba en 1776 se han hecho varias referencias en los últimos días debido a los movimientos telúricos que se han registrado.

 

Tengo en mi poder un folleto que por su estructura y edición, el mismo está cosido, en vez de pegado o presillado, algo que hace muchos años no se utiliza con este tipo de publicación. El folleto en su cubierta anuncia que el trabajo que fue Publicado en “El Orden del día”, el 3 de septiembre de 1852.

 

En la introducción, de una cuartilla y media, el autor del trabajo el capellán Miguel José Serrano, dedica el mismo al Sr. D. Fernando Cajigal,  Marquez de Casa Cajigal, Caballero del Orden de Santiago, Brigadier de los Ejércitos, Gobernador y Capitán a guerra de la Ciudad de Santiago de Cuba.

 

Incluye en la dedicatoria a d. Miguel José Serrano Presbítero, Intendente y Subdelegado en virtud de Real Disposición, Vicerrector y Preceptor de gramática en el colegio Seminario de S. Basilio el Magno, notario del santo oficio, traductor de letras apostólicas, domiciliario y  natural de dicha ciudad.

 

Se aclara en la introducción que este folleto fue impreso en el Real y más antiguo colegio de S. Ildefonso de Méjico, en el año 1776. La Obra cuenta con 66 octavas en las que se describen los sucesos ocurridos en dicha ciudad.

 

La introducción se inicia diciendo:

 

“Trágica descripción que bosqueja la momentánea lamentable desolación de la Muy Noble y Muy Leal ciudad de Santiago de Cuba, causada por el horrendo terremoto acaecido, a las once y cincuenta minutos de la noche, del miércoles once de Junio de 1766.”

 

 En su primera octava se planteó:

 

Si en triste llanto su sesión termina

El Troyano Monarca esclarecido

Al pintar de su patria la gran ruina (¡)

En los estados de la Reina Dado;

¿Qué hará si de la pluma el vuelo inclina

mi numen de congojas poseído

al bosquejar de Cuba la derrota,

siendo de ella el más fino compatriota?

Dentro de las octavas que, en mi opinión describe, más ampliamente  los efectos del terremoto, están las siguientes:

 

7ma.

 

Tan pujante cuan varía su moción

Ya se exaltaba, ya se sumergía

Ya en círculo cual recio turbillón,

Ya hacia los cuatro vientos se mecía:

Ya fluctuaba cual mísero galeón

A quien mar borrascosa combatía

Tanto que al mismo movimiento airado

Quedó lo más altivo más postrado

 

9na.

 

Así del torrente la fiereza

Al sentirse del trueno el estallido

En polvo vil compendia su grandeza

El más firme edificio y más erguido:

Ya reduce a mil piezas una pieza,

Ya demuele, ya impele lo molido

Sin que la inmunidad de lo sagrado

Quede de su furor excepcionado.

 

10ma.

 

De modo que al minuto o diez momentos

(Si  momentos finales se contaron)

De máquinas robustas los fragmentos

Con estruendo su ruina publicaron:

Las techumbres se hicieron pavimentos

Los muros sin nivel se desplomaron

Y de los arcos  la pesada clave

Más ligera cayó cuanto más grave

 

 16aba.

 

Si poco polvo (-) pirio introducido

De las minas en las cóncavas entrañas

Aborta incendio, y humo, y con tronido

Trastorna, y vuela rocas y cabañas

Nitro, azufre y betún que contenido

Se halla en grutas, cavernas y montañas

Iguala en el furor cuando se inflama

A las minas, el trueno, rayo y llama.

 

18 aba

 

La capilla mayor ¡O penas duras!

De la matriz Iglesia Catedral

Con soplos que le dio por sus roturas

Apagó su linterna o su fanal;

Abrió del toral arco sus junturas

Y al viento se inclinó meridional,

Sin que  a su ruina sirva de resguardo

Fajas, que astuto le ciño Fajardo (1)

(1) Fajardo fue el constructor de la capilla.

 

 

20aba

 

La Auxiliar y el Convento Franciscano

Dolores, Hospital y el de Lucia

Y el Carmen (2) aunque nuevo y más ufano

Cedieron del temblor a la porfía:

Siendo el golpe y cuchillo más tirano,

Que con dolor el corazón partía

Ver que el mismo Dios con siete casas

Al raso estaban por que estaban rasas.

 

(2) La Iglesia del Carmen se acabó  de construir pocos días antes del temblor.

 

 21 aba

 

Asaltaron también vaivenes crueles

Al Castillo con tanta fortaleza

Que el mirador y la secreta pieza

Redujo a menos plaza y más cuarteles:

Sus almacenes, garitas, chapiteles

A la seña del trueno sin pereza

Dejan su puesto, y bajan con violencia

A jurar a la tierra la obediencia.

 

23aba

 

Templo. Capilla, torres, frontispicio,

En fin, no quedó nada en Cuba si se nota

Ni mirado, Castillo, ni edificio

Que no entrase a prorrata en la derrota

Rocas desquicia el monte de su quicio

El mar del hondo centro el fango brota

Siendo el tremendo y general estrago

Un remedo del juicio aún más que amago.

 

 24 aba

 

Todo era pena, horror, ayes, gemidos,

Ansia, angustias, suspiros y lamentos

Asombro, pasmo, estruendo y alaridos,

Clamores, llantos, gritos y sentimientos

Todos de haber pecado arrepentidos

Con obras, con palabras, pensamientos

A veces se confiesan donde quiera

que encontraban que absolviera.

 

 29aba

 

No bien de la congoja y el temor

Había el corazón convalecido,

Cuando el pesado y un poco menor

Segundo movimiento fue sentido:

Al instante el marqués gobernador

Solo de celo y lealtad movido

A su Rey, un dragón con diligencia

Manda  a saber del Morro la existencia.

 

 32aba

 

Cuatro muertos en una casa hallaron

Dos en tres, tres en una aparecieron

Uno en muchas, a muchos sepultaron

Las ruinas que en la calle ante cogieron

De cincuenta aseguran que pasaron

Los que heridos o ahogados fallecieron

Incluyéndose en lista tan fatal

El Caballero Alcalde Provincial (3)

(3)D. Juan Antonio Avillon, heraldo de la ciudad.

 

  En el resto de las octavas, hasta 66, se narra la atención que las autoridades del momento dieron a la población de Santiago de Cuba.

 

También en algunas de dichas octavas, se refleja que con frecuencia se sentían nuevos temblores, mucho menos fuertes, pero también alarmantes, para los que consideraban que nuevamente sufrirían un evento de gran magnitud.

 

 Próximamente escribiré otro artículo, tomando como base el folleto en el que se describe y ofrecen datos sobre el terremoto que el 20 de agosto de 1852 afectó la ciudad de Santiago de Cuba y otros puntos cercanos.

 

Este folleto, escrito por el Lic.D. Miguel Estorch, Socio de mérito de la Real Sociedad Patriótica de la Habana, fue publicado en la imprenta de D. Loreto Espinal, calle San Pedro No. 51.

 

24 de enero del 2016

 

- Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba) sarahnes@cubarte.cult.cu

https://www.alainet.org/de/node/174964?language=en
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