América Latina

Democracia y política en el subcontinente latinoamericano y caribeño

Víctor Manuel Barceló R.

06/06/2016

Opinión

^-A ⁺A

Vale encausar nuestras miradas a la democracia y la política que presuntamente sirve para perfeccionar a la primera, en momentos en que los interesados en la vida política y social de los países del subcontinente, están enfocados en el retorno de la derecha al poder, en algunas naciones –por mecanismos espurios y de golpe blando- en tanto en México se renuevan 12 gubernaturas y 12 legislaturas, además de autoridades municipales en 11 estados más, lo que representa cambios en la correlación de fuerzas políticas en más de un tercio de las entidades federativas. Esto se realizó –culminará hoy 5 de junio- en campañas electorales “despiadadas” como las calificó el gobierno federal, con perspectivas de triunfo variadas en cuanto a partidos y tendencias ideológicas y políticas. (1)

El subcontinente viene transitando de una condición colonial a una neocolonial –bajo el auspicio del imperio mayor- para sostener un sistema neoliberal que se opone a las acciones de libertad y defensa de la soberanía. La pretensión es el dominio de la sociedad, con acciones directas en los actos en que se conforma la conciencia personal y social -de manera sustantiva en la enseñanza, el manejo de los medios y los distractores o diversiones- enfilando todo hacia un modelo de nación capitalista, en que mercado y consumo sean sus paradigmas.

En la mayoría de naciones de la Región –sin considerar a las que cuentan con gobiernos progresistas o sistemas electorales modernos y democráticos en que el pueblo participa masivamente- los gobiernos son electos de un abanico de posibilidades propuestas por los partidos políticos. Éstos, instalados en un tobogán que disminuye día a día su credibilidad social, están por lo general dependiendo de fuerzas que representan al poder político y económico consolidado, dividido solamente por la lucha que internamente llevan a cabo por pertenecer a uno u otros grupos, ligados al capital transnacional. El triunfo de un partido u otro de los tradicionales, no hace diferencia en cuanto a políticas públicas que manejan esquemas económicos para mantener la hegemonía de uno o dos países poderosos, incrustados a través de sus empresas, en la economía local y regional.

A los marginados y pobres en general, se les apoya exclusivamente para mitigar su hambre, pero se les abandona en sus pretensiones o necesidades de levantar la economía de sus localidades con producciones propias en la agricultura, la ganadería, minería el turismo u otras actividades que cooperen a mejorar sus niveles de ingreso y calidad de vida.

La democracia aparece en el lenguaje político, fundamentalmente en época de comicios. Por lo general y en atención a las institutos creadas para el manejo de las elecciones y su nivel de autonomía del poder constituido, pueden ser contiendas de ideas, de propuestas para la atención de las más sentidas demandas de la sociedad, con la perspectiva de que al triunfo de las fórmulas comprometidas, se creen políticas públicas que avancen en la solución de las demandas básicas de las sociedades involucradas.

Cuando las condiciones no son propicias, porque el contacto con los requerimientos sociales no es manejo cotidiano de estructuras partidarias, los eventos de campaña entran en rutas melodramáticas: se confunden ideas fuerza de algunos candidatos bien posicionados en la opinión pública, con sobornos de otros, acusaciones sin fundamento, fraudes, chantajes, malversaciones y en ocasiones momentos de violencia que son pretexto para represiones, golpes de estado violentos y hasta intervenciones armadas. Mucho de esto han soportado países de Latinoamérica y el Caribe.

La región pasa por momentos de alta tensión social e intervenciones del imperio mayor –con planes claramente definidos y listos para actuarse- que quitaron el poder al Partido Justicialista en Argentina, que había rescatado de la pobreza a la mitad de los que allí se clasificaban y logrado el rescate de muchos aspectos de la economía, para recuperar la rectoría de estado y la autodeterminación.

