Peligrosos momentos pudieran esperarnos
- Opinión
En estos días, uno de los temas a los que le prestamos más atención, es precisamente el relacionado con las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Aunque ninguno de nosotros tendrá la posibilidad de emitir su voto, no podemos negar que en nuestro país existe un grupo de personas que consideran Hillary Clinton será la mejor opción para Cuba, quizás son los mismos que también estiman que Obama nos está ayudando. Entre otras cosas, las frases irracionales de Trump las consideran totalmente negativas y es por eso que algunos hasta han enviado comentarios a El Heraldo, expresando ¡ABAJO TRUMP!
Otros, quizás los menos, consideran que Trump sería la mejor opción. Los planteamientos que el mismo ha realizado en relación con toda una serie de problemas internos que en la actualidad están sufriendo los estadounidenses, hacen pensar, que si gana y realiza al menos la mitad de lo que ha prometido habrá serios cambios en la situación interna de Estados Unidos.
Estos últimos no esperan cambios en la política exterior y menos en relación con Cuba. El método Obama de socavar nuestras bases, tratar de dividir al pueblo, de debilitar nuestra unidad y de derrocar la Revolución Cubana se mantendrá, gane quien gane, según el criterio de los que forman este grupo y estoy convencido de que también los pro-Clinton piensan igual.
En cuanto a lo que puede influir en la política exterior de Estados Unidos, debemos tomar en consideración las situaciones existentes en Argentina y Brasil cuyos problemas internos provocan constantes manifestaciones y enfrentamientos con las fuerzas represivas.
También por el momento podemos sumar a Venezuela dentro de los países que confrontan problemas internos, aunque en este caso la política de Maduro ha sido enfrentar la hostilidad con la paz, pero se mantiene lo establecido por Estados Unidos de que ese país representa un peligro para su Seguridad Nacional. La pregunta es, ¿Hasta cuándo permitirán esto continué siendo así?
No se puede pasar por alto que una situación donde las protestas callejeras suban de tono, pueden ser consideradas por el “gendarme internacional”, Estados Unidos, como una manifestación de “ingobernabilidad”, ante la cual no les quedaría más remedio que iniciar una operación de “Intervención Humanitaria” para controlar los acontecimientos y hacer valer lo que ellos llaman el “Derecho de Proteger”.
Una operación de ese tipo, aunque se denomina “humanitaria”, traería como consecuencia la muerte de miles de personas, sobre todo la de aquellos líderes de las fuerzas que luchan por la soberanía, la independencia y no están en disposición de plegarse a los intereses estadounidenses.
Alguna situaciones, como el propio Proceso de Paz en Colombia, pudiera complicarse, debido a que todavía el ELN no está de lleno dentro he dicho proceso y fuerzas paramilitares están asesinando a líderes obreros y campesinos, como sucedió hace pocos días con trece de ellos. Las fuerzas estadounidenses que pudieran intervenir en esta situación hace rato que están en Colombia, en las bases militares que el imperio mantiene en dicho país, como consecuencia del Plan Colombia.
Las situaciones bélicas en que Estados Unidos se encuentra involucrado en otras regiones del mundo, no deben darnos tranquilidad ni esperanza, de que no realicen alguna acción en nuestra América. La propia organización de las fuerzas armadas estadounidenses en distintos Comandos, le permite cierta autonomía para que mientas el Comando Central está involucrado en operaciones, el Comando Sur, por ejemplo, también pueda realizar estas.
Tal y como se plantea en la Doctrina de la Guerra Preventiva, las fuerzas armadas estadounidenses deben disponer de los recursos necesarios para realizar dos campañas simultaneas donde puedan obtener la victoria de forma decisiva en una de las dos campañas, mediante la ocupación de un país y la sustitución del régimen existente.
La etapa que se aproxima, donde termina el gobierno de un mandatario y comienza el del otro, puede resultar peligrosa y propicia para realizar alguna acción militar, pues se crea una especie de vacío, en el que ni el gobernante entrante ni el saliente se consideren responsables de tomar una decisión sobre la misma. Algo de esta naturaleza pudiera suceder con el conflicto existente en Siria, o relacionado con la situación en Venezuela.
Durante el cambio de gobierno de Eisenhower para Kennedy, el gobierno de Cuba movilizó sus fuerzas armadas y milicias, al considerar que una agresión contra nuestro país podía llevarse a cabo.
Israel inició la operación “Plomo Fundido” a finales de diciembre del 2008, cuando Obama estaba seleccionando los miembros de su gabinete y Bush planificando lo que haría al dejar la presidencia. Esta operación terminó el 20 de enero del 2009. Ni el presidente saliente, ni el entrante intervinieron para salvar la vida a miles de palestinos que murieron. La nueva administración aceptó lo sucedido sin reparo alguno.
Los documentos doctrinales emitidos durante años por las distintas agencias del gobierno de Estados Unidos, han resaltado, como un derecho de dicho gobierno, garantizar la Seguridad Hemisférica y los intereses de dicha nación en los distintos países de nuestra Región.
Nada ha cambiado, se mantiene vigente la Doctrina Monroe.
En los tiempos que se acercan, es conveniente estar alerta y preparados.
21 de septiembre del 2016.
- Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba) sarahnes@cubarte.cult.cu
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