A cuarenta días de la celebración de los comicios del 20 de mayo, y como lo expresé en Fontur en el marco de los conversatorios “#JuntosPodemosMás”, en mi ponencia “¿Por qué y para qué ganar los comicios del 20 de mayo?, las amenazas imperialistas de EE.UU. contra Venezuela”, el clima en el país es el de una guerra, en el marco de unas elecciones atípicas y que se darán en un marco no convencional.

Hace varias semanas, específicamente el 29 de febrero del presente año, había escrito un artículo refiriéndome a la caída de la cotización ilegal del dólar promovido desde el portal DólarToday. En aquella oportunidad, dicha cotización se ubicaba en un poco más de 215.000 bolívares por dólar. Ahora, seis semanas después de escrito ese artículo, ahora observamos el salto de la cotización ilegal de la divisa estadounidense, al ubicarse el 10 de abril de 2018 hasta las 5:44 am en 362.831,54.

Pero esto no es casual ni fortuito, puesto que esto obedece a toda una estrategia de cara a los comicios de mayo, además de impulsar matrices como hiperinflación (cuando de lo que se trata realmente es de hiperespeculación) y default parcial (a propósito de próximos compromisos que debe erogar la República en el pago de los servicios de deuda externa). Operadores comunicacionales y económicos vinculados estrechamente con sectores de la oposición como Jesús Casique, Aristimuño Herrera y Asociados, Econométrica, AFP y La Patilla, por sólo nombrar algunos, señalaron hace poco más de un mes que la caída de DólarToday no se debe a la implementación de políticas monetarias por parte del Gobierno Bolivariano, y que su repunte se dará para el mes de abril, lo que tendría consecuencias devastadoras para la economía venezolana. Dichos actores sostienen que el generarse nuevamente el incremento de la cotización ilegal de la divisa estadounidense, el traspaso se dará sobre los precios de los bienes, ya que los servicios se encuentran regulados.

No podemos perder de vista que esta cotización ilegal del dólar acompañada por el aumento del DICOM, indudablemente será utilizada por operadores económicos y mediáticos para impulsar toda una campaña de descrédito contra las políticas económicas del Gobierno de Nicolás Maduro. Es evidente que la matriz apunta a impulsar matrices como hiperinflación, improvisación en políticas económicas y flexibilización en el control cambiario, lo que se trasladará indudablemente en el incremento en los precios. Esta estrategia, indudablemente busca acrecentar los niveles de rechazo y malestar de la población en contra del presidente Nicolás Maduro.

Asimismo estos operadores económicos y mediáticos señalan que la cotización ilegal del dólar seguirá marcando la pauta en la fijación de los precios de alimentos, medicinas, bienes y servicios en Venezuela, ya que arroja un incremento de más de un 100% en la cotización ilegal de la divisa estadounidense y un 38% en el incremento de la inflación desestacionalizada (inflación donde se valora el ajuste estacional por un período de tiempo, o las variaciones regulares y previsibles que se reportan cada año por este índice) en los últimos 12 meses. Esto habría arrojado un efecto de traspaso de la variación de este tipo de cambio sobre los precios de un 66% al cabo de tres meses.

Y no solo está el problema del incremento especulativo de los precios en alimentos, medicinas, bienes y servicios en el país, sino que a propósito de las recientes medidas de reconversión monetaria y del establecimiento de un nuevo cono monetario a partir del lunes 4 de junio de 1830 (fecha a mi juicio pavosa, porque fue en la que asesinaron en Berruecos al Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre), el problema de la escasez del efectivo no sólo se circunscribe a estados fronterizos, sino que se incrementa a nivel nacional.

También en mi criterio, tales agresiones económicas buscan destruir la confianza a nivel internacional en la economía del país, y uno de los centros del ataque es la implementación del criptoactivo Petro. Aún cuando el mismo se sustenta en una riqueza tangible como lo es el petróleo, la confianza también es un elemento importante para el aumento de las transacciones y la cotización de un criptoactivo, y eso lo saben los enemigos de nuestra patria.

Como lo ha expresado la profesora Pascualina Curcio, cuando el país se encuentra sumido en coyunturas electorales como es este el caso, o en determinadas coyunturas políticas, coincidencialmente las agresiones económicas, especulación y el acaparamiento se incrementan. Evidentemente la estrategia apunta a aumentar los niveles de malestar y descontento de la población por el deterioro de su calidad de vida, conduciendo al reforzamiento de una percepción negativa de la imagen del presidente Maduro de cara a los comicios de mayo.

Me topé a través de las redes sociales digitales con una publicación de unos camaradas (no se identifican en la recepción del referido documento por mi celular de quien o quienes escribieron estas afirmaciones, así que el autor o los autores me pudieran hacerme llegar su autoría para darles los créditos correspondientes), el cual me permitiré transcribir textualmente por la importancia del mismo:

“Urge que la ANC decrete congelar todos los precios hasta el 31 de diciembre”

“Esto debe establecerse penas de prohibición de salida del país, eliminación de patente, decomiso de todo, expropiación de local y bienes y prisión, en caso de reincidencia. Se deben tomar medidas drásticas y urgentes para parar esta guerra de ricos contra el pueblo elector. Eso debe ser ya. Si no, los bonos y los aumentos de sueldo se volverán peo en chinchorro. Y adiós 20 de mayo, y adiós reconversión monetaria, y adiós bolívar soberano. Si no se paran ya todos los aumentos de precios, no habrá futuro alguno”.

Sin duda, el presidente Maduro ha prometido soluciones luego de su reelección el 20 de mayo. No obstante, también es importante señalar que no todas las soluciones a la coyuntura son en el ámbito marcroeconómico, o mejor expresado, no se pueden resolver con única y exclusivamente con recetas macroeconómicas los problemas de la microeconomía que afectan en su cotidianidad al ciudadano y al ciudadana de a pie.

Por ello, creo que es importante tomar algunas decisiones a este respecto. Se deben tomar, si no todas, por lo menos unas primeras medidas que permitan contener, por lo menos un tanto, estas agresiones que confiscan el poder adquisitivo de la familia venezolana, constituyendo el primer desestabilizador emocional, producto de la merma de sus ingresos y deterioro de su calidad de vida. O de lo contrario, no habrá bolívar soberano que valga.

Ahí se las dejo.

Juan Martorano

Abogado, activista por los Derechos Humanos, militante revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas

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