Esto ocurrió en una elección correcta, pero apoyada en el efecto “manada”, ante las dificultades que la economía financiera internacional reflejó en la economía argentina, así como otros problemas que afectaron el apoyo a múltiples programas sociales. Esta coyuntura fue hábilmente utilizada por los empresarios –grupo al que pertenece el vencedor de la contienda- que no se conformaron con destruir los beneficios al pueblo, logrados por el justicialismo de los Kirchner, sino que cooperan a la caída inconstitucional de Maduro en Venezuela –a quien la Asamblea Nacional dominada por la oposición, pretende sacar del poder, con un poderoso apoyo mediático que difunde nacional e internacionalmente, verdades a medias, como la escasez de alimentos, que es real, pero producto del acaparamiento de empresas en poder de opositores al régimen que especulan con la alimentación del pueblo-. (2)

Otro proceso en ruta es la salida temporal de Dilma Rousseff de la presidencia de Brasil –que denominó Noam Chomsky como el acto de una “banda de ladrones”-. En efecto, la presidenta fue separada del cargo por la supuesta manipulación de las cuentas públicas en 2014 y 2015. Diversas opiniones se vierten acerca de tal destitución temporal. El abogado del Estado José Eduardo Cardozo, quien ha asumido la defensa de Rousseff, afirma que “la destitución carece de sustento legal y ha advertido de que con su aprobación "Brasil se transformará en la mayor república bananera del planeta". Por su lado, la senadora Gleisi Hoffmann ha advertido que destituir a la presidenta por la alteración de las cuentas es como "penalizar con pena de muerte una infracción de tráfico". Estas condiciones ponen al Brasil –la mayor economía de Sudamérica- en posición vulnerable, ante el acoso transnacional por apoderarse de sectores productivos y compromisos de apoyo a diversos países de su entorno, que ven alejarse tal posibilidad. (3)

Los eventos “muestra” que recordamos, indican un recrudecimiento del intervencionismo estadounidense en nuestra vida toda como naciones, mediatizando nuestras democracias, para que respondan a las concepciones que de derechos humanos y luchas, ahora contra el terrorismo –antes el comunismo- dictan las organizaciones al servicio de dichos intereses. A pesar de ello, casi todas las naciones mantienen posturas dignas en los organismos multilaterales regionales. Otras hacen el juego a los intereses poderosos transnacionales. (4)

El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, invocó la Carta Democrática y el organismo evalúa la puesta en marcha de acciones diplomáticas e incluso la expulsión de Venezuela de esta organización multilateral si no se presentan cambios sustanciales en la situación del país. Aunque hay diferentes atajos en el procedimiento, formalmente Almagro discutió su proposición en la comisión permanente, en donde se decidió hacer más consultas e intentos de mediar entre gobierno y oposición, para luego convocar a la Asamblea General- que reúne a los 34 países miembros- para discutir la posibilidad de expulsar o no a Venezuela de la OEA. (5)

El presidente de Ecuador (Correa) llamó la atención a Almagro, a quien recordó que la organización atiende las peticiones de los gobiernos, que son los que representan a los países y no a Congresos, que no tienen representatividad directa en el organismo. La resolución –impulsada por Argentina con apoyo de Chile y Uruguay- concluyó en el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobando (1º de junio) por consenso una declaración en que los países miembros ofrecen a Venezuela “a fin de identificar, de común acuerdo, algún curso de acción que coadyuve a la búsqueda de soluciones a su situación mediante un diálogo abierto e incluyente” entre actores políticos y sociales del país “para preservar paz y seguridad en Venezuela con pleno respeto a su soberanía”. (6)

Junto a los problemas relevantes vistos en Argentina, Brasil y Venezuela, en proceso de solución –con el acoso mediático brutal y la “espada de Damocles” sobre la cabeza de sus gobiernos- en general en la región hay preocupación por el futuro, tanto por las condiciones de la lid electoral en E. U. que puede llevar al recrudecimiento de la presión sobre su “patio trasero”, como por condiciones de la economía mundial que impactan negativamente en Latinoamérica y el Caribe, reduciendo sensiblemente sus exportaciones, encareciendo artificialmente el precio de sus compras externas y volatilizando sus monedas por el juego perverso de las finanzas planetarias. Los días venideros para el caso mexicano y los meses subsecuentes para el resto de países, marcarán pautas en esta incansable lucha por la soberanía de nuestras naciones.

Puebla, Pue. 5-junio-2016

v_barcelo@hotmail.com

Notas