La pregunta no es mía sino del precandidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, y la formuló a las dirigencias de los partidos Revolucionario Institucional, encabezada por Enrique Ochoa, y de Acción Nacional, por Damián Zepeda.

Aclaren, pidió López Obrador, si contrataron al publicista Juan José Rendón, quien anunció que utilizará todos los medios para evitar que triunfe en las elecciones del 1º de julio. Rendón es proclive a la violencia, indicó en un video, pidió al Instituto Nacional Electoral investigar y llamó a Enrique Peña Nieto a “procurar que las elecciones sean limpias y libres por el bien de todos”.

Precisó López –como lo llama Ochoa Reza, acaso porque él sí tiene apellidos de alcurnia o patrimonio abundante con más de 100 taxis–: “Nosotros no queremos la confrontación, no queremos la violencia. Vamos a ganar de manera pacífica, con el apoyo de los ciudadanos, y a cuidar las casillas para que no haya fraude electoral”. En tanto que la candidatura de José Meade no crece.

El precandidato puntero recordó que el “especialista en guerra sucia”, habló de la estrategia que aplicaron en Venezuela para que cayera el gobierno. “Me horrorizó, porque el entrevistador le preguntaba qué más iba a pasar en Venezuela, que ya se habían registrado 50 muertes en la confrontación callejera, y él decía que en un país, no recuerdo cuál, había caído el gobierno después de 100 muertos. O sea que faltaban muertes para que cayera el gobierno de Venezuela”.

Alertó que “Un publicista con estas características va a atacarnos, como él mismo está declarando, para que no lleguemos a la Presidencia. Lo único que pediría a los que lo contrataron es que cuiden que no vaya a promover la violencia política en el país. No queremos elecciones violentas. Nuestro movimiento ha sido, es y seguirá siendo pacífico”.

También advirtió el denominado “loco” por Miguel Ángel Yunes –el gobernador de Veracruz que ya fracasó como gobernante y puja para heredarle el cargo a su hijo Miguel Ángel y a Fernando hacerlo alcalde del puerto–, no tener ningún problema “de que implementen la guerra sucia. La he padecido durante muchos años”. Y enumeró: la campaña Un peligro para México, las bardas pintadas en Venezuela y el afán de vincularlo al gobierno; compararlo con Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Vladimir Putin y la supuesta injerencia de Rusia en el proceso electoral mexicano. Adelantó en Tampico que en su gobierno “la agenda de México no la marcarán administraciones de otros países, como lo permitieron los recientes presidentes peleles”.

Cierto es que “Todo eso no es decente, pero está permitido. Lo que sí debe preocuparnos a todos es incitar a la violencia”, la política se inventó para evitar la confrontación y la guerra, aunque analistas del oligopolio mediático juran: “Me encanta que se den con todo, como en Estados Unidos”, pero cuando Donald Trump (Shithole President, lo llaman ahora) hizo lo propio con Hilary Clinton, se quejaron amargamente, y más aún cuando la derrotó en el Colegio Electoral.

El venezolano radicado en Miami y de quien Caracas solicita la extradición, es “el rey de la propaganda negra y la rumorología”, experto en demonizar adversarios y con participación en 28 campañas presidenciales en América Latina, siempre con aspirantes apadrinados por el gran capital y las oligarquías. Acumula derrotas que oculta, así como sus presuntos vínculos con narcotraficantes colombianos, por lo que debió abandonar el país en 2014, en plena campaña presidencial.

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