No es que seamos fieles devotos de Nicolás Maquiavelo quien probablemente es el autor de “Piensa mal y acertarás” pero a estas alturas del partido donde las fuerzas del mal son capaces de todo - por el todo - con tal de recuperar milímetros de zonas geopolítica y estratégicamente vitales en la búsqueda de perpetuidad del moribundo hegemón, preferimos hacer uso del derecho a la puesta en escena del pensamiento asimétrico curándonos en salud ante cualquier signo de desquiciado atentado antidemocráticamente inhumano que se esté cocinando contra la Republica Bolivariana de Venezuela. Si nos equivocamos fue un ejercicio más de sospecha, si acertamos nos la jugamos a favor de la defensa de la vida.

Este pasado martes 14 de agosto la ciudad de las góndolas fue testigo de un nefasto desastre vial. El viaducto Morandi el cual se eleva sobre el rio Polcevera en Génova, Italia, sufrió un derrumbe, según testigos debido a la caída e impacto de un rayo. Falleciendo –hasta el momento – 35 personas como resultado del muy lamentable desastre. Nuestra total solidaridad con los familiares de los fallecidos en el viaducto Morandi.

El director del operador de autopistas Autoestrade (ASPI) para la zona de Génova, Stefano Marigliani señaló “El colapso fue inesperado e imprevisible […] el puente había sido monitorizado constantemente, incluso más de lo que estaba previsto por ley […] No había ninguna razón para considerar el puente como peligroso”. ¹

Desde su fundación un 4 de septiembre de 1967, obra del famoso ingeniero transalpino Riccardo Morandi², el viaducto – de 1.182 metros de longitud, 45 metros altura máxima a nivel de carretera y 90 metros de altura – ha sufrido una serie de obras de mantenimiento atribuyéndosele por tal hecho el apelativo de “Puente enfermo”.

Nuestra clave de sospecha radica en el hecho que el mismo autor del diseño del viaducto genovés es el responsable del diseño del puente venezolano General Rafael Urdaneta (Puente sobre el lago), que cruza el lago de Maracaibo, en Venezuela. El viaducto maracaibero fue fundado en 1962 superando en longitud al viaducto Morandi. Dantesca obra de ingeniería que – dicho sea de paso – ha sufrido una serie de accidentes desde su construcción en 1964 y 1979.

Aquí nuestra elucubración sobre el hecho. Primero, en las actuales circunstancias donde la consigna de los grupos conspiradores es interrumpir el Gobierno Bolivariano a cualquier costo más aún ante el trascendental giro histórico en Venezuela (20 de agosto ) con el ingreso de la reconversión monetaria donde ingresará una segunda unidad monetaria (Bolívar Soberano) configurado a partir del valor del Petro.

Segundo, los ojos del mudo están –intencionalmente colocados- sobre Venezuela. Las medidas correctivas asumidas en el mundo en cuanto al uso de drones en actividades oficiales marca un antes y un después en materia de política de seguridad a partir del intento de magnicidio frustrado en la República Bolivariana de Venezuela.

Tercero, ante el fracaso del magnicidio las operaciones desestabilizadoras estarán orientadas al recrudecimiento de la atmósfera de inestabilidad e incertidumbre proyectado a la opinión pública internacional y cuarto, deberán multiplicarse las medidas de seguridad frente a la posibilidad de “accidentales desastres” ocasionados por errores técnicos (caída de puentes, incendios de edificios públicos, derrumbe de aeronaves con turistas extranjeros, desaparición de poblaciones por fenómenos climatológicos climatológicos, etc.

Todas estas acciones conspiratorias son permanentemente llevadas adelante cuando se proponen desmoronar nación que se encuentre en la mira de control geoestratégica. Esperamos equivocarnos, pero el desastre del viaducto Morandi podría ser la antesala de una serie de atentados contra viaductos venezolanos.

Ante un “eventual accidente” del puente maracaibero General Rafael Urdaneta, el cual cuenta con una longitud de 8678 m y 134 pilares y por el cual transitan un promedio de 45 mil vehículos diarios, la opinión pública internacional estaría siendo orientada a resolver que por años de construcción, similares fallas técnicas entre el puente de Génova y Maracaibo, y falta de mantenimiento, el desastre seria justificado.

Por otro lado, si fue un rayo el supuestamente causante del desastre del viaducto Morandi, está más que demostrado que una alta carga explosiva – similar a la carga emitida por un rayo – podría traer abajo la majestuosa estructura del viaducto venezolano el cual no es solo un conducto de tránsito automovilístico sino un significativo referente cultural el cual dispone de salas de exposiciones, anfiteatro y museo histórico.

El puente venezolano fue erguido en función al transporte del petróleo como otrora fueron los rieles ferroviarios que transportaban bananas a orillas del atlántico. El libreto conspirador en Venezuela sabe que es hora de eliminar los símbolos sean estos sujetos u objetos. Ya no es suficiente seguir adelante con desquiciadas acciones obstruccionistas dentro y fuera del país. Al final de cuentas, se formalizó el cerco multilateral de países aliados de Washington, la economía fue dinamitada y el éxodo humano venezolano fue exponencialmente multiplicado.

El pasado 4 de agosto fue el intento de magnicidio frustrado contra el Presidente Nicolás Maduro, mañana podría ser el intento de destrucción de un viaducto como el maracaibero General Rafael Urdaneta. No olvidemos – en el contexto de la Teoria del Caos - la vigencia del pensamiento chino: “el leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. ¡Alerta puentes y demás símbolos venezolanos!

14/08/18

José Toledo Alcalde

Lic. Teología y Mg. Terapias Físicas