Revolución de las conciencias
- Opinión
El pensamiento humano ha evolucionado desde las primeras etapas de la civilización hasta nuestros días.
Los pensamientos que generan nuestros cerebros fueron libres en lo individual y así también como en lo colectivo, cuando las causalidades eran comunes y requerían dar soluciones a los problemas que afligían a la sociedad en su conjunto.
Ser libres y pensantes significa que, dentro de la diversidad cultural, los seres humanos obtengan constante mejoría en la calidad de vida, satisfaciendo sus necesidades básicas, dando un salto hacia el progreso colectivo y la felicidad misma.
En todas partes del mundo se requiere revolucionar las conciencias, buscando los cambios cualitativos para volver a ser libres, revelándose contra el sistema capitalista que ha considerado a la sociedad simples mercancías y esclavos que ata, corrompe y manipula a su antojo, las voluntades humanas, dirigiéndolas absurdamente al consumismo irreflexivo e innecesario.
El capitalismo y su fase superior -el imperialismo-, dentro de la globalización neoliberal, con sus monopolios y oligopolios conducen a las sociedades humanas al egocentrismo, dividiéndola en dos clases sociales, es decir, pobres y ricos, donde en la cúspide de la pirámide se encuentra una minoría de multimillonarios que se apropian la riqueza y la concentran en el 1% de la población mundial, generando y utilizando poder económico y político- por sobre el 99% de las mayorías de los pueblos pauperizados, siendo los trabajadores manuales e intelectuales las principales víctimas del sistema.
El capitalismo reforzado por psicoanalistas y especialistas que estudiaron el comportamiento mental y social de la sociedad, para manipularlos, se apoya siempre en los medios propagandistas de la radio, televisión, revistas y periódicos impresos e inclusive, haciendo uso de mensajes subliminales y sexistas; resaltando la libre competencia individualista y el enraizamiento al ego, es decir, al “yo” en primer orden. Poco a poco, pero con firmeza, habría que cambiar el sentido a la inversa, es decir, educarse en ser mejores ciudadanos, recobrando la inteligencia y el colectivismo humano, que contraste con el exacerbado individualismo que persigue como extra, obtener más bienes materiales (casas, coches, joyas, vestimentas de marca, comidas y bebidas, lograr el mejor cuerpo, rostro y bonito color de ojos) teniendo esto que ver con el narcicismo y la banalidad, que no permite a elevar el espíritu humano.
Revolucionar la forma de pensar, después de largo tiempo de ser esclavos, resulta ser complejo, el miedo de obtener la libertad y el derecho a ser uno mismo, difícil resulta no adaptarse a lo nuevo y fácil sería permanecer en lo viejo y trillado, es masoquismo colectivo.
Esto explica que en un país capitalista las masas populares y capas medias que luchan porque se logre la emancipación y liberación nacional, por la paz, la independencia y el progreso social, avanzando por la vía revolucionaria hacia otro sistema que garantice un estado de bienestar general y duradero, de pronto retroceden a la condición de esclavos, retrasando el objetivo de independencia económica y política que los llevara a mejores condiciones vida.
De nuevo resurgen las injerencias imperialistas, la egolatría oligárquica, la derecha y los medios fácticos al servicio de los explotadores y de la burguesía antinacionalista, fieles al sistema y sus intereses mezquinos. El establecimiento de gobiernos progresistas y revolucionarios les faltó más tiempo para crear conciencia social contraria a la ideología burguesa y consumista, que deforma las mentes y el espíritu de los pueblos.
Cuando se avanza en la transición de un régimen a otro, los medios fácticos en manos de las transnacionales y el poder económico, ejercerá su influencia para mantener cautiva y frustrada las aspiraciones revolucionarias en la ideología de las nuevas generaciones que, no conocen el pasado histórico, por el que transitaron sus antecesores a través del tiempo. Razón por la que el nuevo régimen debe educar dentro de la ideología científica, la cultura y la historia, dentro de la idiosincrasia de cada pueblo, conociendo sus raíces históricas, sabrán hacia donde deben dirigirse y cuáles serían los objetivos prioritarios para librarse del yugo imperialista y enfocarse en el proceso hacia la formación del nuevo humanismo, es decir, el hombre nuevo, yendo más allá de lograr el estado de bienestar material que le pueda ofrecer un nuevo régimen de gobierno; por ello se requiere la creación, la formación y el manejo de los principales medios informativos estatales y públicos, para facilitar que la semilla o mensaje lleguen a los receptores mayoritarios con apego a la ética y la verdad, con fines educativos y formativos para la sociedad en su conjunto; la ideología burguesa dejaría ser el canto de las sirenas con el que engaña tergiversando, ocultando la verdad al pueblo.
Sabiendo que el capitalismo es un proceso ideológico y, que sus medios económicos lo fortalecen, aún en sus caídas de crisis económicas recurrentes, sus ideólogos y defensores, quieren hacer creer a las naciones y a toda la sociedad, que es el único sistema, según ellos, donde es posible vivir; es preciso entonces dar la batalla de las ideas, ponerlo al descubierto, explicando y demostrando que son sus propias contradicciones las que le condena a su fin.
El capitalismo, aún en crisis, cuenta con una estructura económica y política que lo sostiene, la religión, los gobiernos de derecha, el ejército, los medios informativos, la burguesía proimperialista y el capital extranjero; cuida celosamente que la correlación de fuerzas sea casi siempre a su favor, utilizando la violencia contra las protestas sociales legítimas de las masas conscientes y explotadas..
Nunca tan pocos, les habían dado tanto a los muchos, es decir las revoluciones, ya sean pacíficas o violentas fueron iniciadas por grupos pequeños, que lograron despertar y liberar la conciencia, a veces callosa de un pueblo engañado y preso del sistema capitalista, que educa a la sociedad humana induciéndola hacia una falsa superación individualista, degradante y ofensiva. El bienestar colectivo es el Vivir Bien y sin ningún temor en el presente y el porvenir.
En América Latina al igual que otras regiones del planeta, la juventud en su conjunto debe unir esfuerzos y efectuar acciones comunes hacia el mejoramiento de los pueblos y la preservación de nuestro hogar común –la Tierra-; los ecosistemas, si se cuidan, garantizarían la prolongación de la vida humana. Necesario y urgente es proteger los recursos naturales de la depredación y el uso desmedido e irracional que le da el capitalismo.
El desempleo es uno de los problemas graves que enfrentan las y los ciudadanos, es un problema creciente que afecta con mayor rigor a las juventudes profesionistas en general causando el fenómeno de las emigraciones, por causas económicas y por conflictos de las guerras imperialistas, el narcotráfico, el paramilitarismo, las masacres y desapariciones en un estado de barbarie, donde la justicia ha sido rebasada.
El objetivo inmediato es la lucha por la defensa de la independencia económica y política, contra el neoliberalismo, contra el saqueo de las riquezas naturales y contra las privatizaciones que convierte en privado todo lo que debe ser público, es decir de los pueblos.
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