Obama se despide cómo para que no lo olviden

17/01/2017
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Al inmerecido Premio Nobel de la Paz le quedan pocos días y al parecer quiere aprovechar el tiempo para no pasar inadvertido en la historia, como si ya no existieran suficientes motivos para recordarlo.

 

 Él tuvo la poca visión política de plantear que Venezuela era “un peligro para la Seguridad Nacional de Estados Unidos” y para no dejar cabos sueltos, renovó hace pocos días la referida proclama.

 

El pueblo venezolano, le dio una respuesta inteligente. Organizaron un ejercicio militar donde participaron más de 100,000 efectivos, con toda la técnica disponible, como para decirle que estaban preparados para defender la soberanía de la patria hasta las últimas consecuencias. Todo esto, por si se le ocurría hacer la gracia, a última hora, de promover una agresión a Venezuela.

 

Envió más de 4000 miembros de las fuerzas armadas estadounidenses, con los medios técnicos necesarios, a la frontera de Polonia con Rusia, en una acción propia de la Guerra Fría y no acorde con su título de Premio Nobel de la Paz.  Esta acción, unida a otras ratifica lo inmerecido de dicho galardón.

 

 Realizó acciones injustificadas de naturaleza provocativa contra Rusia, cuando incrementó las sanciones a dicho país y expulsó, sin razón alguna, un grupo de diplomáticos acreditados en Estados Unidos. Ante la provocación realizada, Putin explicó que no caería en la trampa, por lo que no contestarían y simplemente esperarían a que Trump estuviera en la Casa Blanca.

 

En el Medio Oriente también dejó su huella, además del apoyo a todo aquel que estuviera dispuesto a luchar contra el gobierno establecido en Siria, en una acción de abierta injerencia en los asuntos internos de otros países, lo cual no nos extraña de Estados Unidos, le dejó como regalo a Israel 38,000 millones de dólares para los próximos diez años, con el fin de que pudieran asegurar su futuro y garantizar los planes de ocupación y masacre contra el estado Palestino y sus ciudadanos.

 

En cuanto a Cuba, continuó con sus planes de injerencia y subversión político ideológica. Nos mantuvo el status de ENEMIGO, de acuerdo con la Ley de Comercio con el Enemigo, continuó emitiendo Ordenes Presidenciales que en su mayoría benefician a las empresas estadounidenses y un sector muy determinado de la población cubana, no a todo el pueblo.

 

Aunque en las Naciones Unidas, ante la Resolución cubana planteando el levantamiento del bloqueo, votaron abstención, en la realidad han mantenido casi todo aquello que dentro de lo establecido por el bloqueo pueda perjudicar a Cuba.

 

 Para que no pensemos que se le había olvidado, el 12 y 13 de enero de 2017, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sendas multas a la organización no lucrativa Alianza para una Política Responsable hacia Cuba (ARCPF) y al banco canadiense Toronto Dominion (TD), por montos de 10 mil y 955 mil 750 dólares, respectivamente, por violar las regulaciones del bloqueo a Cuba.  Al parecer, la abstención incluía el seguir imponiendo multas.

 

Cómo nota curiosa podemos exponer que durante la administración Obama, del 2009 al 2016, las multas impuestas a entidades bancarias y financieras de distintos países, que realizaron operaciones con Cuba, ascendieron a 14,404 millones de dólares. Un fructífero negocio que le permite emplear más dinero en la carrera armamentista.

 

Las acciones de Obama, mientras sufre las ultimas convulsiones, son las propias de la fiera moribunda que solo piensa en la venganza y hacer daño a todo aquel que pueda, principalmente a los que se le enfrentaron y no lo dejaron cumplimentar sus propósitos hegemónicos y demostrar la “excepcionalidad” estadounidense.

 

En lo que la administración Obama ha sido realmente excepcional, es en provocar muertes, doblegarse ante el Complejo Militar Industrial y apoyar los intereses de las grandes corporaciones en distintos países del mundo.

 

Mientras tanto, los ciudadanos estadounidenses de menos recursos económicos, se mantiene igual o peor que cuando la administración Obama tomó el poder. Los 42 millones que viven bajo la línea de la pobreza, los 94 millones que no tiene empleo, los más de cinco millones de niños que no tienen asegurado el sustento, los millones de estadounidenses que perdieron sus casas, los dos millones y medio de inmigrantes ilegales que fueron deportados, esos no tiene nada que agradecerle a Obama, para ellos LA VIDA SIGUE IGUAL.

 

17 de diciembre del 2017

 

- Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba) sarahnes@cubarte.cult.cu

 

https://www.alainet.org/de/node/182913
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